Sinopsis
Siempre ha habido figuras de
la talla de Sócrates que en las decisiones clave, aquellas en las que se
pone a prueba de forma radical el valor de un líder, han planteado una
disyuntiva entre el ser y el actuar. Sócrates obra con coherencia
y alcanza así esa grandeza de ánimo que se alza por encima de cualquier
género de claudicación: la magnanimidad.
Por eso, siempre han sido
necesarias, y siempre lo serán, figuras inconformistas y provocadoras
que hagan que reflexionemos sobre los verdaderos fundamentos de la grandeza
humana, particularmente en tiempos de crisis y decadencia. Como los grandes
educadores griegos que, como Sócrates, aun a costa de su vida, fueron
capaces de enseñar algo esencial: la sola legislación no sirve para nada si el
espíritu del ethos del político no es bueno de por sí, pues es el
ethos individual el que verdaderamente forja el carácter de un
ciudadano.
«La autoridad
moral se conquista
por la coherencia entre el hacer y el ser»
Prólogo
A lo largo de la historia ha
habido siempre tiempos de decadencia en los que, para salir de esas situaciones
deplorables, se necesitaron lideres con grandeza de ánimo, personas convencidas
de que la obra de renovación proviene del interior del hombre.
(…) hacen falta (…) lideres
con generosidad y nobleza de espíritu que huyan de toda adulación y de posturas
retorcidas. Líderes con una fuerte e inquebrantable esperanza, una confianza
casi provocativa y la serenidad de un corazón palpitante. Líderes que no se
dejan arrastrar por la confusión generalizada (…) que no se doblegan ante las
tentaciones de tener cada día más.
(…) con sus reflexiones
antropológicas y éticas nos ayuda a introducirnos en aquellas decisiones del
actuar humano que definen al buen líder (…)
(…) el hombre necesita
proponerse metas en la vida, pero trabajar más o ganar más no son propiamente
metas si no sabemos en qué y para qué trabajamos y en qué puede ese trabajo mejorar
el mundo.
(…) quien siente la llamada
a liderar debe tener la perspectiva suficiente para saber, en todo momento que,
por encima de los fallos propios o ajenos, puede alcanzar esa grandeza de ánimo
sin la cual no hay liderazgo posible.
Rafael Alvira
«El santo está auténticamente
presente en sus discípulos
y
vive realmente en ellos»
Max
Scheler
Introducción
(…) Sócrates (…) pensaba que
solamente vale la pena vivir una vida coherente y justa, y en modo alguno otra
(…)
(…) para Sócrates, el primer
problema de quien ha de tomar una decisión no debe ser prever o calibrar sus
consecuencias, ciertas o probables sino, ante todo, saber si aquello que decide
es justo o injusto.
(…) prefiere salvar su
integridad moral antes que la vida (…) la opinión que verdaderamente vale es la
de quienes piensan y actúan justamente (…) puede decirse que obran con
sabiduría.
(…) un aspecto crucial del
liderazgo consiste en tomar decisiones (…) ¿Y qué distingue al alma noble del
alma vulgar? (…) el alma noble cuenta con lo que «es» y no con lo que «hace»
(…)
Para llegar a captar el
sentido profundo del liderazgo (…) de un liderazgo ético que permita
desarrollar las mejores cualidades, es preciso reflexionar sobre las raíces
antropológicas del ser humano, pues liderar supone (…) mover, motivar,
entusiasmar y educar (…) el buen líder ve, descubre, sabe cómo «hacer salir»
para que no permanezcan ocultas las mejores cualidades de las personas que
trabajan con él; sabe detectar las riquezas escondidas, las cualidades, como
diamantes en bruto que hay que pulir.
(…) ¿En qué consiste la
envergadura de este héroe?, ¿Qué es lo que le hace excelente?: la
coherencia entre su vida y su modo de actuar (…)
(…) quien quiere imponerse
siempre, no tendrá amigos. La amistad consiste, en buena medida, en dejar ser
al otro (…)
«El verdadero
sabio es el que
obra sabiamente»
Sócrates
Leí liderazgo
ético por primera vez en julio de 2010, hoy lo vuelvo a leer y sigo
compartiendo muchas de las reflexiones que hice pero de otra forma, con mayor
firmeza, seguridad.
El tiempo, la experiencia,
las canas, las cornadas que me dio la vida, la distancia con la que algunas
veces necesitamos ver las cosas, el poder pararnos a reflexionar el propósito
(el para qué) me permite volver a leer libros como liderazgo
ético y seguir progresando profesional y personalmente.
No dejemos de liderar «hacer
hacer», pero de manera ética, no dejemos de preguntarnos cómo podemos
ayudar a las personas, no dejemos de construir un futuro más próspero, más
humano, social, responsable, poniendo foco en el desarrollo de las personas, y
no olvidemos nunca que podemos y debemos ser mejores personas.
«Esto he hecho,
dice mi memoria.
Esto no puedo haberlo hecho, dice mi orgullo,
y permanece inconmovible.
Finalmente, es la memoria la que cede»
Friedrich
Nietzsche
Concretar nuestra vocación y
misión personal es un requisito indispensable para poner en práctica un liderazgo
logrado (…)
Ser líder significa tener influencia
sobre otras personas. El líder ejercerá más o menos influencia dependiendo del
grado de autoridad que haya adquirido. El líder que sabe ejercer autoridad tendrá
más influencia (…)
(…) la autoridad ejerce una
influencia de largo alcance y es independientemente de que la persona que la
posee esté o no presente. Se sigue a la persona con autoridad por
convencimiento (…)
Característica esenciales para
mandar con autoridad. ¿Son innatas?, ¿Son adquiridas?
• Honradez, ser digno de
confianza
• Ejemplaridad
• Estar pendiente de los
demás
• Estar comprometido
• Ser atento
• Exigir responsabilidad a
las personas
• Tratar con respeto a los
demás
• Animar
• Tener una actitud
positiva, entusiasta
• Apreciar a las personas
Los grandes lideres tienen
el arte de respetar promover y construir relaciones humanas logradas.
(…) si un líder goza de gran
autoridad no necesita ejercer el poder para que sus mandatos sean obedecidos.
El poder se puede comprar y
vender, conceder y quitar (…) la autoridad jamás se concede o se quita. La autoridad
se adquiere con la forja del propio carácter y no se impone, sino que inspira a
los demás.
«La autoridad moral
se conquista
por la coherencia entre el hacer y el ser»
El liderazgo requiere honestidad
y coherencia entre el ser y el actuar (…)
(…) de nada le serviría al
hombre hacer mejor al mundo entero si él mismo no se hiciese una buena persona.
¿Cómo puedo llegar a ser un
buen líder? ¿Cómo puedo llegar a influir sobre personas en provecho del bien común?
(…) ¿Qué impulsa a un
directivo a esforzarse por ser un buen profesional?
(…) el buen liderazgo anima
a pensar en grande, a alzar la vista y divisar un horizonte mejor, en el que
caben todos (…)
Ejercer con habilidad el liderazgo
es una tarea difícil y tiene un coste (…)
(…) para Aristóteles, un
directivo «no-ético» es un pobre hombre que está usando sus talentos para
autodestruirse como persona (…)
Liderar es «hacer-hacer» (…)
«dar lo que recibimos, enseñar de lo que aprendemos; hacer partícipes a los
demás ─sin engreimiento, con sencillez (…)».
Buen líder es quien reconoce
la primacía de la persona, el que es capaz de pensar en los demás. El buen líder
sabe discernir cuál es el momento apropiado y el modo oportuno en que alguien puede
afrontar una determinada tarea y sabe colocar a cada persona exactamente en el
sitio donde mejor desarrolla sus facultades (…)
«Todo ser humano
es un novelista
de sí
mismo»
Link de interés
• Liderazgo
ético; La sabiduría de decidir bien
• Ser
ejemplo; Pequeños grandes líderes
• El
hombre en busca de sentido
• La
paradoja; Un relato sobre la verdadera esencial del liderazgo
• Las
claves de la paradoja; Una guía práctica para el líder con vocación de
servicio
• Fundamentos
de la dirección de empresas
• Lecciones
de liderazgo; Las 10 estrategias de Shackleton
en su gran expedición antártica
• Valor
y Valores; Ética para directivos
• El
imperativo ético; Por qué el liderazgo moral es un buen negocio
• Ser
directivo; Un viaje hacia una dirección de empresas con sentido
«La confianza es
buena,
el
control es mejor»
Lenin
Recibid un cordial saludo
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