Estimad@s amig@s
Sinopsis
El líder es quien conduce a
los demás hacia una vida plena.
El mundo actual necesita de
personas inconformistas, provocadoras, que demuestren su valía enfrentándose a
los problemas y poniéndose a la cabeza de la sociedad. Necesita de líderes.
En este libro el
lector descubrirá quién es un líder, cómo puede formarse, cuáles deben ser sus
características personales y sus prioridades. Para ello, el autor ha recurrido
a las aportaciones de la filosofía clásica griega y de los nuevos conocimientos
científicos, sobre todo los de la neurobiología.
A lo largo de sus páginas se
mostrará cómo se va forjando el perfil del líder: hombres y mujeres generosos,
nobles y esperanzados, capaces de esquivar cualquier tipo de corrupción y de
adulación, dispuestos a actuar con prudencia, adquiriendo las mejores
competencias técnicas para ponerlas al servicio de los demás.
Líderes serenos ante la
adversidad y capaces de hacernos reflexionar sobre los fundamentos de la
grandeza humana, esa que no se basa solo en nuestros logros materiales, sino,
sobre todo, en la bondad. El líder es, en definitiva, quien conduce a los demás
hacia una vida plena, aquella en la que podremos ser felices.
«La
persona es buena
cuando
su voluntad es buena»[i]
Nota
Al hablar de liderazgo hemos
de precisar, en primer lugar, qué entendemos por líder (…) un líder es una
persona que nos hace reflexionar sobre los fundamentos de la grandeza humana (…)
Sócrates (…) nos enseñó (…) la sola legislación no es suficiente si el espíritu
del ethos del líder no es bueno de por sí, pues es el ethos
individual el que verdaderamente forja el carácter de un ciudadano.
(…) necesitamos figuras que
actúen como Sócrates, quien en las decisiones clave, aquellas en las que se
pone a prueba de forma radical el valor de un líder, plantea una disyuntiva entre
el ser y el actuar (…) obra con coherencia y alcanza así la grandeza de ánimo
que se alza por encima de cualquier género de claudicación, esa cualidad que
Aristóteles llamo magnanimidad.
(…) el buen líder, el líder
con excelencia, toma decisiones en función no solo del valor económico sino (…)
del valor psicológico y ético de los actos humanos (…)
(…) sabe que en el actuar
humano no se trata sencillamente de hacer “buenas obras”, sino de ser bueno uno
mismo. Nos hacemos “buenos” o “malos” a través de nuestros actos de voluntad, y
esto quiere decir que, al actuar, somos responsables de nuestras acciones a
través de lo que elegimos y hacemos voluntariamente (…)
(…) a través de las acciones
intencionales el ser humano se puede ir perfeccionando (…)
(…) ¿Qué tipo de persona soy
o en quién me convierto cuando hago esto o aquello (…) cuando elijo
voluntariamente esta o aquella acción? ¿Qué me mueve a hacer una cosa y no la
otra? ¿A qué apunta mi vida como un todo cuando hago u omito esta o aquella
acción?
«El alma noble cuenta
con lo que “es”
y no con lo que
“hace”»[ii]
Introducción
(…) para Sócrates, el primer
problema de quien ha de tomar un decisión no debe ser prever o calibrar sus
consecuencias, ciertas o probables, sino, ante todo, saber si aquello que
decide es justo o injusto.
(…) ¿Qué tiene que ver la
actuación de Sócrates con el liderazgo ético? (…) un aspecto crucial del
liderazgo consiste en tomar
decisiones (…) las decisiones clave (…) se pone a prueba de forma
radical el valor de un líder, son las que plantean una disyuntiva entre el ser
y el actuar. ¿Y qué distingue el alma noble del alma vulgar? (…)
(…) liderar supone, en
primer lugar, invitar, animar, inspirar, entusiasmar y educar (…) el buen líder
ve, descubre, sabe cómo “hacer salir” para que no permanezcan ocultas las
mejores cualidades de las personas que trabajan con él: sabe detectar las
riquezas escondidas, las cualidades, como diamantes en bruto que hay que pulir.
(…) la virtud ética procede
de la costumbre, es un hábito que se adquiere mediante un entrenamiento
práctico (…) ¿En qué consiste la envergadura de este héroe? ¿Qué es lo que
le hace excelente? La coherencia entre su vida y su modo de actuar (…)
Constituirse en líder de una
empresa no convierte al directivo en una suerte de superhombre (…)
(…) hacen falta (…) líderes
con generosidad y nobleza de espíritu que huyan de toda adulación y de posturas
retorcidas. Lideres con una fuerte e inquebrantable esperanza, una confianza[iii]
casí provocativa y la serenidad de un corazón palpitante. Lideres que no se
dejan arrastrar por la confusión generalizada y, sobre todo, que no se doblegan
ante las tentaciones de tener cada día más.
«Los únicos que serán
realmente felices
son aquellos que
hayan buscado y descubierto cómo servir»[iv]
Reflexionar sobre liderazgo es un ejercicio que necesita tiempo, motivación, tener claro los “para qué” que irán surgiendo a lo largo de la travesía. Además de lo anterior el padre Alfred Sonnenfeld nos invita a ponerle apellido a nuestra reflexión “ética” esto puede ser una palanca o un freno, depende como queramos abordar ese liderazgo ético basado en la influencia del ejemplo.
Ø ¿Podemos liderar sin ser ejemplares?
o
¿A
quién inspiráremos?
o
¿Qué
legado dejaremos?
Sonnenfeld nos
propone o así lo he querido entender yo a lo largo de la lectura de Liderazgo
ético un examen a nuestra conciencia a través de preguntas y reflexiones., pero
con atributos claros de espíritu de servicio y ejemplaridad.
Nos invita a quitarnos la careta, si quieres servir ―sirve―, pero que
salga del corazón, no desde la galería “lo hago para que me vean”, eso no sirve, es una cosa impostada, falsa, vacía…
¡Ser ejemplo!, es
dar ejemplo. Un líder no solo inspira, enseña, hace hacer, el es el primero que
va por delante, enseña, ayuda conoce, conversa, impulsa a las personas y no
busca la recompensa o los premios fáciles. Quiere ser los hombros a los que
todos quieren subirse.
No dejes para mañana lo que puedas descubrir hoy ¿Cómo puedo influir
de manera ética en las personas? ¿Cómo puedo a través del servicio serles de
ayuda?
«Lo que has de saber
para liderar
es saber dónde estás
y a dónde vas»[v]
Reflexión ética sobre el
liderazgo
Queremos reflexionar de modo
especial sobre dos palabras: liderazgo y ética. Una perspectiva específica de
la ética es el liderazgo, que podríamos definir como aprender a vivir de modo
que mi existencia alcance la plenitud a la que está destinada en su totalidad.
Esto es algo que no depende de circunstancias cambiantes ni de quién ostente el
poder. Depende de mí (…)
La experiencia nos dice que un empresario puede dedicar muchas energías a algo tan esencial como es su trabajo, pero al mismo tiempo puede descuidar su familia, su salud, su formación cultural. Esta falta de visión global se caracteriza por un enfoque parcial, quizás colmado de éxitos profesionales, pero que acaba conduciendo a una frustración existencial, a una falta de sentido profundo en el quehacer cotidiano. La consecuencia es una persona insatisfecha por haber equivocado su camino.
Ø ¿Cómo llenamos la falta de visión global?
Ø ¿Dónde buscar el sentido perdido?
o
¿Cuál
es el sentido de su vida?
§ ¿Cómo darle respuesta?
§ ¿Tenemos que dar /ayudar a encontrar la
respuesta a los demás?[vi]
§ ¿La respuesta está en el camino?
· ¿Es el camino la respuesta?
La misión del liderazgo y de
la ética no es resolver acertijos o adivinanzas acerca de si algo se debe o no
se debe hacer en estas o aquellas circunstancias (…) no pretende decir todo lo
que cada uno debería hacer (…)
(…) reflexionar en nuestro interior, confrontarnos con las situaciones de nuestro entorno, examinar qué es lo que nos hace crecer como personas o qué es aquello con lo que nosotros mismos podemos dañar y malograr nuestra vida (…)
Ø ¿Qué nos hace crecer?
Ø ¿Cómo ayudamos al prójimo a crecer?
Ø ¿Para qué crecer haciendo crecer?
El buen líder sabe captar las necesidades reales de las personas (…)
Ø ¿Dedicamos tiempo a conocer a las personas que están en nuestro equipo?
o
¿Escuchamos
sus necesidades?
o
¿Se
sienten escuchados?
• El primer requisito del
liderazgo: conduce a sí mismo
¿Cómo poder despertar en los
demás la responsabilidad de vivir, por muy adversas que se presenten las
circunstancias? (…) “Quién tiene un porqué para vivir, podrá
soportar casi siempre el cómo”[vii] (…)
(…) Conocer el “porqué” de
tu existencia te ayudará a soportar casi cualquier “cómo”[viii].
Un buen líder ha de ser
capaz de familiarizarse con los valores que son importantes para él; pero
también tiene que saber descubrir valores sin dejarse cegar por apariencias superficiales
(…)
«El ser humano es por
naturaleza relacional.
Los conocimientos neurobiológicos
nos dicen que estamos
hechos
para vivir en un
ambiente de resonancia social
y de cooperación»[ix]
Primer descubrimiento
El ser humano es, por
naturaleza, relacional
El líder con excelencia ha
de saber relacionarse con todos
El buen líder es alguien que
sabe servir a la gente y resolver problemas. Destaca por sus habilidades para
relacionarse con la gente y liderar equipos, comunicarse bien, transmitir una
visión sabiendo contagiar su entusiasmo, esfuerzo y dedicación (…) no nace como
tal, sino que se va formando, sabiendo gestionar, para ello, sus imperfecciones
y las de los demás.
(…) un buen líder sabe
dominar con señorío sus propios conflictos, su disarmonía momentánea, para no
dejar que su mal momento personal influya en un trato hacia los demás.
Ser líder significa tener
influencia sobre otras personas (…) el líder que sabe ejercer autoridad tendrá
más influencia (…)
(…) el buen líder no nace
como tal: llega a serlo a través del esfuerzo de sacrificar su egoísmo precisamente
cuando nadie le puede obligar a ello.
«Esto de hecho, dice
mi memoria.
Esto no puedo haberlo hecho, dice mi orgullo,
y permanece
inconmovible.
Finalmente, es la
memoria la que cede»[x]
Segundo descubrimiento
Conócete a ti mismo
“Conócete a ti mismo”[xi] (…)
El sabio (…) debe
preguntarse: ¿Quién soy yo? ¿Qué es lo que me mueve a actuar de esta y no de
otra forma? ¿En qué cosas me vuelco realmente, cuáles me hacen vibrar? ¿Qué
me pone triste? ¿Dónde pongo mi corazón? ¿Cuáles son mis motivaciones reales al
tomar decisiones? ¿Me dejo perturbar fácilmente por emociones pasajeras y
superficiales?
La sabiduría del “conócete a
ti mismo” requiere capacidad de crítica hacia nosotros mismos, exigirnos para
poder vernos tal como somos, sin doblez ni engaño (…)
Saber quién soy:
reconocerme, tratarme y aceptarme. Solo así podré ser protagonista de mi vida
(…)
(…) una persona que no
reflexiona es incapaz de ser artífice de su vida. El buen líder, al encontrarse
con alguien, sabe preguntarse cuál es el diamante que se halla oculto en él (…)
«El mayor obstáculo,
cuando se trata de juzgar objetivamente lo que
tenemos que hacer,
reside en la falta de disposición para poner
entre paréntesis
nuestros propios
intereses»
Tercer descubrimiento
Lo que importa para llevar
una vida lograda
(…) ¿Qué debo hacer? ¿Qué
modo de actuar es aquí y ahora es correcto? (…) ¿Qué es el bien? (…)
No hay autoridad si existe hipocresía.
Y la hipocresía implica renunciar a vivir en primera persona la aventura moral (…)
La hipocresía surge cuando
con los labios se afirma algo que las obras niegan. Una persona hipócrita nunca
será líder, aunque si pueda ser una persona con poder.
«Usted no puede
esperar construir un mundo mejor
sin mejorar a las
personas.
Cada uno de nosotros debe trabajar
para su propia mejora»[xii]
Cuarto descubrimiento
Gestionar nuestras
imperfecciones
Adquirir virtudes o hábitos buenos
¿Cómo puedo llegar a ser un buen líder? ¿Cómo puedo llegar a influir sobre las personas en pos del bien común?
(…) el líder ha de saber
ayudar a comprender que no es lo mismo ser valioso que ser útil, que no es lo
mismo el bien honesto y el bien útil (…)
Sin comportamiento ético personal
no hay liderazgo ético
Un comportamiento ético, al
estar apoyado en hábitos, implica que la ética personal y la profesional son
inseparables: nacen del corazón y de la inteligencia de la persona que busca la
verdad. Y esa coherencia nos hace lideres (…) en un buen líder sus buenas obras
son consecuencia de que él mismo es una persona buena.
«Plantar un jardín
es crecer en el mañana»[xiii]
Quinto descubrimiento
¡Puedes cambiar, no
estamos predeterminados!
¿Homo cerebralis?
(…) “El carácter es la energía sorda y constante de la voluntad”[xiv] (…)
Ø ¿Cómo modulamos el carácter para que sume voluntad?
(…) “El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad”[xv] (…)
Ø ¿Cómo alinear talento y carácter para servir mejor a las personas?
¿Cómo puedo llegar a ser prudente?
¿Cómo puedo llegar a ser justo? ¿Cómo puedo llegar a ser paciente? ¿Cómo puedo
llegar a ser decente y equilibrado? La contestación viene dada
por las elecciones que hace nuestro yo (…) el querer no puede ser un “quisiera
querer” (…) un querer decidido, que surge de lo más profundo[xvi] del
propio ser (…)
Las costumbres hacen o deshacen a un ser humano. Refuerzan la libertad o la reducen
Ø ¿Qué hacen tus costumbres por ti?
Ø ¿Qué deberían hacer?
(…) el ser humano alberga un gran potencial de mejora si dispone de la motivación suficiente y lo desea de verdad.
Ø Buscando en lo más profundo de nuestro ser ¿Qué nos motiva?
«Haciendo el bien
nutrimos la planta divina de la humanidad;
formando la belleza,
esparcimos las semillas de los divino»[xvii]
Sexto descubrimiento
Entender el “para qué” de
mis actuaciones
La formación del sentido de
los valores, del sentido de su jerarquía, de la capacidad de distinguir lo más importante
de los menos importante, de una condición para el éxito de la vida individual vista
en su totalidad y para la comunicación con los demás.
El líder con excelencia ha de saber invitar, animar, inspirar y entusiasmar a los demás para que encuentren tipos de motivación a más alto nivel (…) “(…) evoca primero en los hombres y mujeres anhelo del mar libre e infinito”[xviii]
Ø ¿Qué evocamos en nuestro equipo humano?
o
¿Cómo
lo hacemos?
§ ¿Identificamos puntos de mejora?
(…) ¿Qué impulsa a un
directivo a esforzarse por ser un buen profesional? (…)
«El que es prudente es
moderado;
el que es moderado es constante;
el que es constante
es imperturbable;
el que es imperturbable vive sin tristeza;
el que vive sin tristeza es feliz;
luego el prudente es feliz»[xix]
Séptimo descubrimiento
La prudencia perfecciona la
capacidad ejecutiva del ser humano
¿Qué es la prudencia?
El prudente es competente
porque se esfuerza por adquirir la mayor competencia posible y, al mismo tiempo,
sabe poner esa competencia al servicio de lo bueno para el ser humano (…)
En el prudente siempre es
correcto también el para qué. El prudente es la buena persona por excelencia,
es el virtuoso (…) tiene el arte de saber discernir, aunque algunas veces
acierte y otras se equivoque se da cuenta de cuándo lo hace. Al saber que se
equivoca, vive en la verdad (…)
(…) la solertia
es una facultad perfectiva,
por la que el hombre, ante una situación difícil e inminente, vence toda tentación
de autojustificación, cobardía o intemperancia (…)
El prudente es la persona
buena por excelencia, el virtuoso. Aquel que tiene el arte de saber discernir. Sabe
detectar que se ha equivocado para rectificar y emprender de nuevo el camino. La
virtud de la prudencia tiende a aquellos objetivos que poseen relevancia para
la vida como un todo, como vida humana (…) para llevar una vida lograda. La prudencia
es la sabiduría en las cosas humanas. En el prudente siempre es correcto también
el para qué.
«El amor no puede permanecer
en sí mismo.
No tiene sentido.
El amor tiene que ponerse en acción.
Esa actividad nos llevará al servicio»[xx]
Octavo descubrimiento
El líder tiene espíritu de servicio y, por eso, sabe servir
Ø ¿Sabemos servir?
Ø ¿Queremos servir?
Ø ¿Para qué servir?
Hacia un liderazgo de servicio
(…) el liderazgo es el arte
de influir sobre las personas para que trabajen con ilusión en la consecución de
fines que merezcan la pena
¿Cuántas veces (…) las personas eluden esta actitud de servicio bien porque temen rebajarse, bien porque confunden servicio con esclavitud o ya sea por la divinización de una concepción equivocada de la libertad?
Ø ¿Entendemos el valor de servir?
“Servir” puede definirse
como ‘estar al servicio de otro’[xxi], ‘estar
empleado en la ejecución de una cosa por mandato de otro’, o bien como ‘estar
sujeto a otro por cualquier motivo, aunque sea voluntariamente, haciendo lo que
él quiere o dispone’ (…)
(…) la importancia que tiene
el esfuerzo por examinarse a uno mismo. La labor de examen nos ayuda a
desenmascarar las múltiples desfiguraciones del amor desordenado hacia nosotros
mismos y a derribar los montajes que hayamos podido forjar en torno a nuestro
propio yo.
La inclinación al examen personal y el hecho a dejarse asesorar por una persona equilibrada a la que se está dispuesta a escuchar, aunque pueda doler o molestar lo que nos dice, son requisitos importantes para mantener la elasticidad y la libertad interiores (…)
Ø ¿Qué nos aporta el examen interior?
Ø ¿Con qué frecuencia lo hacemos?
Ø ¿Tomamos notas?
o
¿Las
compartimos con un mentor /coach que nos ayude a mejorar nuestra manera de
servir?
Cuando servimos a otros sabremos perdonar y reconocer su mérito. Cuando nos esforzamos en beneficio de los demás asumimos el riesgo de hacernos vulnerables y resultar rechazados, de ser menospreciados e, incluso, de sentirnos defraudados.
Ø ¿Valoramos el retorno vía humildad[xxii] que recibimos sirviendo a los demás?
(…) la autoridad siempre se
funda en el servicio y en el sacrificio por aquellos que dirigimos (…)
La maduración de la persona va
ligada a la entrega, al don de sí mismo, a ese modo audaz de estar en el mundo.
«¿Qué son todas
las acciones y los pensamientos
de los hombres a lo largo de los siglos
frente
a un solo instante de amor?»[xxiii]
Noveno descubrimiento
El liderazgo requiere
aprender a amar
(…) cuanto más amor ponemos
en nuestras acciones, mayor bien hacemos a los demás (…) mejores personas nos
vamos haciendo (…)
(…) el buen líder no solamente sabe oír y percatarse de las dimensiones externas de las situaciones, no solamente sabe percibir y transmitir instrucciones más o menos despersonalizadas. Como quiere lo mejor para aquellos a quienes tiene a su cargo (…) es capaz de ponerse en la piel del otro (…) hace posible que brote la empatía (…)
Ø ¿Qué habilidades nos definen como líder?
(…) Shackleton, sabiendo prescindir de aquello que no le era necesario, logró salvar a todos sus hombres (…) la austeridad no tiene por que estar reñida con la inteligencia (…)
Ø ¿A qué estamos dispuestos a renunciar por ayudar a nuestro equipo?
Las palabras no
pueden hacer justicia al coraje y alegría de mis hombres. Ser bravo, paciente y
amable de corazón, soportar la agonía de la sed con risas y canticos, caminar
al lado de la muerte durante meses y no estar triste, ese es el espíritu de mis
hombres. Los admiro y respeto profundamente.
Ejercer con habilidad el liderazgo es una tarea difícil y tiene un coste. Convertirse en un líder con espíritu de servicio requiere una gran capacidad de motivación, información y praxis, como cualquier otra disciplina (…) no es algo que simplemente pueda aprenderse (…)
Ø ¿Tenemos las alforjas llenas de motivación, información y praxis necesarias para ser —consolidar nuestro liderazgo?
(…) para Aristóteles, un directivo “no ético” es una pobre persona que está usando sus talentos para autodestruirse (…)
Ø ¿Para qué estamos usando nuestras habilidades?
(…) el buen líder sabe
discernir cuál es el momento apropiado y el modo oportuno en que alguien puede
afrontar una determinada tarea y sabe colocar a cada persona exactamente en el
sitio donde mejor desarrollará sus facultades [xxiv](…)
«El buen educador,
cuya magnanimidad es desinteresada,
consigue orientar los
anhelos de los jóvenes hacia los ideales.
Es feliz viendo sus
grandes metas y su ilusión por alcanzarlas,
sin dejar de ser conscientes de que son los jóvenes
mismos
los auténticos protagonistas
de sus vidas»[xxv]
Decimo descubrimiento
La felicidad nace de una ilusión
vital
(…) la libertad del bien líder
es una libertad para la verdad (…)
En este libro se evocan algunos valores der ser humano: bondad, amistad, solidaridad, autenticidad, sencillez, inocencia, paciencia, fe, ilusión, tenacidad, compañerismo y entusiasmo por aprender. El libro es un símbolo de la búsqueda permanente del hombre de aquellos principios que enriquecen el espíritu y embargan el alma de una paz inefable.
Ø Escarba, busca en tu interior, deja que afloren, pon a trabajar aquellos valores que te definen como un líder ético, comprometido con servir a los demás ―no tengas miedo a mostrarte― como una persona comprometida con el espíritu de servicio.
«No pretendas apagar
con fuego un incendio,
ni remediar con agua
una inundación»[xxvi]
(…) vale la pena vivir con coherencia ética, pues solo así seremos felices y contribuiremos a que quienes nos rodean anden también por caminos de plenitud.
Ø ¿Cómo podemos trabajar, entrenar la coherencia para que se convierta en una fortaleza de nuestro liderazgo?
«No
importa lo grande que se sea,
lo
que falla en este caso es el saber cómo aplicarlo
para conseguir lo que se quiere»[xxvii]
Link de interés
• Liderazgo
ético: La sabiduría de decidir bien
• El
hombre en busca de sentido
• Ser
ejemplo: Pequeños grandes líderes
• Entrevista
a Aristóteles: Filosofía para líderes y emprendedores
• Toma
de decisiones y gobierno de organizaciones
• Liderazgo
y ética en la dirección de empresas: La nueva empresa del siglo XXI
• Las
50 leyes del poder en El Padrino
• El
mentor: Guía de mentoring para la gestión y el liderazgo
empresarial
• El coach de Silicon
Valley: Lecciones de liderazgo del legendario coach de negocios
• Atrapados
en el hielo: La legendaria expedición a la Antártida de Shackleton
• Lecciones
de liderazgo: Las 10 estrategias de Shackleton en su gran expedición
antártica
• Desde
a adversidad: Liderazgo, cuestión de carácter
• Las
siete carpetas de Angelique: Un relato sobre la ética en la empresa
«Ningún líder de gran
mérito
se dejara llevar en
andas»[xxviii]
ABRAZOTES
[i] Alfred Sonnenfeld
[ii] Schiller
[iii] “La confianza es buena, el control es
mejor”, Lenin
[iv] Albert Schweitzer
[v] Peter Drucker
[vi] El espíritu de servicio del líder
[vii] Friedrich Nietzsche
[viii] La
voluntad de sentido
[ix] Joachim Bauer
[x] Friedrich Nietzsche
[xi] Templo de Apolo en Delfos
Ø
“Qué
cada uno examine su propia conducta, y entonces podrá gloriarse solamente en sí
mismo y no de otro”, San Pablo a los gálatas 6,4
[xii] Marie Curie
[xiii] Audrey Hepburn
[xiv] Henri Lacordaire
[xv] Johann Wolfgang Goethe
Ø
“El
talento se forma en la quietud, el carácter en el torrente del mundo”
[xvi] Pp., 131 (…) lo abstracto no mueve.
[xvii] Johann Christoph Friedrich
[xviii] Antoine de Saint-Exepéry
[xix] Séneca
[xx] Madre Teresa
[xxi] “No vine a ser servido, vine a servir”
Pp., 166 Es precisamente en el servir donde se revela el señorío
de una persona. La palabra ministro significa “servidor” (...)
[xxii] Pp., 177 el servicio engrandece al
hombre (…)
[xxiii] Friedrich Hölderlin
[xxiv] Pp., 190 “El corazón del sabio sabe
el tiempo y el modo, ya que casa cosa tiene su tiempo y su modo” [Eccl. 8, 5-6]
[xxv] Jutta Burggraf
[xxvi] Confucio
[xxvii] Juan Antonio Pérez López
[xxviii] Peter Drucker
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