domingo, 30 de diciembre de 2018

La bailarina de Auschwitz


Estimad@s amig@s

Sinopsis
Eger tenía dieciséis años cuando los nazis invadieron su pueblo de Hungría y se la llevaron con el resto de su familia a Auschwitz. Al pisar el campo, sus padres fueron enviados a la cámara de gas y ella permaneció junto a su hermana, pendiente de una muerte segura. Pero bailar El Danubio azul para Mengele salvó su vida, y a partir de entonces empezó una nueva lucha por la supervivencia. Primero en los campos de exterminio, luego en la Checoslovaquia tomada por los comunistas y, finalmente, en Estados Unidos, donde acabaría convirtiéndose en discípula de Viktor Frankl. Fue en ese momento, tras décadas ocultando su pasado, cuando se dio cuenta de la necesidad de curar sus heridas, de hablar del horror que había vivido y de perdonar como camino a la sanación.
Su mensaje es claro: tenemos la capacidad de escapar de las prisiones que construimos en nuestras mentes y podemos elegir ser libres, sean cuales sean las circunstancias de nuestra vida.

«Nadie puede quitarse
lo que pone en su mente»

Introducción
(…) con el tiempo, he aprendido que puedo decidir cómo reaccionar ante el pasado. Puedo sentirme desgraciada o esperanzada. Puedo sentirme deprimida o feliz. Simplemente tenemos la posibilidad de decidir, la posibilidad de tener el control (…)

La libertad reside en aceptar lo sucedido. La libertad significa armarnos de valor para desmantelar la prisión pieza a pieza.

(…) el victimismo procede del interior. Nadie puede convertirnos en victima excepto nosotros mismos (…)

(…) nos convertimos en nuestros propios carceleros cuando optamos por limitarnos mediante la mentalidad de la víctima.

(…) ser un superviviente, salir adelante, requiere una aceptación absoluta de lo que se ha sido y lo que se es (…)

(…) los supervivientes no tienen tiempo de preguntar, «¿Por qué a mí?». Para los supervivientes, la única pregunta relevante es: «¿Y ahora qué?».

(…) libertad frente al pasado, libertad frente a los fracasos y miedos, libertad frente a la rabia y los errores, libertad frente al remordimiento y el duelo no superado, y libertad para disfrutar plenamente del rico festín de la vida (…)

«Si sobrevivo hoy,
mañana seré libre»

Los libros, independientemente del género al que pertenezcan (novela, ensayo, etc.) cuando nos muestran como evolucionar, cuando nos hacen empatizar con la protagonista, nos permiten crecer, salir de nuestra zona de confort, nos ayudan a conocernos más y mejor, a hacernos preguntas ―reflexiones poderosas… «tengo más que ofrecer; lo sé, aunque todavía no sé qué»

La bailarina de Auschwitz, es un libro valiente, inspirador que dejar huella en el lector, que te ayudara a valorar mucho más lo que tienes e incluso a interiorizar lo banales que somos cuando deseamos aquello que no tenemos.

Se valiente, si se cierra una puerta se abre una ventana, aprende a adaptarte a lo imposible y lo inconcebible. La esperanza nunca se pierde, no permitas que tu cabeza te autolimite «siempre hay dos mundos. El que elijo y el que niego, que entra siempre sin mi permiso», siempre hay motivos de sobra para luchar, ¡nunca te rindas!

«Siempre hay dos mundos.
El que elijo y el que niego
que entra siempre sin mi permiso»

¿Me dan esos recuerdos una imagen de mi fortaleza? ¿O de mis heridas? (…)
(…) ¿qué puedo hacer con la vida que he recibido?

(…) planeo mi venganza. No será la venganza del odio, será la venganza de la perfección (…)

(…) podemos prestar atención a lo que hemos perdido o prestar atención a lo que todavía tenemos.

(…) cuando la muerte es la respuesta a cada pregunta, ¿para que vas a andar? ¿Para que vas a hablar si cualquier interacción con los vivos demuestra que deambulas por el mundo en compañía de una congregación de fantasmas cada vez más numerosa? (…)

(…) ser agresiva es decidir por los otros. Ser asertiva es decidir por ti misma (…)

(…) «recuerda, nadie puede quitarte lo que pongas en tu mente». No podemos decidir hacer desaparecer la oscuridad, pero podemos decidir encender la luz.

(…) responder las preguntas que nos planteaban nuestras vidas: ¿por qué sobreviví? ¿Cuál es mi objetivo en la vida? ¿Qué sentido puedo encontrar a mi sufrimiento? ¿Cómo puedo ayudarme a mí y a otros a soportar los avatares más duros de la vida y experimentar más pasión y alegría? (…)

(…)  me he convertido en mi propia carcelera, me digo: «No importa lo que hagas, nunca serás lo bastante buena».

(…) dos de mis frases más importantes en cualquier sesión de terapéutica: «Has dicho que…» y «Cuéntame más» (…)

(…) aferrarse a la esperanza cuando te han despojado de todo, cuando te estás muriendo de hambre y te han dado por muerta (…)

(…) la gente me pregunta: ¿cómo se aprende a superar el pasado? ¿Superar? Yo no he superado nada. Cada paliza, cada bombardeo y cada fila de selección, cada muerte, cada columna de humo que asciende hacia el cielo, cada momento de terror que creía que era el último, viven en mí, en mis recuerdos y mis pesadillas (…)

(…) Resulta demasiado fácil construir una prisión con nuestro dolor y nuestro pasado (…)

ARBEIT MACHT FREI,
«El trabajo os hará libres»

(…) el trabajo me ha liberado. Sobreviví para poder realizar mi trabajo (…) se trataba del trabajo interno. De aprender a sobrevivir y prosperar, de aprender a perdonarme a mi misma, de ayudar a los demás a hacer lo mismo (…)

(…) nuestras experiencias dolorosas no son un hándicap, son un regalo. Nos proporcionan perspectiva y sentido, una oportunidad de encontrar nuestro objetivo y nuestra fuerza.

(…) mantra para controlar sus emociones: percibir, aceptar, comprobar, permanecer (…)

«Tengo que convertirme en un agente
 de recursos y esperanza»

El tiempo no cura. Lo que cura es lo que haces con el tiempo. Curarse es posible cuando decidimos asumir la responsabilidad, cuando decidimos correr riesgos y, por último, cuando decidimos liberarnos de la herida, dejar atrás el pasado o la pena.

(…) «no sabemos adónde vamos, no sabemos qué va a pasar, pero nadie puede quitarme lo que pones en tu mente».

«La búsqueda por parte del hombre
del sentido de la vida
 constituye una fuerza primaria […]»
Viktor Frankl


Link de interés

«Podemos construir un mundo seguro en nuestras mentes.
Podemos hacernos invisibles al dolor»

Recibid un cordial saludo

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