Estimad@s amig@s
Sinopsis
José Fernández López fue un
visionario que transformó la industria española con su audacia y espíritu
innovador. Sin miedo al riesgo, apostó en solitario por dos mataderos
industriales en quiebra durante la República. Fundó junto a sus hermanos el
laboratorio químico, Zeltia, al inicio de la posguerra, y dio cobijo a
científicos represaliados durante la dictadura. Creó la primera multinacional
de transportes especiales ferroviarios, Transfesa, y patentó un sistema de
cambios de vías para unir por tren a España con el continente europeo en el
paso de los Pirineos.
Revolucionó la pesca con la
primera flota de congeladores de Europa, que surcó los mares bajo la bandera de
Pescanova, y promovió el desarrollo industrial con proyectos estratégicos como
la extracción de titanio y litio. Su legado va más allá de los negocios: su
papel como mecenas cultural y su compromiso con Galicia marcaron una diferencia
en la historia del país.
En esta biografía
premiada ex aequo con el Premio LID de Biografía Empresarial, en su XXI
edición, por su rigor histórico y documentación inédita, así como por su
narrativa envolvente, se rescata del olvido la figura de uno de los empresarios
más influyentes del anterior siglo, que supo adelantarse a su tiempo. Es la
historia de un galleguista de corazón, de una discreción absoluta, que
perteneció a una generación única.
«Damos casi todos los
pasos decisivos de nuestra vida
por algún impreciso
impulso interior»[i]
Prólogo
La importancia de las
personas[ii]
El lector, a medida que se
adentre en las páginas de este libro, irá encontrando nombres que le sonarán,
algunos de ellos incluso habrán participado en la historia emocional e
individual de cada uno de los lectores: los Mataderos de Mérida y Porriño, Zeltia,
Transfesa, Antibióticos, Frigsa, Pescanova. Detrás siempre había una vocación
de hacer más grande su país, de servir a los demás. En la raíz de sus
iniciativas se encontraba un marcado sentido de servicio al interés general:
allí estaba el suministro de carne en una España que pasaba hambre, las
vitaminas tan necesarias entonces y ahora, el transporte de ganado y de frutas,
el pescado congelado que llegó a todas partes, los antibióticos y la
penicilina, el kiwi, que él trajo a España, y así un buen número de iniciativas
que le permitieron, junto a otros, especialmente sus hermanos, y en otras
ocasiones en solitario, crear una gran fortuna, al mismo tiempo que fundar e
implantar un grupo empresarial infrecuente en la España que le tocó vivir (…) Él
era, por encima de todo, un emprendedor, un creativo, un empresario que se
distinguía por su nula aversión al riesgo (…)
(…) no le interesaba el
dinero, le seducía y le movía la obra. Sus retos eran la próxima empresa: los
mataderos, las vitaminas, los minerales, las frutas, los abonos, los trenes
para transportar, los grandes barcos para pescar, las nuevas factorías para las
nuevas medicinas, y tantos y tantos retos que se autoimpuso y que sirvieron de
motor de su vida (…)
«¿Cómo contamos el
pasado?
¿Llegamos
a atraparlo alguna vez?»[iii]
Tras los pasos del
empresario invisible
Esa es la premisa de esta biografía,
rescatar del olvido la figura de uno de los empresarios más influyentes e
innovadores del siglo XX, que hoy día es un completo desconocido. Un auténtico
visionario que supo adelantarse a su tiempo. Sin miedo al riesgo apostó en
solitario por dos mataderos industriales en quiebra durante la república.
Financió la compra del último ejemplar porcino de un linaje en extinción para
quitárselo a los ingleses en plena guerra civil. Fundó junto a sus hermanos un laboratorio
químico en el inicio de la posguerra. Dio cobijo a científicos represaliados durante
la dictadura. Creó la primera multinacional de transportes especiales ferroviarios
(…) Patentó un sistema de cambio de ejes para unir por tren España con Europa,
en el paso de los Pirineos, sin hacer transbordo en la frontera. Edificó viviendas
bonificables, puso en marcha economatos y ayudó a crear bibliotecas, institutos
y hospitales durante los años del hambre. Apostó por la minería en busca de estaño
para fabricar sus propias latas de conserva, y así nació la marca Apis; o el
caolín necesario para la síntesis del moderno insecticida DDT, donde ZZ es un
referente. Explotó el primer yacimiento de minerales de titanio y de litio. Se
asoció con cinco laboratorios para producir antibióticos durante la autarquía.
Invirtió y proyectó la primera flota de barcos congeladores de Europa y la
tercera del mundo. Constituyó las primeras sociedades mixtas del sector
pesquero en África y se extendió a otros continentes. Cultivó la primera
plantación de kiwi europea. Financió el legado de Castelao a su viuda para que
no le faltase de nada en sus últimos años. Donó obras de arte, colecciones de
antigüedades y restos arqueológicos.
«Cualquier punto
es el punto de
partida»[iv]
José
Fernández López: Un empresario sin miedo al riesgo, es una densa biografía escrita
por Marisa Gallero que necesita tiempo para leerla no solamente por su extensión, si no por el desempeño empresarial del
protagonista.
José Fernández López fue un empresario innovador y polifacético liderando
empresas en sectores muy diversos, impulsado desde su Galicia natal al exterior.
Hay que poner en valor los tiempos que le toco vivir, hoy lo vemos todo fácil
con el auge de lo digital, y no empatizamos con las dificultades a las que se enfrento el protagonista de la obra. Por ejemplo en 1043 funda Transfesa, 1944
Zeltia, 1949 antibióticos, 1954 accionista de Aviaco, 1960 Pescanova…
A los lectores más jóvenes puede que no conozcan a Rodolfo langostino, el
tomate Apis u otras marcas que
lidero Fernández López “el nombre de un hombre para Galicia”[v] conocer la historia nos ayuda a entender
el presente y el futuro, por ello leer biografías de personas que tanto han trabajado
por el desarrollo empresarial es más que necesario.
«Hacer tiempo si es
que es posible que el tiempo se haga,
si no es vivir precisamente deshacer el tiempo»[vi]
(…) Su rastro lo marcó el
triunfo de sus compañías, algunas tan populares que cualquiera que haya vivido
durante el siglo XX habrá oído hablar de ellas. ¿Quién no escuchó el eslogan
«Si mata es ZZ» de la emblemática Zeltia? ¿Quién no recuerda el socorrido
foie-gras Apis «de toda confianza»? ¿Quién no reconoce el inconfundible
impermeable amarillo del capitán Pescanova y el acento argentino de Rodolfo
Langostino? (…)
«Hemos de aprender a
sobrellevar
lo que no puede
evitarse»[vii]
Un
empresario sin miedo al riesgo
Link de interés
• Pablo
Garnica Echevarría: El gran banquero
• Unión
Española de Explosivos: 150 años de la empresa que fundó Alfred Nobel
«Y, en definitiva,
¿Qué
podemos considerar propio más que la energía, la fuerza y la voluntad»[viii]
ABRAZOTES
[i] Austerlitz, W. G. Sebald
[ii] Bieito Rubido
[iii] El loro de Flaubert, Julian Barnes
[iv] Juan Ramón Jiménez
[v] Pp., 487 Las últimas palabras del pésame
del museo de la ciudad de Leréz.
[vi] Hecho en falta, Juan Bonilla
[vii] Los ensayos, Michel de Montaigne
[viii] conversaciones con Goethe, J.P. Eckermann
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