lunes, 9 de diciembre de 2024

Livia: La mujer más poderosa de Roma

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Sinopsis

A pesar de no gobernar el Imperio romano directamente, Livia ha sido una de las mujeres más poderosas del mundo. Esposa del primer emperador romano, Augusto, y madre del segundo, Tiberio, se posicionó de forma determinante en el centro de la política romana.

En esta biografía de Livia, considerada unánimemente la más completa desde cualquier punto de vista, Anthony Barrett recurre a las fuentes antiguas para ir mucho más allá del retrato parcial de una maquiavélica conspiradora y nos descubre a una Livia compleja cuya prolongada influencia política contribuyó a dar forma al gobierno romano, dejando sentir su ascendencia mucho después de su muerte.

 

«Quienes no se mueven

no notan sus cadenas»[i]

 

Prefacio

(…) astuta y siniestra, la Livia de Phillips[ii] dedica cada minuto del día a sus apasionadas aficiones: conjuras, maquinaciones, intrigas y la alegre erradicación de un buen surtido de conciudadanos, ya fueran extraños, amigos o incluso parientes próximos.

 

(…) Livia fue la primera dama de Roma en sentido amplio, en tanto que ninguna otra mujer romana antes o después de ella consiguió evocar un respeto y una devoción más profundos o más duraderos… se las ingenió para sobrevivir a un cambio drástico del sistema constitucional de Roma, sin crearse enemigos claramente identificables (…) ni su estatus ni su posición quedaron nunca de manera adecuada (…) es el nexo entre los dos mandatos que establecieron el modelo básico del gobierno del Imperio romano durante los cuatro siglos posteriores. Como esposa de Augusto debía encarnar la dignidad y la majestuosidad del recién creado principado, conservando al mismo tiempo su función de símbolo decoroso y abnegado de las virtudes domésticas.

(…) un papel que parecía mucho más al de primera dama en sentido más estricto (…) en el Estado romano, las mujeres con la posible excepción de las vírgenes vestales, no podían desempeñar un papel público, por mucho poder e influencia que pudieran ejercer de manera informal entre bastidores (…) esta ambigüedad del cargo de Livia, un problema creado en gran medida por el propio Augusto, lo que provocó la muy documentada tensión entre madre e hijo. Su incapacidad para alcanzar, como mínimo, un modus vivendi aceptable para ambos contribuyó a la decisión final de Tiberio de abandonar Roma (…)

(…) en la antigüedad abundaban los rumores que decían que Livia tenía tendencia a eliminar a sus adversarios envenenándolos[iii] (…)

 

«¿Cuándo volverá el Estado

a tener otro ciudadano como yo?»[iv]

 

¿Qué papel han jugado las abuelas, madres, esposas, hermanas en la empresa familiar?

En muchos casos su papel es el de un liderazgo invisible, los focos no les apuntan, pero su labor tapada, cosiendo, cohesionando, preparando la transición —formando al sucedido, ayudando en el retiro al sucesor…

 

¿Cuántas conocéis que no están en primera línea? Pero si no estuviesen por detrás liderado, probablemente no estarían otros donde están, su labor abnegada, tapada, es digna de mención y reconocimiento.

 

El liderazgo compartido, no siempre se ve, pero se puede intuir… creo que debemos reconocer el sacrificio y la generosidad de estas personas que siempre han estado a nuestro lado, que han renunciado a su triunfo para dejar paso a otros, nuestro “éxito” es su éxito y eso les llena, pero “al César lo que es del César” hay que reconocer su ayuda. No somos mejores gestores por decir que lo hacemos solos, más bien lo contrario. Si no me hubiesen aupado a sus hombros mis abuelas, madre, hermanas, mujer y tantas y tantas compañeras de trabajo, estudios..., posiblemente no hubiese tenido las oportunidades profesionales y personales que he tenido. Gracias, gracias y mil  gracias por haberme apoyado, ayudado, haberme permitido crecer… Creo que pocas veces damos las gracias a esas personas que están detrás de la cortina.

 

Es la segunda vez que me enfrento a esta reflexión la primera fue con Yo, Julia pero no fui capaz de encajar el personaje en la Empresa Familiar. Hoy lo vuelvo a intentar con Livia: La mujer más poderosa de Roma de Anthony A. Barret.

 

No necesitó ser presidenta, secretaria del Consejo de Administración, consejera, Ceo…, para convertirse en una mujer de gran influencia y conseguir que su historia trascendiera a lo largo de los siglos. Fue esposa de Augusto y madre de Tiberio, emperadores romanos.

 

Ø  ¿Cuánto trabajo por ayudar a Augusto?

Ø  ¿Cuánto influyó en la formación de Tiberio?

Ø  ¿Cómo ayudo a sucesor y sucedido para que la transición fuera ejemplar?

 

Ø  ¿Qué podemos aprender?

o   ¿Fue Livia una buena coach -mentora del sucesor y sucedido?

§  ¿Cuáles fueron sus habilidades?

 

A todo lo anterior tenemos que añadir que en época de los romanos la mujer no tenía precisamente un papel preponderante en la sociedad, lo cual añade una mayor dificultad a la empresa si cabe. 

 

«Había que respetar la disciplina

tanto en el duelo como en la batalla»[v]

 

Livia

La mujer más poderosa de Roma

Anthony A. Barrett

GREDOS


Link de interés

Telle, la madre coraje que se enfrentó a sus hijos en Gullón

Galletas Gullón: Los conflictos en la empresa familiar

Yo, Julia

Y Julia retó a los dioses: Cuando el enemigo es tu propio hijo..., ¿existe la victoria?

El príncipe

 

«Encontré Roma como una ciudad de ladrillos

y la dejé como una ciudad de mármol»[vi]

 

ABRAZOTES


[ii] Yo Claudio

[iii] Aunque lo mismo se rumoreaba de otras mujeres de la familia imperial.

[iv] Druso

[v] Tiberio

[vi] Augusto