Estimad@s amig@s
Sinopsis
Creados para la Grandeza
ahonda en la enseñanza sobre la virtud de la magnanimidad. Una virtud capaz de establecer el tono de toda tu
vida, transformarla, darle un nuevo significado y conducir al crecimiento de tu personalidad. La magnanimidad
es la voluntad de emprender grandes tareas; es la fuente de la grandeza humana. Junto con la humildad, es una virtud específica para
los verdaderos líderes, guiados por
el deseo de alcanzar la grandeza, resaltando la grandeza de los demás. Completo
con pasos prácticos y puntos para el examen
personal, este libro no
solo te inspirará, sino que te situará firmemente en el camino hacia una vida más
magnánima, más plena.
«Pese a mis limitaciones y mi soledad,
o
precisamente por ello,
era
necesario llegar a lo más alto
y no volver a bajar nunca»
General
De Gaulle
Introducción
(…) mi visión del liderazgo
(…)
(i)
El autentico liderazgo debe basarse en una verdadera antropología, que englobe a
su vez la aretología o ciencia de las virtudes (…)
(ii)
La magnanimidad
y la humildad, que son
principalmente virtudes del corazón, constituyen la esencia del liderazgo (…)
(iii)
Las virtudes de la prudencia [sabiduría practica], la fortaleza, la templanza
y la justicia, que son
principalmente virtudes de la mente y de la voluntad, constituyen la base del liderazgo (…)
(iv)
Los líderes
no nacen, se hacen (…)
el liderazgo es una cuestión de carácter (…) y no de temperamento (…)
(v)
El líder no lidera gracias a las «potestas» o al poder que le es
inherente a su cargo o sus funciones, sino gracias a la «auctoritas», que procede
del carácter (…) aquel que no tiene autoridad [auctoritas] tiende a
abusar de su poder [potestas] (…)
(vi)
(…) la virtud de la prudencia, que es la guía de todas las demás.
(vii)
Al practicar las virtudes, los líderes maduran
en sus juicios, sus emociones y su comportamiento (…) los líderes no son escépticos
ni cínicos, son gente realista (…) la persona realista no se rinde ante la
debilidad (…)
(viii)
Los líderes rechazan cualquier acercamiento utilitarista
a la virtud (…)
(ix)
Los líderes practican una ética de la virtud, y no éticas basadas en reglas (…)
(…) «magnanimidad» y «humildad»
son dos palabras llenas de significado y con un extraordinario poder emocional
y existencial; son palabras que van directas al corazón, porque personifican un
ideal de vida, el ideal de la grandeza y del servicio.
(…) la magnanimidad es la voluntad de llevar una vida intensa y plena, y
la humildad el deseo de amar y sacrificarse por los demás (…)
«El liderazgo es un ideal de vida que reconoce,
asimila
y da a conocer
la
verdad sobre el hombre»
Alexandre
Havard
Cuanta falta nos hace la humildad y
que poco uso hacemos de esta gran virtud.
Ser humilde nos ayuda a hacer equipo, desarrollar
personas ―compañías, y como no a crecer nosotros. No somos tan buenos, grandes o
sabios como nos creemos, ser capaces de reconocer nuestras debilidades, conocer
nuestras fortalezas para afianzarnos en ellas.
La falta de humildad, nos aleja de la
realidad, nos muestra un escenario que no es real, una empresa sin compromiso
donde cada uno va a lo suyo, nadie tiene interés en el desarrollo del equipo.
El liderazgo conlleva ser magnánimo, humilde, estar atento a las personas, no somos nadie sin el apoyo
del resto de las personas. No seamos egoístas, ególatras, etc., huyamos de todo
lo que nos aleje de la realidad.
«No seríamos nada sin una voluntad total de
servicio» es la frase del gran Adolfo
Suarez que siempre me acompaña, os lanzo una pregunta ¿sin voluntad de servicio,
qué somos? Prefiero no saberlo. Vaya a ser que no me guste lo que veo.
«Hay grandes hombres que hacen a todos los demás sentirse pequeños. Pero la verdadera grandeza consiste en
hacer que todos se sientan grandes»
Charles
Dickens
(…) la persona magnánima es aquella que pone todo el corazón en conquistar
el mundo y en alcanzar la excelencia
personal (…)
(…) los lideres siempre
emprenden acciones, pero nunca hacen las cosas solo por hacerlas (…)
Aquel que es magnánimo y humilde estima «magnánimamente» tanto sus talentos como sus
habilidades y se considera digno de cosas grandes, con las que además se
compromete (…)
La
vanidad es la búsqueda de la falsa grandeza (…) la grandeza está
en otra parte: en la virtud y en el logro de la excelencia humana (…)
Según Platón, las principales virtudes
humanas son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza
(…)
(…) la humildad reafirma la dignidad
y la grandeza de los demás. El liderazgo implica tirar más que empujar,
enseñar más que ordenar e inspirar más que reprender (…) los «seguidores» de un líder son la gente a la que sirve.
(…) es precisamente
sirviendo a los demás cuando uno se convierte en alguien grande.
«La grandeza personal
para cualquier líder
se mide por su eficacia
en poder en escena
la
grandeza de aquellos
a quienes sirve»
Jhon
Wooden
Para
servir a los demás, antes
tienes que saber cómo escucharles (…) «no juzgues por las apariencias. Recuerda
que uno debe romper la piedra para encontrar el diamante que hay escondido
dentro»[i]
(…)
(…) el orgullo y el egoísmo, al
igual que la pusilanimidad, son (…) fuentes
de tristeza, resentimiento y pesimismo.
(…) vivir de acuerdo con nuestra conciencia es duro, pero es
fundamental para vivir de manera virtuosa y para liderar.
«¡El liderazgo es
PODER!»
¿En
que soy bueno? ¿Cuál es mi fuerte? No siempre esta claro. «La mayoría
de la gente cree saber en que es buena, pero normalmente se equivoca (…) solo
hay una manera de descubrirlo: con un análisis de las críticas»[ii]
(…)
Una vez identificado nuestro talento necesitaremos desarrollarlo. Aunque es
importante superar nuestras debilidades, es mucho más importante desarrollar nuestros puntos fuertes.
(…) todo el mundo tiene una misión
particular que descubre cuando es consciente de su talento (…)
(…) si uno no es líder en todo momento, no es líder en absoluto.
Practicar la humildad es
reconocer «ese algo que lucha contra la razón y se resiste a ella»[iii]
(…)
Practicar
la humildad es
reconocer por fin los errores. No
deberíamos tenerles miedo (…) «He cometido un considerable número de errores y
está empresa ha sido lo suficientemente amable como para ayudarme a darme
cuenta. Pero sin ello nunca habría podido crecer»[iv].
(…) una persona humilde no tiene
miedo de sus talentos, sino de
no hacer uso de ellos. El pusilánime
(…) se resiste a hacerlos fructificar: hace un agujero y los entierra (…)
Cuando un líder pone en práctica la humildad, enseña e inspira a la
gente a la que lidera (…) practicar la
humildad es servir a otros y
permitir que otros te sirvan (…)
«La humildad
es
el hábito del servicio»
Alexandre
Havard
Conclusión
Nadie nace magnánimo ni humilde; nadie nace un líder. El liderazgo es el resultado de la
elección libre y un esfuerzo esmerado: «El mundo está lleno de hombres cuya
joven promesa de excelencia ha pasado a ser una mediocridad de mediana edad» (…)
«Hay multitud de hombres que empezaron siendo pedestres empollones para
después transformarse en estrellas indiscutibles con cuarenta y pico años. Intentar valorar el potencial de un hombre
a largo plazo entraña un riesgo más alto que el de intentar atracar el casino
de Montecarlo: y cuanto más «científico» sea el sistema, mayor es el
riesgo»
Peter
F Drucker
Link
de interés
«La esperanza
no conoce obstáculos»
Alexandre
Havard
Recibid un cordial saludo
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