Estimad@s amig@s
Sinopsis
«Este libro de
ensayos (...) se dirige a los que en medio del ajetreo de la existencia
moderna, no han renunciado a leer, a
escribir, a pensar». Quienes lo leen ponderan la influencia positiva que ha
tenido en su modo de trabajar.
“Nunca he considerado
mis hechos
y toda mi obra nada más que simbólicamente,
y me ha sido bastante
indiferente saber si hacía jarrones o fuentes”
Goethe
Las personas que
escribimos periódicamente buscamos nuestros momentos de inspiración, nuestros
rincones donde concentrarnos. Algunos escribimos con música, otros por el
contrario les resulta más cómodo hacerlo con un silencio monacal, con vistas a
una ventana, a la playa, como yo lo estoy haciendo ahora o vaya usted a
saber.
Mi recomendación es que
busques tu sitio, tu hábitat donde la escritura salga natural, donde el pánico
a la hoja en blanco desaparezca y las palabras fluyan sobre el texto ordenado,
conectado, congruente, con mensajes y reflexiones. No hay cosa peor y más
aburrida que leer párrafo tras párrafo sin sentido ni hilo conductor.
El trabajo intelectual me
ha resultado una pequeña joya para leer tranquilo, despacio, interiorizando que
quiere decir Jean Guitton en cada párrafo y cómo puedo mejorar como
profesional. Os invito a que lo leáis y saquéis el gran jugo que tiene esta obra.
"Empleó un año
entero en prepararse
para ello en la medida que le permitían las demás
ocupaciones,
que consistían en recoger los distintos pensamientos que le venían
al respecto".
G. Périer, sobre Pascal enfermo
(…) Un maestro nos
instruye porque nos da algo. Nos excita por lo que le falta y por ello nos
invita a ser nuestro propio maestro interno.
(…) La prueba de que se sabe algo, dice Aristóteles,
consiste en que se puede enseñar. Me
he dado cuenta, gracias a esta carencia de libros y de notas, de lo poco que
sabían los más sabios; pero ese poco, cuando provenía de sus entrañas, lo
enseñaban bien.
(…) El trabajo nunca se
hace mejor que en equipo, cuando cada uno escapa a la angustia, al orgullo de
la soledad y se beneficia del trabajo de los demás.
(…) “El valor es cuando
uno le dice a los demás: Oídme, muchachos, esto es lo que vamos a hacer…”
Trabajo en equipo, donde encuentran ayuda los unos en los otros y donde también
sucede, como en todo compañerismo, que éste ve lo que hay que hacer y que aquél
lo hace…
(…) A veces voy a ver cómo
se realizan exámenes fáciles, con objeto de sondear la profundidad de lo que
ignoro. ¿Cuántos entre nosotros, los licenciados, saldrían con honor del
certificado de estudios? Y cuando pregunto la lección, a veces me digo a mi
mismo: “Las preguntas que yo hago, ¿sería siempre capaz de contestarlas?”…
Trataba de abolir en mí
esta regla de aristócrata y que es la norma de los profesores jóvenes: dar
la clase para los mejores (…) Siempre intente abrir las cabezas
cerradas, las cabezas duras, pensando que, si obteníamos un resultado con los
medianos, la elite nos seria dada por añadidura. Sócrates hablaba para el pueblo humilde de Atenas y le fue dado Platón.
"Vigila las
preocupaciones,
Cuida de los
progresos,
Saca provecho a los
frutos"
Santo Tomás
La regla de oro del
trabajo intelectual puede traducirse así: no toleres ni medio trabajo ni medio
descanso. Entrégate por entero o bien relájate por completo. ¡Que no haya nunca
en ti mezcla de géneros!
Lo que importa es
conocerse y aceptarse; ¡haber sondeado su propio poder! Como si se tratase del
de un aparato, saber el grado de su atención, los momentos del día en los que
rinde al máximo, los momentos en los que se detiene y debe rehacerse con el
descanso, la alternancia o la diversión.
(...) unos necesitan una
atmósfera llena de libros, de documentos y de desorden sobre los que su
inspiración, como decía Víctor Hugo, "se
encarama". U otros no necesitan menos un orden compuesto de retraimiento y
de vacío, teniendo nada más que lo necesario con ellos...
La preparación del trabajo
implica un nido, y más aún una atmósfera.
"No toleres
nada a tu lado que no te sea útil
o que no encuentres bello".
Ruskin
"El tumulto me
es necesario;
cuando estoy solo, leo;
cuando me molestan,
no puedo leer,
y entonces escribo".
Anatole France
(...) Los fracasos que se
achacan a la mala suerte suelen ser la más de las veces fallos debido a los
nervios o a la claudicación.
(...) es bueno aquel
consejo que yo escuchaba dar un profesor a un estudiante que preguntaba cómo
escribir su disertación en siete horas: "Dedique la primera hora-le decía-
a considerar los términos del tema, a pesar los, sopesarlos, entrechocar y
definir bien: es poco frecuente que la pregunta que se le haga no surja en esta
confrontación. Después determine una dirección general, tenga un esquema mejor
que un plano, y láncese a pecho descubierto a redactar; verá cómo las ideas
vienen solas en su momento...
(...) No se puede enseñar
inteligencia, pero se puede mostrar hacía qué punto hay que dirigir la mirada
para que la inteligencia nos visite.
(...) Pascal, buen preparador,
anotaba todo lo que le venía a la mente: una cita, una pista, una palabra, una
expresión que se le había presentado sin ser buscada...
(...) para redactar así
hay que apremiarse a uno mismo; procederse, anticiparse, ir más allá de lo que
se cree saber o poder. La mayor parte del tiempo desconocemos nuestras riquezas:
sabemos más de lo que creemos saber...
(...) es saludable
obligarse de vez en cuando a la perfección. Lo excelente, ha dicho, Henri Rambaud, cuesta menos trabajo que lo mediocre.
El defecto de muchos
libros consiste en la abundancia: lo dicen todo; no se saca nada de ellos...
(...) Para hacerse
comprender hay, pues, que descomponer, tanto como se pueda, decir una
sola cosa a la vez. Es más, hay que repetir.
Un profesor de lengua me decía que consideraba que los niños sabían una palabra
cuando la habían olvidado y vuelto a aprender nueve veces.
(...) el secreto de todo
arte de expresarse consistía en decir la misma cosa tres veces. Se la anuncia; se la desarrolla; por fin se la resume
de un trazo. Después se pasa a otra idea...
Se
dice que se va a decir
Se
ha dicho
Se
dice que se ha dicho
Hay que callarse cuando no
se tiene nada que decir que valga la pena. Este precepto concierne al niño y al
viejo. El Silencio del que se priva de hablar es un silencio instructivo y
sonoro.
Descartes decía
que la mayoría de los libros "en cuanto se han leído algunas líneas y se
han mirado los índices se conocen por completo"...
(...) La costumbre de leer
con los ojos, tan práctica, tan bien acomodada a la prosa, nos hace insensibles
a la poesía e incluso a ese regalo que es la poesía presente en la prosa.
Hay libros de cabecera que
se abren casi a diario. Los hay también que no se abren casi nunca, pero, sin
embargo, existen, y que sabemos que los podríamos consultar...
... Ni los filósofos ni
los novelistas nos revelan lo que piensan, unos porque creen que deben
ocultarlo, los otros porque se ven arrastrados por su relato; hay que emplear
la astucia con todos y buscar los momentos de olvido en los que se
traicionan...
"Nunca se sabe
si andamos como simientes
o como residuos"
A. De Musset
(...) El escribir es
necesario para muchas mentes, para pensar. El hecho de escribir obliga a
desplegar por fuera lo que se oculta por dentro. Nos permite resumirnos,
orientarnos...
(...) Cuando uno quiere
instruirse hay que hacerse discípulo...
(...) Se aprende menos
ahora, creyendo que lo esencial no es hablar sino saber y que el
que sabe hablará bien por añadidura...
El estilo (...) la marca
que pone el obrero en su obra. No basta con que una obra haga pensar en su
objeto para que sea humana; es necesario también que refiera discretamente el
pensamiento sobre su autor...
(...) Si la disertación
les resulta insípida, no es porque les falten ideas, ni siquiera fórmulas, sino
porque no tienen a su disposición bastantes giros y vocablos para desarrollar
una idea.
“Enseñar a quien no
tiene curiosidad por aprender
es sembrar un campo sin ararlo”
Richard Whately
Link de interés
“La actual filosofía de
la educación tiende a desacreditar
el esfuerzo”
Abraham Flexner
Recibid un cordial saludo
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