Estimad@s amig@s
Sinopsis
Que vivimos tiempos de incertidumbre parece
requerir pocas explicaciones. Las viejas certezas de prosperidad y progreso se
han desdibujado con la misma facilidad con la que los gobiernos nacionales y
los organismos multilaterales han perdido eficacia en la gobernanza de la globalización.
Los efectos de la crisis económica,
la revolución digital y la aceleración
exponencial del tiempo y los cambios agudizan esta sensación de desamparo.
Esta situación nos hace
cuestionarnos si perderemos nuestros empleos frente al auge de la inteligencia artificial o si el futuro pertenecerá a una China liberal que abraza la causa del comercio libre. Estados Unidos y Reino
Unido se repliegan, los populismos y
nacionalismos regresan a Europa, y
cabe preguntarse si el orden liberal-democrático que había dado forma al mundo
se descompone. Incluso dudamos de si nuestra vida en el planeta no está
condenada a perecer por el cambio climático.
Desde su dilatada experiencia profesional y su empeño intelectual como observador, Antonio Garrigues Walker ofrece una visión panorámica del malestar global y lo analiza. Lejos de catastrofismos y de optimismos ingenuos, el autor matiza algunos de los hechos que nos preocupan y propone, desde un liberalismo político clásico y empático, algunas formas de abordarlos.
Desde su dilatada experiencia profesional y su empeño intelectual como observador, Antonio Garrigues Walker ofrece una visión panorámica del malestar global y lo analiza. Lejos de catastrofismos y de optimismos ingenuos, el autor matiza algunos de los hechos que nos preocupan y propone, desde un liberalismo político clásico y empático, algunas formas de abordarlos.
Un repaso a las fuerzas, cambios y retos de un mundo globalizado que muestra cómo
hemos llegado hasta aquí y explica cómo podemos seguir creyendo en un mundo
abierto que ahora se nos presenta lleno de incertidumbres.
«la historia podrá arrollarme un minuto,
el
minuto final»
Séneca
A
modo de justificación
(…) paradójicamente, la era
más presentista nos obliga a pensar
como ninguna otra en el largo plazo.
Una dificultad añadida.
(…) la pedagogía escasea, quizás también falta de tiempo (…)
(…) los problemas son reales,
pero muchos de ellos están agigantados artificialmente por la percepción
presentista, especialmente aquellos que son problemas diagnosticados para el
futuro. Prevemos que el futuro será malo, o al menos peor, y no es
necesariamente así.
«Un hombre elige un oficio,
y
ese oficio,
por
ejemplo el nuestro,
lo
convierte en lo que es.
Cuando
uno toma un oficio,
el
oficio se apodera de uno»[i]
Siempre es un placer leer,
escuchar, reflexionar de la mano del maestro Antonio
Garrigues Walker.
En manual
para vivir en la era de la incertidumbre, nos insufla grandes dosis de
realidad a la vez que nos invita a seguir apostando por un mundo mejor, a
levantarnos todos los días y seguir luchando por ser mejores personas —directivos,
defender nuestros valores, no decaer, ser optimista a la vez que realistas.
El futuro está lleno de
oportunidades, pero si no luchas por ellas probablemente se esfumarán. Levántate
todos los días con ilusión, con ganas de luchar, con el mismo espíritu de
servicio y da lo mejor de ti.
«La formación permanente es el ideal
del
hombre ilustrado y humanista»
El
malestar global
(…) la influencia de la revolución tecnológica en la relación
del ser humano consigo mismo y su propio papel en el mundo. Esto afecta a
cuestiones que van más allá del salario, la renta o el precio de la vivienda,
que apelan a cuestiones profundas
del ser humano, valores, atavismos y costumbres antropológicas que, ebrios
de triunfo, quizá dimos alegremente por superados.
Manifestaciones
del malestar
(…) la democracia liberal
necesita ser eficaz para sobrevivir, y no está claro que lo esté siendo en el
nuevo panorama global. Todo confluye para aumentar la sensación de desamparo, incertidumbre, descontrol
y malestar. ¿Podemos tachar de irracional que así sea?
«Un poco de ciencia nos aparta de Dios.
Mucha,
nos
aproxima a Él»
Louis
Pasteur
Razones
para no decaer
(…) cabe preguntarse si
China no está más cerca de convertirse en un polo de inestabilidad mundial más
que en la potencia emergente de la trampa de Tucídides
que vendrá a ocupar el lugar de Estados Unidos y Occidente (...) Occidente
tiene aún muchas opciones de reequilibrar la balanza a su favor. Su auge es innegable,
pero también los matices que pueden condicionarlo.
(…) en algún momento (…) la
sociedad civil levantará la voz para hablar de la necesidad de nuevas ideas,
nuevas formas y nuevas actitudes en donde quepa incluso un poco de grandeza,
una virtud que ha iluminado algunos momentos de la vida política y cambiado la
historia.
«El naufragio del Titanic es un símbolo grandioso, desde
el propio nombre del buque hasta el modo en que se produjo dicho naufragio. Es el
hundimiento de la idea misma de progreso: la perfección de la técnica se ve
perturbada por el accidente. Tras el arrogante optimismo viene el pánico; tras
el mayor lujo, la destrucción; tras el automatismo, la catástrofe»[ii].
Desechamos
la resignación. El futuro
de la globalización no está escrito, está en nuestras manos y se presenta
esperanzador a poco que miremos más allá de la inercia emocional de estos años
de cambio.
«Prefiero molestar con la verdad
que complacer
con adulaciones»
Séneca
Link
de interés
«Llega a ser lo que eres»
Recibid un cordial saludo
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