lunes, 26 de diciembre de 2011

¿POR QUÉ LOS PROFESIONALES NO COMUNICAMOS MEJOR? Los siete pecados capitales del mal comunicador

Estimad@s amig@s

“La enfermedad de nuestro tiempo es la incontinencia verbal. Se gastan muchas palabras en proclamas pero no se concreta nada. Son mensajes vacíos.”

Sinopsis
¿Se puede aprender a comunicar mejor? ¿Es importante lograrlo? Rotundamente sí, responde el autor a ambas preguntas. Se puede aprender y este libro propone un eficaz método para conseguirlo. Y es importante lograrlo porque, si no sabemos comunicar nuestras ideas, nuestra vida profesional se acabará resintiendo. Comunicar bien nos ayuda a convencer, a ganar adhesiones, a crear confianza, a generar liderazgo.
El autor repasa los pecados capitales del mal comunicador: la improvisación, el descontrol emocional..., y explica cómo una mala comunicación lleva a una baja productividad. Contra esto, reivindica los liderazgos basados en la palabra y repasa las dotes comunicadoras de personajes relevantes de la vida pública como Barack Obama, Adolfo Suárez, Nelson Mandela, Gorbachov o Tony Blair, y compara los estilos comunicativos de dos entrenadores emblemáticos: Mourinho y Guardiola.
Un libro útil y práctico, que combina ejemplos sacados de la trayectoria profesional del autor y su trato con destacados personajes de la vida pública, con interesantes consejos de fácil aplicación para mejorar nuestra capacidad de comunicación y con ella el adecuado desarrollo de nuestra empresa.

"No lo olvidéis: la comunicación es el cincuenta por ciento de la batalla en la era de la información. Dilo una vez, dilo dos veces y sigue diciéndolo, y cuando hayas terminado, sabrás que aún no lo has repetido lo suficiente".

Que los profesionales no comunicamos bien, no es ningún descubrimiento. Lo malo de esto es que además de ser concientes de ello, no nos esforcemos en mejorar.
Hablamos de marca personal, liderazgo, gestión, marketing, redes sociales, Klout y yo que sé cuantas cosas más, alguna de ellas superfluas o que no nos ayudan en demasiada a mejorar nuestra empleabilidad. Pero no hablamos de lo mal que lo hacemos dando una ponencia ante muchos o pocos directivos, o que si se nos cuelga el power point estamos acabados como comunicadores.
Lo importante es comunicarnos a diario, desde el dar los buenos dias, escribir un correo electrónico a un cliente para enviarle una oferta, llamar a un proveedor, o impartir una sesión en un master. Tenemos muchas asignaturas pendientes, pero una y de las importantes es aprender a comunicar mejor.

“Si llego a saber que tenía que hablar en público,
igual no marco el gol en la final.”

Es una lástima: personas con alto nivel de formación en su profesión (…) no comunican bien. No comunican bien ni sus proyectos, ni siquiera lo que saben, lo que aprendieron en la universidad o en la escuela especializada.
Observen en su vida cotidiana: hay médicos que comunican las peores noticias sin tacto alguno; arquitectos que se creen más importantes que su edificio y así lo expresan; ingenieros que hablan solo para los de su secta tecnológica; abogados convencidos de que su licenciatura jurídica equivale a hablar como Demóstenes
No comunicamos suficientemente bien, salvo excepciones, ni presencialmente, ni por teléfono, ni por correo electrónico, ni en las reuniones… En cualquier intervención en público afloran los defectos más habituales; improvisamos, hablamos demasiado, hablamos muy alto, o muy bajo, escuchamos poco, no estructuramos bien el mensaje, no vocalizamos bien…
¡No solemos decir correcta y pausadamente ni nuestro propio nombre, ni el de la empresa o entidad a la que representamos!

“Para saber hablar,
es preciso escuchar.”

El discurso, la intervención oral, debe planificarse, estructurarse y después interpretarse en la escena, ya sea el aula, la sala de reuniones o de conferencias…

“La vida no puede escribirse primero en borrador y después corregirla.”

Del mismo modo que el catecismo católico señala los siete pecados capitales –lujuria, pereza, avaricia, envidia, ira, gula y soberbia- también podríamos hablar de los pecados capitales de la mala comunicación… los principales son también siete:
1. La improvisación.
2. La falta de escucha.
3. El descontrol del tiempo.
4. La arrogancia.
5. No saber empezar, ni saber terminar.
6. Descuidar la comunicación no verbal.
7. Déficit o exceso de emoción.

“El primer grado de la sabiduría es saber callar;
El segundo es hablar poco y moderarse en el discurso.”

Sin comunicación adecuada, las corporaciones pierden perfil, posicionamiento, reconocimiento y credibilidad…
Uno de los errores principales de los directivos de empresa a la hora de comunicar es que hablan exactamente igual para todo el mundo…
La comunicación interna es muy importante y la búsqueda de cercanía también.
… o se hace la comunicación mejor, incluidos los folletos publicitarios, o nos costará sobrevivir en un mundo de tanta competencia.
Solo la información transparente puede ayudar a mitigar la inquietud sobre el futuro. La información deficiente, y a veces hasta el oscurantismo, suele ser fuente de desestabilización emocional de los empleados.
… cuando la dirección no escucha a su gente y toma decisiones estratégicas sin conocer si el equipo humano está o no en condiciones de llevar a cabo el cambio propuesto, la ejecución puede resultar o un fracaso o bien puede requerir costos innecesarios o mayores plazos de ejecución.

“La palabra mueve a las personas.
El ejemplo es el que arrastras.”

¿Se puede ser líder de algo sin capacidad de comunicación? Difícilmente…
… la comunicación es la principal aliada de los lideres. Su relación es directa, sin lugar a grandes teorías intermediarias: a peor comunicación, mayor debilidad en el liderazgo…
… una palabra de más genera rechazo, mientras que una palabra de menos, si es la esencial, no se consigue abrir esa puerta.

“Hay que preparar meticulosamente las improvisaciones.

Decálogo para la comunicación excelente:
- Concéntrese antes de comunicar
- Conozca antes el escenario de la comunicación
- Vocalice bien, sobre todo los nombres propios y los de las empresas
- Lo que tenga que decir, dígalo cuanto antes y claro
- En las comunicaciones, sobre todo, brevedad
- Cuando comunique, mire al interlocutor a la cara
- Identifique al receptor: entérese bien de a quién le está hablando
- En comunicación, ante la duda, sencillez y naturalidad
- No se preocupe tanto por las preguntas y prepare las respuestas
- Nunca mienta: mentir, sobre todo, no es rentable

“Ordenada el alma,
la comunicación es más fácil.”
Marina Geli


¿POR QUÉ LOS PROFESIONALES NO COMUNICAMOS MEJOR?
Los siete pecados capitales del mal comunicador
Manuel Campo Vidal
RBA

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Recibid un cordial saludo

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