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domingo, 14 de enero de 2018

Las virtudes del fracaso

Estimad@s amig@s

Sinopsis
¿Y si fracasar no fuera tan malo como creemos?
El fracaso está mal visto. Lo percibimos como una debilidad, un error. Pero este luminoso libro nos demuestra que el éxito rara vez llega sin ir acompañado de decepciones y frustraciones. Steve Jobs, J. K. Rowling o Thomas Edison vivieron incontables fracasos antes de conseguir su objetivo.
Revisando estos y otros ejemplos, y a la luz de las enseñanzas de Marco Aurelio, San Pablo, Nietzsche, Freud o Sartre, Charles Pépin nos invita a entender que no hay que evitar el fracaso, porque cada adversidad nos hace más lúcidos y combativos. Y que, además, a veces hay felices y curiosos accidentes detrás de muchos «errores»: la tarta Tatin, el Viagra, las máquinas Nespresso o el Velcro son buenos ejemplos de ello.
Un pequeño tratado de sabiduría que nos muestra el camino hacia el auténtico éxito. Porque el error es la manera humana de aprender, y hay que reivindicarlo.

« Hay victorias que solo se obtienen
perdiendo batallas»

Introducción
(…) el fracaso no contiene una virtud, sino muchas.
Hay fracasos que fortalecen la voluntad y otros que permiten su relajación; los fracasos que nos procuran la fuerza para perseverar en la misma vía y los que nos dan impulso para cambiarla.
Están los fracasos que nos vuelven más combativos, los que nos hacen más sabios, y luego están los que nos devuelven la disponibilidad para hacer otra cosa.

(…) al equivocarnos, al fracasar, manifestamos nuestra verdad humana (…) podemos fracasar porque somos hombres y porque somos libres: libres para equivocarnos, libres para corregirnos, libres para progresar.

«Más de uno no puede librarse de sus propias cadenas ha sabido
sin embargo
liberar a su amigo de ellas»
Nietzsche

Fracasar es una oportunidad de aprender, esa es una máxima en la creo firmemente, que defiendo. Ahora bien, no todos los fracasos generan aprendizaje, tenemos que saber balancear el fracaso en su medida y no personalizarlo.

Podemos fallar infinidad de veces en un proyecto, pero no ser un fracasado. Es otra de las cosas que tenemos que tener claro. Ojo con personalizar el fracaso en la persona o el equipo ¿Disponían de los medios, la tecnologia, los recursos? ¿Estaba el mercado maduro para adoptar el producto? ¿Llegamos en el momento idóneo al mercado? ¿Se contaba con el apoyo de la dirección?

No banalicemos el fracaso, tampoco lo subestimemos. Todo tiene su justa medida. Si tengo claro que para avanzar, innovar, crecer, mejorar, escalar… hay que fracasar, aprender, y volver a la cumbre con las lecciones aprendidas, habiendo aplicado dosis de aprendizaje generado.

« Fail fast, learn fast»
[Fracasar deprisa, aprender deprisa]

(…) démonos, pues, prisa en fracasar, porque así nos encontraremos frente a la realidad mejor que a través del éxito (…)

(…) vale más un fracaso rápido y rápidamente rectificado que ningún tropiezo (…)

(…) hay que haber fracasado para saber que de eso se sale (…)

(…) la experiencia del fracaso es la experiencia de la vida misma. En la borrachera del éxito tenemos a menudo la sensación de flotar (…) en el fracaso, por el contrario, chocamos con una realidad que no conocíamos y que nos vapulea (…) cuanto más deprisa fracasamos, antes la afrontamos. Esa es la condición del éxito.

«La vida es experiencia;
cuantas más experiencias,
mejor»
Ralf Waldo Emerson

(…) el error corregido se convierte para el sabio en el único camino para descubrir la verdad (…)

«Una larga serie de éxitos no prueba nada
cuando el fracaso de una sola comprobación 
experimental prueba que aquello es falso»
Albert Einstein

(…) el sabio antes que nada es alguien que sabe equivocarse (…)

«Errar es humano;
perseverar;
diabólico»
San Agustín

(…) el fracaso es lo contrario del éxito, pero es un contrario que el éxito necesita (…)

«He fallado 9.000 tiros a canasta a lo largo de mi carrera. He perdido casi 300 partidos; 26 veces confiaron en mi para introducir la canasta de la victoria y fallé. He fracasado una y otra vez en mi vida. Esa es la razón por la que he tenido éxito»[i] (…) sin fuerza de negación no puede haber fuerza de afirmación.

La lección de humildad que nos ofrece el fracaso es la ocasión de medir nuestros límites, mientras que el delirio narcisista o la ilusión de omnipotencia nos alejan de esa toma de conciencia.

(…) los sabios son personas muy humildes (…) fracasan constantemente porque se pasan la vida corrigiendo falsas intuiciones y dejan nunca pasar de largo la ocasión de curarse de la arrogancia o del fantasma de la omnipotencia (…)

(…) el fracaso nos hace humildes y esa humildad es con frecuencia el comienzo del éxito.

«No os inquietéis por vuestros apuros en matemáticas,
que los míos son muchos peores»
Albert Einstein

El fracaso nos hace más humildes, la humildad nos vuelve sabios y esa sabiduría puede hacernos ganar.

(…) creer es dudar, es soportar la duda hasta el fondo del alma.

«Dios mío, 
dame fuerzas para aceptar lo que no puedo cambiar, 
la voluntad de cambiar lo que puedo cambiar, 
y la sabiduría de saber distinguir lo uno de lo otro»
Marco Aurelio

Lo opuesto a la sabiduría es seguramente la negación de la realidad. Atascarse en la negación del fracaso es la manera más segura de no sacar ningún provecho de él (…)

« ¡He perdido!
pero ahora sé lo que quería saber»
Roger Federer

«Yo nunca pierdo;
o gano o aprendo»
Nelson Mandela

(…) la primera virtud del fracaso es recordarnos los límites de nuestro poder (…)

(…) serendipity, designa esa capacidad de encontrar aquello que no buscamos (…)

(…) cuando nos enfrentamos al dolor del fracaso nos da la impresión de que no valemos para nada. Como vivimos en países donde la cultura del error está muy poco desarrollada, confundimos «haber fracasado» con «ser un fracasado». Confundimos el fracaso de nuestro proyecto con el fracaso de nuestra persona (…)

«El fracaso está en los fundamentos del éxito»
Lao-Tse

(…) el gran hombre debe ser capaz de sobrepasar los límites de su saber atreviéndose con actos intuitivos, con decisiones (…)[ii]

(…) el audaz conoce el miedo, pero lo convierte en motor (…) al impulsivo le gusta el riesgo; el audaz tiene sentido del riesgo.

(…) «La fortuna ayuda a los osados»[iii]. Los ayuda porque la provocan: se provocan a sí mismos, provocan su talento.

«Actuar como un primitivo,
prever como un estratega»
René Char

Aprender a atreverse es aprender a no atreverse a todo, es atreverse cuando hace falta, cuando las necesidades de la acción exigen ese salto por encima de lo que sabemos (…)

(…) cada día que pasa es una amenaza a la obsolescencia (…)

Cuatro ejes de una metodología para aprender a atreverse:
● acrecentar la propia capacidad,
● admirar la audacia de los demás,
● no ser demasiado perfeccionista
● y acordarse de que el fracaso sin audacia duele mucho más.

«Enseñar no es llenar una vasija,
es encender un fuego»
Montaigne

(…) el ideal de nuestra escuela es el alumno completo, aplicado, «dentro de la norma». Se prefiere a los alumnos buenos en general. Los de perfiles atípicos, brillantes acá, flojos allá, interesan menos.

«Nunca reforzar los puntos débiles,
reforzar siempre los puntos fuertes»
Julien Gracq

Si es verdad que uno tiene que trabajar los puntos débiles para que no se conviertan en incapacitantes, hay que «reforzar sobre todo los puntos fuertes», apostar por el propio talento.

Si sabes meditar, observar y conocer
sin ser nunca escéptico o destructor
soñar, pero sin dejar que tu sueño te domine
pensar, sin ser solo un pensador.[iv]

En una visión audaz de la existencia, el saber debe presentarse desde el comienzo como algo que aspira a ser sobrepasado, los conocimientos como algo que delimita una zona de confort de la que habrá que salir.

(…) una vida exitosa es una vida plagada de preguntas (…)

«Si habéis venido por Purple Rain,
os habéis equivocado de puerta;
lo que cuenta no es lo que ya sabéis,
sino lo que estáis dispuestos a aprender»
Prince

Si puedes encontrar Triunfo tras Derrota
y recibir a esos dos impostores de la misma manera,
si puedes conservar tu arrojo y tu cabeza
cuando todos los demás lo hayan perdido…[v]

(…) «Triunfo» nos miente tanto como «Derrota» en cuanto le consentimos que nos resuma, que nos defina, que nos encierre (…)

«Mantén tu arrojo y tu cabeza
cuando los demás la pierdan»
Toni Nadal

(…) la fuerza de los más grandes: cuestionarse uno mismo en medio de la vorágine de la victoria.

«Stay hungry, stay foolish!»
[¡Mantente hambriento, mantente alocado!]
Steve Jobs

Sacarle partido a los éxitos de uno es comprender que deben ser superados tanto como los fracasos.

«Semejante victoria me reportaría muy poco honor: venciendo sin peligro no se triunfa con gloria»[vi]

Si las victorias fáciles son «triunfos sin gloria», dan menos alegría que los éxitos difíciles, arrancados con dolor. Las dificultades de la conquista nos permiten estimar su precio.

Nuestros fracasos son botines, a veces incluso son verdaderos tesoros. Hay que asumir el riesgo de vivir para descubrirlos, y compartirlos para llegar a valorarlos.

«El hombre es el único animal cuya acción es insegura,
que duda y anda a ciegas,
que hace proyectos con las esperanza
de triunfar y miedo a fracasar»
Bergson


Link de interés

«Se aprende poco con la victoria
y mucho con el fracaso» 
Proverbio japonés

Recibid un cordial saludo


[i] Michael Jordan
[ii] Aristóteles
[iii] Virgilio en la Eneida
[iv] Rudyard Kipling
[v] Rudyard Kipling
[vi] El Cid de Corneille

martes, 20 de septiembre de 2016

Empresas que caen: Y por qué otras sobreviven

Estimad@s amig@s

Sinopsis
Tras el impacto generado por la caída de gigantes como Lehman Brothers o Enron, Collins ha dedicado otro lustro a estudiar qué factores arrastran a las grandes empresas a la ruina. ¿El declive puede ser detectado con la suficiente antelación para corregirlo?, ¿cuán hondo puede caer una compañía para que su recuperación sea inevitable?, ¿cómo se puede corregir una mala situación?
En consecuencia, se trata de saber cuáles son los síntomas y las fases de la caída. Sólo siendo capaces de predecirla y detectarla se puede revertir a tiempo.
Toda organización, no importa lo grande que sea, es vulnerable. No existe ninguna ley que garantice la supervivencia, pero como concluye este trabajo de investigación, algunas empresas logran sobrevivir a las crisis siendo aún más fuertes que antes.

«El declive se puede detectar.
El declive se puede evitar.
El declive se puede revertir»
Jim Collins

Prólogo
El propósito de este libro es presentar una perspectiva ─basada en un trabajo de investigación─ sobre cómo puede llegar el declive incluso a aquellos que aparentemente son invencibles, de modo que los directivos puedan tener más posibilidades de evitar un destino trágico.
Jim Collins


«Perdurar o caer, sobrevivir o desaparecer depende más de lo que tú te hagas a ti mismo que de lo que el mundo haga por ti»
Jim Collins

Desgraciadamente todos los días caen  empresas, lo importante es ser capaz de identificar modelos, patrones de comportamiento, tanto de fracasos como de éxitos y en la medida de las posibilidades de cada uno adaptarlos a su organización e intentar que no seamos los próximos en caer.

Además de lo anterior hay que añadir el factor suerte. Estar en el momento adecuado en el sitio adecuado puede significar caer o sobrevivir. No te estoy invitando a jugarte a los chinos, los próximos movimientos estratégicos de tu empresa, pero si aprovecho para poner de manifiesto que muchas veces el factor suerte puede ser determinante.

«Ésta es la lección: no cedáis nunca, no cedáis nunca, nunca, nunca, nunca, nuncaante nada, grande, pequeño o insignificante─, nunca cedáis, excepto en cuestiones de convicciones de honor y sentido común. Nunca cedáis a la fuerza; nunca cedáis al poder aparente incontenible del enemigo»
Winston Churchill

(…) no hay que tratar de presentar las respuestas correctas, hay que centrarse en plantear buenas preguntas.

─Cuando estás en la cima del mundo, eres la nación más poderosa de la Tierra, la empresa más prospera de tu sector, el mejor jugador de un deporte, tu propio poder y el éxito pueden ocultar el hecho de que ya estás encaminándote hacia el declive (…)

Veo el declive de una empresa como una enfermedad, con sus diferentes etapas: más difícil de detectar pero más fácil de curar en las primeras fases y más fácil de detectar pero más difícil de curar en las fases tardías (...)

Toda empresa es vulnerable, independientemente de lo grande que pueda ser. No importa lo que hayamos logrado, no importa lo lejos que hayamos llegado, no importa cuánto poder hayamos acumulado, somos vulnerables al declive (…) Cualquiera puede caer y la mayoría termina haciéndolo.

Fase 1: La arrogancia nacida del éxito
(…) hibris es el orgullo desmedido, de hacer caer a un héroe (…) o una arrogancia desmesurada que causa sufrimiento al inocente.

(…) arrogancia en los saltos indisciplinados dados en áreas en las que una compañía no puede llegar a ser la mejor (...) arrogancia en la persecución del crecimiento por parte de una empresa (…) arrogancia en las decisiones audaces y arriesgadas tomadas cuando todo está en contra (…)  arrogancia en la negación de la posibilidad de que la empresa pueda estar en peligro debido a amenazas externas o erosión interna (…) arrogancia: la negligencia arrogante.

El éxito de Wal-Mart preocupaba a Walton. Se inquietaba pensando cómo inculcar su determinación y su humilde y a la vez extraordinaria curiosidad en la compañía para que permaneciera más allá de su vida (…)

Indicadores de la fase 1
·         Derecho al éxito, arrogancia.
·         Se descuida el engranaje primordial
·         «Qué» sustituye a «por qué».
·         Declive de la orientación al aprendizaje.
·         Minimización del papel de la suerte.

Fase 2: la persecución indisciplinada del crecimiento
(…) los que crearon las empresas excelentes de nuestra investigación distinguieron entre el valor de la acción y su precio, entre accionistas y especuladores y reconocieron que su responsabilidad consistía en construir valor para el accionista, no en maximizar el valor para el especulador.

«Crecimiento en la eficacia,
crecimiento en el impacto distintivo,
crecimiento en la creatividad,
crecimiento en las personas»  
Jim Collins

Si tuviera que elegir un indicador por encima de los demás como señal de alarma, sería la decreciente proporción de puestos clave cubiertos con personas adecuadas (…) ¿Cuáles son los puestos clave en nuestra organización? ¿Qué porcentaje de esos puestos podemos decir con seguridad que están ocupados por las personas adecuadas? (…) ¿Qué expectativas de recambio tenemos para el caso de que una persona adecuada deje un puesto clave?

« (…) perdimos a mucha gente joven porque no éramos una meritocracia»
Bank of America

Los líderes que fracasan en el proceso de sucesión colocan a la empresa en el camino del declive (…)

Indicadores de la fase 2
·         Búsqueda insostenible del crecimiento y confusión entre grande y excelente.
·         Saltos discontinuos e indisciplinados.
·         Proporción decreciente de personas adecuadas en los puestos clave.
·           El dinero fácil mina la disciplina en los costes.
·         La burocracia mina la disciplina.
·         Sucesión problemática en el poder.
·         Intereses personales por encima de los intereses de la organización.

Fase 3: la negación del riesgo y el peligro
Las empresas excelentes hacen grandes apuestas, pero evitan las que podrían provocar boquetes por debajo de la línea de flotación. Cuando tomemos decisiones arriesgadas y hagamos apuestas teniendo datos contradictorios, planteémonos (…)
1.   ¿Cuál es la ventaja obtenida si las cosas salen bien?
2.   ¿Cuáles son los inconvenientes si las cosas salen muy mal?
3.   Realmente podemos vivir con esos inconvenientes?

Indicadores de la fase 3
·         Acentuar lo positivo, minimizar lo negativo.
·         Grandes apuestas y objetos audaces sin validación empírica.
·         Asumir riesgos enormes basándose en datos ambiguos.
·         Erosión de la dinamiza de un equipo saludable.
·         Externalización de la culpa.
·         Reorganizaciones obsesivas.
·         Distancia altiva.

Fase 4: La búsqueda desesperada de la salvación
(…) el sello de la mediocridad no es querer cambiar. El sello de la mediocridad es la inconsistencia crónica.

Cuando nos encontramos en una situación difícil, cuando estamos a punto de caer, nuestro instinto de supervivencia ─y nuestro miedo- puede hacer que nuestra reacción y nuestro comportamiento sean contrarios a los adecuados para nuestra salvación (…)

Indicadores de la fase 4
·         Una serie de soluciones mágicas
·         Búsqueda de un líder salvador
·         Pánico y prisa
·         Cambio radical y «revolución» a bombo y platillo
·         El bombo y platillo precede a los resultados
·         Alza inicial seguida de decepción
·         Confusión y cinismo
·         Reestructuraciones crónicas y erosión de la situación financiera

Fase 5: Capitulación: ser insignificante o morir
No todas las empresas merecen perdurar. Quizá la sociedad está mejor librándose de las empresas que han pasado de ser excelentes a ser terribles, no permitiendo que continúen perjudicando a sus accionistas con sus grandes deficiencias. La autoperpetuación empresarial no tiene sitio legítimo en un mundo con recursos escasos; la mediocridad empresarial debería ser eliminada o transformada en excelencia.

« (...) no somos prisioneros de nuestras circunstancias, de nuestros reveses, de nuestra historia, de nuestros errores, ni de las derrotas más asombrosas que nos puedan haber ocurrido por el camino. Nos liberan nuestras decisiones»

(…) las grandes naciones pueden caer y recuperarse. Las grandes empresas pueden caer y recuperarse. Las grandes instituciones sociales pueden caer y recuperarse. Y los grandes individuos pueden caer y recuperarse. Siempre y cuando uno no sea eliminado del juego (…)

«El fracaso no es tanto un estado físico como un estado mental. El éxito es caer y levantarse, una y otra vez, sin fin»



Link de interes
Empresas que sobresalen
Empresas que perduran

« (…) el dinero aprieta.
La esperanza se desvanece.
Las opciones se estrechan»

Recibid un cordial saludo

lunes, 26 de diciembre de 2011

¿POR QUÉ LOS PROFESIONALES NO COMUNICAMOS MEJOR? Los siete pecados capitales del mal comunicador

Estimad@s amig@s

“La enfermedad de nuestro tiempo es la incontinencia verbal. Se gastan muchas palabras en proclamas pero no se concreta nada. Son mensajes vacíos.”

Sinopsis
¿Se puede aprender a comunicar mejor? ¿Es importante lograrlo? Rotundamente sí, responde el autor a ambas preguntas. Se puede aprender y este libro propone un eficaz método para conseguirlo. Y es importante lograrlo porque, si no sabemos comunicar nuestras ideas, nuestra vida profesional se acabará resintiendo. Comunicar bien nos ayuda a convencer, a ganar adhesiones, a crear confianza, a generar liderazgo.
El autor repasa los pecados capitales del mal comunicador: la improvisación, el descontrol emocional..., y explica cómo una mala comunicación lleva a una baja productividad. Contra esto, reivindica los liderazgos basados en la palabra y repasa las dotes comunicadoras de personajes relevantes de la vida pública como Barack Obama, Adolfo Suárez, Nelson Mandela, Gorbachov o Tony Blair, y compara los estilos comunicativos de dos entrenadores emblemáticos: Mourinho y Guardiola.
Un libro útil y práctico, que combina ejemplos sacados de la trayectoria profesional del autor y su trato con destacados personajes de la vida pública, con interesantes consejos de fácil aplicación para mejorar nuestra capacidad de comunicación y con ella el adecuado desarrollo de nuestra empresa.

"No lo olvidéis: la comunicación es el cincuenta por ciento de la batalla en la era de la información. Dilo una vez, dilo dos veces y sigue diciéndolo, y cuando hayas terminado, sabrás que aún no lo has repetido lo suficiente".

Que los profesionales no comunicamos bien, no es ningún descubrimiento. Lo malo de esto es que además de ser concientes de ello, no nos esforcemos en mejorar.
Hablamos de marca personal, liderazgo, gestión, marketing, redes sociales, Klout y yo que sé cuantas cosas más, alguna de ellas superfluas o que no nos ayudan en demasiada a mejorar nuestra empleabilidad. Pero no hablamos de lo mal que lo hacemos dando una ponencia ante muchos o pocos directivos, o que si se nos cuelga el power point estamos acabados como comunicadores.
Lo importante es comunicarnos a diario, desde el dar los buenos dias, escribir un correo electrónico a un cliente para enviarle una oferta, llamar a un proveedor, o impartir una sesión en un master. Tenemos muchas asignaturas pendientes, pero una y de las importantes es aprender a comunicar mejor.

“Si llego a saber que tenía que hablar en público,
igual no marco el gol en la final.”

Es una lástima: personas con alto nivel de formación en su profesión (…) no comunican bien. No comunican bien ni sus proyectos, ni siquiera lo que saben, lo que aprendieron en la universidad o en la escuela especializada.
Observen en su vida cotidiana: hay médicos que comunican las peores noticias sin tacto alguno; arquitectos que se creen más importantes que su edificio y así lo expresan; ingenieros que hablan solo para los de su secta tecnológica; abogados convencidos de que su licenciatura jurídica equivale a hablar como Demóstenes
No comunicamos suficientemente bien, salvo excepciones, ni presencialmente, ni por teléfono, ni por correo electrónico, ni en las reuniones… En cualquier intervención en público afloran los defectos más habituales; improvisamos, hablamos demasiado, hablamos muy alto, o muy bajo, escuchamos poco, no estructuramos bien el mensaje, no vocalizamos bien…
¡No solemos decir correcta y pausadamente ni nuestro propio nombre, ni el de la empresa o entidad a la que representamos!

“Para saber hablar,
es preciso escuchar.”

El discurso, la intervención oral, debe planificarse, estructurarse y después interpretarse en la escena, ya sea el aula, la sala de reuniones o de conferencias…

“La vida no puede escribirse primero en borrador y después corregirla.”

Del mismo modo que el catecismo católico señala los siete pecados capitales –lujuria, pereza, avaricia, envidia, ira, gula y soberbia- también podríamos hablar de los pecados capitales de la mala comunicación… los principales son también siete:
1. La improvisación.
2. La falta de escucha.
3. El descontrol del tiempo.
4. La arrogancia.
5. No saber empezar, ni saber terminar.
6. Descuidar la comunicación no verbal.
7. Déficit o exceso de emoción.

“El primer grado de la sabiduría es saber callar;
El segundo es hablar poco y moderarse en el discurso.”

Sin comunicación adecuada, las corporaciones pierden perfil, posicionamiento, reconocimiento y credibilidad…
Uno de los errores principales de los directivos de empresa a la hora de comunicar es que hablan exactamente igual para todo el mundo…
La comunicación interna es muy importante y la búsqueda de cercanía también.
… o se hace la comunicación mejor, incluidos los folletos publicitarios, o nos costará sobrevivir en un mundo de tanta competencia.
Solo la información transparente puede ayudar a mitigar la inquietud sobre el futuro. La información deficiente, y a veces hasta el oscurantismo, suele ser fuente de desestabilización emocional de los empleados.
… cuando la dirección no escucha a su gente y toma decisiones estratégicas sin conocer si el equipo humano está o no en condiciones de llevar a cabo el cambio propuesto, la ejecución puede resultar o un fracaso o bien puede requerir costos innecesarios o mayores plazos de ejecución.

“La palabra mueve a las personas.
El ejemplo es el que arrastras.”

¿Se puede ser líder de algo sin capacidad de comunicación? Difícilmente…
… la comunicación es la principal aliada de los lideres. Su relación es directa, sin lugar a grandes teorías intermediarias: a peor comunicación, mayor debilidad en el liderazgo…
… una palabra de más genera rechazo, mientras que una palabra de menos, si es la esencial, no se consigue abrir esa puerta.

“Hay que preparar meticulosamente las improvisaciones.

Decálogo para la comunicación excelente:
- Concéntrese antes de comunicar
- Conozca antes el escenario de la comunicación
- Vocalice bien, sobre todo los nombres propios y los de las empresas
- Lo que tenga que decir, dígalo cuanto antes y claro
- En las comunicaciones, sobre todo, brevedad
- Cuando comunique, mire al interlocutor a la cara
- Identifique al receptor: entérese bien de a quién le está hablando
- En comunicación, ante la duda, sencillez y naturalidad
- No se preocupe tanto por las preguntas y prepare las respuestas
- Nunca mienta: mentir, sobre todo, no es rentable

“Ordenada el alma,
la comunicación es más fácil.”
Marina Geli


¿POR QUÉ LOS PROFESIONALES NO COMUNICAMOS MEJOR?
Los siete pecados capitales del mal comunicador
Manuel Campo Vidal
RBA

Link de interes
¿POR QUE LOS ESPAÑOLES COMUNICAMOS TAN MAL?

“Cuando muere un dictador, hacen cola los valientes.”
Julio María Sanguinetti

Recibid un cordial saludo