Estimad@s amig@s
Sinopsis
Una forma práctica y
existencial de explicar en qué consiste el acompañamiento
espiritual. Para ello el autor
se sitúa en el punto de vista de la persona
acompañada (el discípulo o la
discípula) que desea seguir su propio
camino espiritual con la ayuda de otra persona. Desde esta perspectiva
responde a las preguntas principales que se plantea quien empieza un
acompañamiento espiritual, como, por ejemplo, de qué temas conviene tratar, cómo
hablar en la entrevista y qué hacer para llevar a la vida lo que se ha hablado.
La persona acompañada es la principal responsable de su propio
proceso, tanto para iniciar ese camino espiritual como para relacionarse con
Dios y comprometerse con los demás; lo cual incluye discernir y decidir cada
día sobre muchas opciones vitales, grandes y pequeñas, incluida su vocación
cristiana particular.
El acompañante trata de ayudar
en ese generoso esfuerzo. La perspectiva manejada en el libro
es predominantemente ignaciana,
aunque la universalidad de los procesos implicados en un acompañamiento
espiritual queda de manifiesto en las alusiones a Santa Teresa de Jesús y a la Sagrada Escritura.
Luis
Mª García Domínguez (Oviedo, 1950) es jesuita y tiene formación
en Filosofía y Letras, Teología y Psicología (Universidad Gregoriana, Roma). Ha
trabajado como pastoralista juvenil, formador de jesuitas y profesor de
teología espiritual. Actualmente colabora en el Centro de Espiritualidad “San
Ignacio” de Salamanca, especialmente en la dirección espiritual, la formación
de formadores, la espiritualidad ignaciana y la práctica de los Ejercicios
Espirituales. También ofrece ocasionalmente conferencias y cursillos de
formación sobre estos temas, de los que ha publicado algunos libros y
artículos.
«Quien ignora su historia
está
condenado a repetirla»
Presentación
(…) conversaciones y la
realización de acompañamiento.
(…) cuestiones que suele
plantearse una persona que desea ser acompañada (…) qué se entiende por
acompañamiento (…) qué objetivos pretende y que medios utiliza (…)
(…) atención muy personalizada basada en la escucha, el respeto, la propuesta de discernimiento evangélico
y la mirada al mundo (…)
«La vocación,
que
es una llamada,
pide
una respuesta
y
ponerse en movimiento»
Casi siempre había mirado
disciplinas como el mentoring, coaching, etc., desde el lado del
profesional que la imparte: mentor, coach,
tutor; Pero para tener una perspectiva más completa de la labor que desarrollamos
decidí volver
a leer el libro del discípulo, pero está vez quería
hacerlo con un objetivo de mejora claro.
La mejora partía de entender
qué espera una persona que decide ponerse
en manos de un mentor, cuáles son sus dudas, miedos, fobias, qué puede
esperar de las sesiones, cómo fijar los objetivos, abordar con un extraño problemas
complejos, hasta cuando mantener está relación.
El libro del discípulo, personalmente me ha servido, a ti no tiene
por qué hacerlo, te puede ayudar a resolver dudas de como relacionarte con tu
acompañante, a encontrar ese quién soy,
qué busco, cuáles son mis objetivos, conocerte
mejor, ser capaz de esbozar tu plan
de mejora personal.
«Quién no confía en sí mismo
no
se propondrá muchas metas»
(…) Qué es el acompañamiento (…)
(…) buscamos orientación, aunque no deseamos soluciones hechas (…) nos
sinceramos con nuestro acompañante, sin esperar que el nos corresponda con sus propias
confidencia o nos hable de sus preocupaciones (…)
(…) no es una conversación entre iguales o entre
amigos; la confianza que se genera
es grande (…) relación cercana pero asimétrica.
(…) tenemos que conocernos mínimamente antes de luchar contra nuestros defectos (…)
aprender a conocerse un poco pueden ser objetivos parciales que se proponga un
acompañamiento (…)
(…) la relación de acompañamiento (…) se establece para un periodo de
tiempo determinado (…) pues es preferible establecer un acuerdo temporal que se
puede revisar posteriormente, antes que dejar el compromiso en un acuerdo
absolutamente abierto y sin una fecha final.
(…) la discreción y el secreto
forman parte sustancial del acompañamiento (…)
(…) la relación es
asimétrica porque son distintas las funciones de uno y de otro (…) uno habla y el otro escucha (…) el acompañante puede preguntar, y el acompañado
trata de responder (…) el acompañante sugiere pistas para el camino, y el
acompañado es quien trata de recorrer el camino sugerido (…)
(…) No debemos acudir al
acompañamiento con determinadas actitudes por nuestra parte que no facilitarán
la relación adecuada (…)
(…) son importantes los fracasos en nuestra historia, por que ellos nos hacen más realistas y nos
estimulan, aunque otras veces nos hacen sentir que no valemos para mucho
(…)
(…) la conversación de acompañamiento consiste en hablar acerca de cómo somos, cómo nos vemos, cómo desearíamos
ser, cómo nos proyectamos en el
futuro, cómo nos ven los demás
(…)
El dialogo franco y la
conversación confiada son los materiales con los que se edifica la ayuda (…) en
el acompañamiento, de modo que tanto la exposición de los problemas como su
discernimiento entre los dos interlocutores requieren esa comunicación libre y
diáfana.
¿Cuánto
tiempo duran las entrevistas? ¿Cada cuánto tiempo nos veremos? ¿De qué tengo
que hablar? ¿Le interesará lo que le cuento? ¿No se aburrirá con mis historias?
¿Podré fiarme de esa persona que tengo delante? ¿Tengo que decir todo lo que
pienso? (…)
(…) callar no es mentir. El silencio
es, paradójicamente, un modo de comunicación, pues deja espacio a otras
palabras y permite un cambio de dirección en nuestra conversación.
«La abundancia de comunicación
(…) enmascara y esconde el problema»
(…) el discurso del
acompañante es necesario para enseñar, para proporcionar formación o consejos,
y la instrucción es conveniente algunas veces (…)
La conversación del
acompañamiento es más provechosa cuando de nuestra parte hablamos con cierta concreción en la presentación de los hechos,
más que con demasiadas ideas o resúmenes generales (…)
«Si consigues que tu equipo acompañe
todas sus críticas con la auto-reflexión de:
¿qué
hago yo para mejorarlo o cambiarlo?
Tendrás
el tesoro»
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de interés
«Si no sabes te enseño… te
enseño
Si
no puedes… te ayudo
Pero
si no quieres…
Nada
puedo hacer por ti»
Recibid un cordial saludo
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