Estimad@s amig@s
Sinopsis
Empresas
como Mango o Mercadona, entre muchas otras, han asumido que la reputación es su activo de mayor valor,
ya sea porque forma parte de su ADN o porque han sufrido una crisis reputacional. Estas
organizaciones han entendido que pueden tener unos productos y servicios
excepcionales, unas estrategias claras, o los empleados con mayor talento, pero
todos estos aspectos pueden no servir de nada si son incapaces de gestionar su reputación.
La
reputación es uno de los activos más
importantes para cualquier organización
e incide directamente sobre los resultados, por lo que es
imprescindible conocer qué es exactamente la reputación, si nuestra organización cuenta con ella, y si tiene la
capacidad y las herramientas para
incidir sobre las percepciones y opiniones que existen sobre ella.
“Un stakeholders es cualquier individuo o colectivo
que puede
afectar o es afectado por la organización.”
R. Edward Freeman
Introducción
La
reputación corporativa se ha de ir
creando poco a poco y con visión a largo plazo. Las nuevas tecnologías de
información y comunicación hacen que las opiniones y percepciones vayan a toda
velocidad por las redes, lo que implica que cada vez sea más importante tenerla
en cuenta en el día a día. Quien actúe de forma correcta y sepa gestionar
adecuadamente su reputación, tendrá un factor de diferenciación y de posicionamiento
muy importante respecto a otras marcas y organizaciones.
Hacer
una reflexión de qué posición tenemos con nuestras partes interesadas y qué
visión tienen de la organización es un ejercicio de madurez y no ha de crear
ningún tipo de duda o temor. A veces uno puede pensar que está muy bien
posicionado o que actúa correctamente y que otros tengan una opinión muy
distinta al respecto o, también, que la percepción sea en sentido contrario...
La
adecuada gestión de los intangibles es un aspecto crucial en cualquier
organización, así como una necesidad y una oportunidad…
Enric Casi
“Lo peor que le puede pasar a un hombre
es coger odio a los
razonamientos”
Platón
Qué
difícil es construir una sólida reputación corporativa, y que fácil es
destruirla. Puede parecer de perogrullo pero es así. Nuestros grupos de interés
cada día están más informados y a su vez nos exigen más transparencia.
No
nos podemos permitir fallarles, esperan mucho
de nosotros, no en vano somos sus marcas admiradas. Interactúan con
nosotros en el on y el off-line, nos recomiendan a su comunidad, son fieles y a
pesar de la crisis nos siguen comprando.
Ellos
han hecho una gran apuesta por nosotros, por tanto cuidemos nuestra reputación
y les estaremos cuidando a ellos. Si queremos una relación basada en la
confianza y el largo plazo, la apuesta por la reputación tiene que ser clara,
solida, firme, y partiendo el mensaje desde la alta dirección y calando los mensajes
en todas las personas-grupos de interés de la organización.
“La cara no es jamás opaca del todo;
el alma se muestra a través de
sus muros”
Aldous Huxley
Debemos
tener presente que cada día una organización afronta una crisis reputacional. Por
ello, las organizaciones están empezando a darse cuenta que la reputación es su
principal activo para incrementar las
ventas, fidelizar a los clientes, atraer y mantener el talento y las inversiones o garantizar
unas buenas relaciones con los proveedores…
…
hoy las compañías aún no están preparadas para anticiparse, prepararse y dar
una respuesta eficaz a estas crisis. Esto es debido a dos motivos principales:
·
La confusión
entre intangibles; especialmente la confusión entre la reputación, la marca y
la imagen corporativa.
·
Los retos que ofrece la buena gestión de la
reputación que pasan tanto por entender la reputación como una capacidad
organizacional, como los cambios del entorno en el que las empresas desarrollan
tu actividad.
La
reputación es el conjunto de valoraciones que los stakeholders internos (trabajadores,
directivos, propietarios, etc.) y externos (proveedores, partners, clientes,
inversores, etc.) realizan sobre la entidad.
La
reputación se caracteriza por:
·
Su
multidimensionalidad
·
Es un
activo a largo plazo
·
Depende
de una amplia variedad de stakeholders
·
No
se puede controlar
La
reputación de una compañía depende directamente de las decisiones estratégicas que
ésta toma a lo largo del tiempo… el último
responsable de tener una reputación favorable o desfavorable es la dirección
general.
·
Gestionar la reputación implica
anticipar e integrar los intereses de los stakeholders es la toma de decisiones.
·
Integrar
va más allá de gestionar las relaciones de la empresa con los individuos o
colectivos con los que se relaciona, requiere
interacción, inclusión y apertura al
cambio.
·
La anticipación tiene por objeto la
prevención y preparación de una eventual crisis a partir de las decisiones
tomadas hoy,
con el objetivo de poder controlar y mitigar el riesgo reputacional futuro.
·
Es necesario
asumir que la reputación es un activo estratégico y que el riesgo reputacional
es una categoría muy importante de riesgo. Por ese motivo, los responsables de la gestión efectiva de la reputación de la compañía
son la dirección general y las personas más representativas de las unidades y funciones
críticas de la organización.
“Desde los tiempos de Adán,
los necios están en mayoría.”
Casimir Delavigne
“Sólo hay un principio motriz:
el deseo”
Aristóteles
Recibid
un cordial saludo
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