viernes, 9 de junio de 2017

El viaje es la recompensa; Mi lucha por la vida

Estimad@s amig@s

Sinopsis

«No sé si hay vida después de la muerte.
No me importa.
Lo que sí sé es que hay vida
antes de la muerte»

Estas son las sentidas palabras de Francisco Luzón, el hombre que lo fue todo en el mundo de la banca y que en la actualidad sufre una enfermedad «perversa» ¿cómo él la califica? llamada ELA. En este libro narra, con emoción y valentía, la lucha diaria contra un cuerpo empeñado en destruirse, la batalla contra el miedo para que no se apodere del alma y los recuerdos de una vida intensa, de un viaje que ha merecido la pena y que ha sido en sí mismo una recompensa.

«Todas las mañanas pienso en la muerte. No más de cinco o diez minutos. Pero pienso en ella. Y no lo hago con miedo. Lo hago con dolor en el alma»
Francisco Luzón

Reconocimientos
Ama la vida. Vívela con pasión. Lucha por tu sueño. Te podrás caer, pero levántate con más impulso. La vida es lo más hermoso que tienes.

«El viaje es la recompensa»
Viejo proverbio chino

La recompensa es el libro, hablar de tu enfermedad, limitaciones, cambios de carácter, de cómo vas perdiendo el control del habla, los movimientos, gestos. Tiene que ser un ejercicio mental muy duro, y no al alcance de muchas personas.

Lo que más valoro del libro quizás sea el ejercicio de contar su lucha personal contra la enfermedad, el sobreponerse a las limitaciones que cada día la esclerosis lateral amiotrofia (ELA) va poniendo en su camino.

Algunas veces es necesario leer este tipo de libros para que de verdad aprendamos a valorar lo que tenemos. La ceguera, el consumismo, la falta de valores, nos impide ser felices con lo mucho o poco que tenemos. Disfruta de lo que tienes, no añores lo que no tienes, comparte, construye el mañana, se generoso…

«De nada sirve al hombre lamentarse de los tiempos en que vive. Lo único bueno que puede hacer es intentar mejorarlos»
Thomas Carlyle

A pesar del tesón, del esfuerzo, en ocasiones esa luz pierde parte de su luminosidad, porque mi enfermedad no tiene cura. Desde el primer momento supe que mi única esperanza consistía en recibir los mejores cuidados posibles (…)

(…) hablamos a través de una aplicación informática en mi teléfono móvil, que reproduce un sonido metálico, sin matices, plano (…)

(…) mi carácter también ha cambiado. Las emociones están a flor de piel. Lloro o río. Me cuesta controlar las sensaciones, soy más impulsivo. ¡Impulsivo el hombre metódico y reflexivo que ha dedicado su vida a la gestión bancaria con rigor de libro! Me cuesta creer y aceptar que he perdido el tamiz que contiene las emociones. ¿Acaso me he convertido en un visceral? ¿Acaso ya no soy yo? El aislamiento en el que vivo, encerrado dentro de mi cuerpo, me ha transformado en un hombre diferente.

¿Qué hacemos los enfermos de ELA en este mundo de fiestas, en este tiempo de celebraciones? Los enfermos no comemos. Los enfermos tampoco bebemos. Ni bailamos. Poco nos importan la ropa nueva o los perfumes exclusivos. Si es esto la Navidad, ¿qué sentido tiene para nosotros? ¿Cuál es nuestro papel?

(…) un solo sentido. Compartir ese tiempo con la familia. Observarles, disfrutar a través de su gozo (…)

(…) esforzarme por mejorar. Y felicitarme porque estoy siendo capaz de convertir mi situación en mi mayor fortaleza. A medida que mi cuerpo se ha debilitado, mayor ha sido mi compromiso en la lucha diaria (…)

Pensar. Programar y planificar las sensaciones. Ese es el orden a seguir. Como si fuera un analista de mis emociones. Me he convertido en un ser introvertido; tiendo al aislamiento; vivo en el mundo propio; soy más intransigente y me enfado a menudo. ¿Quién soy? ¿Me reconozco? ¿Me reconocen? ¿Alguien intuye o puede captar el sufrimiento?

«Si supiera que el mundo se muere mañana,
yo hoy todavía plantaría un árbol»
Martin Luther King

(…) yo no olvidare jamás que los curas me aportaron los elementos clave para aportar mi vida personal y profesional. Me pregunto si podría ahora enfrentarme a la enfermedad sin ese aprendizaje previo del sufrimiento, sin la fortaleza en la que me he curtido. Es muy probable que no (…)

«Siempre hay lugar en las cumbres para el hombre valiente y esforzado»
Thomas Carlyle

«Todos los días hago lo mejor para ser feliz mañana»

«Mi cuerpo que también conocía hasta la aparición de la enfermedad, se ha convertido en una armadura pesada, que en lugar de protegerme me impide moverme»
« ¿Piensa en la muerte? ¿Tiene miedo? ¿Es creyente? ¿Le ayuda Dios?». Me lo han preguntado en las últimas entrevistas por el tema de mi enfermedad es inevitable. Naturalmente que pienso en la muerte. Cada mañana, cuando me levanto. Pero me duran poco esos pensamientos, unos cinco minutos (…)

¿Cómo no tener miedo? Es humano. Decía Nelson Mandela  «El ser humano bravo no es el que no tiene miedo; es el que lo supera» (…)

«Si algo me duele cada día más es no poder ser autosuficiente con mi cuerpo. Depender de los demás para moverme, es como dejar de ser yo misma

Nunca descendí por los abismos de la desesperación, intentare evitar esa ruta, pero es difícil, a los enfermos nos invade la desesperanza porque carecemos de armas con las que pelear (…)

«Las lágrimas son la sangre del alma»
San Agustín

(…) luchar, luchar hasta el final (…) Sandro Pertini «A veces en la vida hay que saber luchar no solo sin miedo, sino también sin esperanza» (…)

En los paulinos aprendí a sangre y fuego el valor del trabajo bien hecho. Sin matices, sin recovecos, sin opciones. Ese aprendizaje lo llevé hasta los límites en mi vida profesional (…)

« (…) Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das cuenta de que solo tienes una»
Mario de Andrade



Link de interés

«Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia,
 solo será cuestión de tiempo recoger sus frutos»
Thomas Carlyle

Recibid un cordial saludo

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