lunes, 12 de noviembre de 2012

Hasta que la herencia nos separe conflictos, pasiones y vendettas


Estimad@s amig@s:

“Para que se acuerden de ti una vez muerto,
haz testamento
...

Sinopsis
Cada familia, cada herencia, tiene su propio ADN hereditario. Y cuando hay herencias por medio, los parentescos familiares desaparecen, los sentimientos se remueven y padres, hijos, hermanos y adláteres sacan lo peor de sí mismos para llevarse cuanto más mejor de la tarta. No son solo historias de dinero, sino de amor y desamor, de duelos entre hermanos, de celos y traiciones, de quién ocupa qué lugar en la jerarquía familiar.
Como no podía ser menos, las administraciones públicas y privadas, y también la Iglesia, se suman litigando por herencias a las que creen que tienen derecho. Y a todos ellos se añade la existencia en España de la figura legal de los caza-herencias, personas que se dedican a husmear en aquellos patrimonios sin herederos para, tras comunicárselo a la Hacienda Pública, recibir una recompensa del 10 por ciento del valor de lo revelado.
Aparte de introducirnos de manera amena y precisa en el proceloso mundo de las herencias, este libro repasa los casos más importantes de litigios familiares en los últimos tiempos, como por ejemplo:
¿Hasta qué punto los hijos pueden decirle al peluquero Lluis Llongueras: «Papá, estás despedido» de la empresa que fundó?
¿Puede la «duquesa roja» desheredar a sus hijos y dejar todo en manos de su viuda?
¿Es posible reclamar una herencia mediante esquelas en distintos periódicos como hicieron los herederos del empresario Luis García Cereceda, que controló los hilos de la política madrileña y nacional hasta su muerte?
¿Por qué Juana Pilar Cebrián fue declarada heredera universal del patrimonio de Encarna Sánchez?
¿Es el ADN fiable para decidir el destino de una herencia como lo fue en el caso del marqués de Larios?
Todo lo anteriormente expuesto tiene un denominador común: la herencia…  

“Cuando un lobo se empeña en tener razón,
pobres corderos”

Hasta que la herencia nos separe, podría ser el título de una película, pero más bien es una realidad que vemos en nuestro entorno más de lo que deseáramos. Familias rotas por culpa de una herencia, algunas veces por una mala redacción de un testamento y otras por los matices que cada uno de los herederos entiende de lo que el testador dejo escrito.
Lo cierto es que si el testador supiese por adelantado las cosas que van a pasar con el reparto de los bienes, probablemente cambiaría éste.
¡Qué difícil es contentar a todos los herederos!, pero mucho más difícil es si no se deja un testamento. Mi recomendación es que en la medida de lo posible se haga éste lo antes posible. Y que si cambiamos de opinión con uno u otro beneficiario, vayamos a la notoria y hagamos los cambios que creamos necesarios.

“Una herencia sin problemas no es herencia,
 sino milagro”

Coincido plenamente con la frase anterior, recibir una herencia y que esto no provoque disgustos familiares es una tarea difícil por muy bien que esté redactado el testamento.
… cuando hay herencias de por medio los parentescos familiares desaparecen y padres, hijos, hermanos y adláteres sacan lo más ruin de sí mismos para llevarse cuanto más mejor de la tarta hereditaria…

“Nunca tomes partido contra la familia”
Michael a Vince, en el Padrino III

El ordenamiento jurídico español contempla, básicamente, dos figuras testamentarias:
Testamentos comunes: Dentro de los testamentos comunes se consideran validos los hológrafos –realizados de puño y letra-, los abiertos – los más habituales- y los cerrados, en los que ni siquiera el notario conoce su contenido.
Testamentos especiales: Testamento militar, marítimo y el realizado en el extranjero.

Como suele suceder, el testamento no es garantía de una herencia ordenada si no está hecho contemplando las distintas variables.  Esa posibilidad de interpretación es la que está provocando que el reparto de la herencia de Severiano Ballesteros se vea abocado a los juzgados. Está claro, eso sí, que el 90% del patrimonio del golfista pasa a los hijos y el 10% a la fundación. La duda es a quién le corresponde gestionar el nombre y la fundación…

“Todas las familias felices se parecen, 
pero las infelices lo son cada una a su manera”



“Siempre se ha de conservar el temor,
mas jamás se debe mostrar”

Recibid un cordial saludo

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