jueves, 14 de octubre de 2010

LA ÉTICA DE LA EMPRESA EN LA ENCRUCIJADA


Estimados amig@s:

“Las circunstancias no forman los hombres,
los muestran.”
Robert de Lamenmais

Sinopsis:
La ética es necesaria en la empresa, pero no cualquier ética vale.

En este libro se lleva a cabo una revisión de las principales teorías éticas a la luz de la ética de bienes, normas y virtudes, lo que permite explicar mejor qué, es la empresa y cómo actúa el directivo.
La empresa y el directivo necesitan de la ética. Sin embargo no siempre la organización y el directivo tienen en cuenta la ética en la actividad empresarial. Una ética con un claro fundamento antropológico es capaz de integrarse en la estrategia de la empresa y en la conducta del directivo.

Introducción:
Es llamativo que en las últimas décadas se oiga hablar tanto de ética. Basta con sentarse frente al televisor para ver las noticias, abrir las páginas de cualquier periódico o escuchar la radio para encontrarse de un modo u otro con temas relacionados con la ética. Y si además uno se dedica a la empresa, este punto es candente también en la prensa especializada. Tanto se habla de sobornos, extorsiones, engaños, daños al medio ambiente o prácticas abusivas que podría llegarse a pensar que éste es un fenómeno actual y novedoso.
Es cierto que el
“fenómeno” de la ética empresarial ha despuntado al final del siglo XX. Hasta nuestros días no se había producido un debate tan generalizado sobre la ética empresarial ni tantas compañías habían incorporado códigos éticos o filosofías empresariales inspirados en criterios éticos. Como dicen muchos: “La ética está de moda”. Quizá habría que decir más bien “hablar de ética está de moda”…
Este
libro parte de la convicción de que la ética esta intrínsecamente relacionada con la practica directiva, de tal forma que, lejos de ser una cuestión de moda, está indisolublemente unida a la dirección de empresas, tanto en su investigación teórica como en su experiencia práctica. La ética en la empresa es una necesidad;…
.… Lo que aquí ofrecemos es una reflexión sobre el significado y la necesidad de la ética empresarial que, por una parte, proporcione al hombre de empresa una base conceptual en la que anclar su actuación y que, por otra parte, ofrezca al académico un adecuado enfoque de la ética empresarial en el contexto de la dirección de empresas
Juan Fontrodona Felip, Manuel Guillén Parra y, Alfredo Rodríguez Sedano

La ética de la empresa en la encrucijada
, es un libro que huye de ser uno más en esto de hablar de ética. A diferencia de otros, fundamenta sus pilares en la antropología, la misión y la visión de la empresa, los valores, las virtudes, la excelencia, el aprendizaje continuo, la implicación del directivo.
Merece la pena leer la ética de la empresa en la encrucijada, sin prisa, reflexionando sobre todo en la tercera y última parte de la obra donde se centran los autores en la acción directiva, la responsabilidad del directivo y los tipos de esta.

La dirección de empresas es una ciencia eminentemente práctica, en el sentido que el mundo griego daba a la práctica, es decir, aquellas ciencias que se dirigen al recto desempeño de la acción humana en la comunidad. El directivo, para tomar decisiones, necesita combinar saberes muy variados- económicos, sociológicos, éticos-, de modo que puede decirse que la dirección de empresas, como saber práctico, se apoya en diversos saberes teóricos.
…. Las decisiones del directivo son fruto de aplicar los principios generales a las circunstancias concretas de la situación particular… algunos principios éticos de actuación. La sabiduría practica, que caracteriza el ámbito de racionalidad de la praxis humana, tiene en cuenta por igual los principios generales y las circunstancias concretas.

Principios éticos para la toma de decisiones:
1.- racionalidad;
Al actuar hay que proceder de modo reflexivo, buscando y haciendo el mayor bien humano posible, sin dejarse llevar exclusivamente por impulsos, sentimientos o pasiones.
2.- Personalista; Todo ser humano debe ser tratado o amado respetando su dignidad de persona y, en la medida de lo posible, ha de promoverse todo aquello que facilite su desarrollo humano.
3.- Integridad de las causas; La moralidad de una acción implica la bondad de la intención (fin del agente), la bondad de la obra externa elegida como objeto, y la bondad de los medios elegidos para alcanzar el fin.
4.- Imparcialidad; Al actuar no hay que dejarse llevar por preferencias ajenas al bien de las personas.
5.- Orden de las responsabilidades; En la responsabilidad por promover el desarrollo humano de los demás hay que respetar el orden derivado de las prioridades inherentes a la condición o funciones propias del agente, respetando los legítimos compromisos adquiridos.
6.- Proporcionalidad; No debe realizarse una acción si los efectos secundarios que la acompañan no guardan proporción con la causa de necesidad que existe para realizarla.
7.- Legalidad; Las leyes promulgadas por la legítima autoridad que rige una determinada sociedad han de estar subordinadas al bien de las personas, pero son fuente de deberes éticos en la medida en que concretan aspectos particulares del bien común y siempre que no se opongan a él.

… La toma de decisiones requiere por parte del individuo un proceso de análisis de las circunstancias particulares del problema y del modo en que éstas concretan los principios generales, y un proceso de síntesis que lleve a elegir entre las alternativas… En el proceso de toma de decisiones las virtudes morales tienen una importancia relevante que no ha sido apenas considerada en el marco de las ciencias de la dirección, y que, en un proceso de retroalimentación, ayudan a la sabiduría práctica de decidir mejor. A través de las decisiones correctas, el individuo crece en las virtudes y queda mejor dispuesto para decisiones futuras.

Ayuda de las virtudes en la acción directiva:
Prudencia;
Ayuda a tomar buenas decisiones y a ejecutar los planes de acción.
Justicia; Regula la relación de cada individuo con los demás, con equidad y armonía.
Fortaleza; Ayuda a actuar con coraje para conseguir algo valioso y cuyo logro es arduo.
Templanza; Modera el logro de un placer “a corto plazo” a favor de un bien superior “a largo plazo”.

El papel que se otorgue a la ética en la definición de la misión terminara por influir en la dimensión ética de los comportamientos individuales y de grupo que se produzcan en la organización. ¿De qué depende que la calidad ética de la misión sea mayor o menor? … de la concepción que tengan sus dirigentes acerca de qué es la ética y que aporta a la organización…
… Si el papel de la ética en la organización se reduce al cumplimiento de normas, y no fomenta valores positivos que favorezcan una permanente actitud de servicio, esta visión normativa se acaba traduciendo, a lo sumo, bien en el cumplimiento del marco legal, o bien en el establecimiento de códigos de conducta.

La visión de la ética en las organizaciones se puede dividir en tres escalones:
1.- La visión de la deontología ética; es la de aquellas empresas que aceptan y secundan las normas legales vigentes por lo que tienen de justas y considera aquellas normas y practicas éticas que han sido establecidas y generalmente aceptadas en el ámbito en el que la organización desarrolla su actividad.
2.- La visión de la integridad ética; añade al enfoque deontológico la consideración de valores éticos que suponen un esfuerzo personal por lograr, mediante el autogobierno, un actuar correcto, conforme a bienes éticos. En este caso la norma ética no se reduce a lo establecido por la ley o los códigos de conducta, sino que se deduce del juicio de la persona que actúa con integridad, conforme a una escala de valores éticos, que buscan obrar rectamente.
3.- La visión de la excelencia; de la ética constituye un paso más en la incorporación de la ética en los fines de la organización. Esta concepción considera a las anteriores (las normas y los bienes éticos), pero, además, concede a la dimensión ética en sentido práctico un papel clave en la misión de la organización, pues entiende que es parte de la razón de ser de la organización contribuir al bien común y al pleno desarrollo humano de los miembros.
… la excelencia en el marco de la ética supondría un permanente afán de mejora de todos los miembros de la organización puesto al servicio del bien común.

Cuando el enfoque de la ética asumido es el de la
excelencia, los esfuerzos por lograr un servicio común de calidad humana pasan obligatoriamente por la mejora continua, por el aprendizaje permanente que, a su vez, implica la necesidad de hábitos o cualidades personales que son virtudes éticas. Por ejemplo, el proceso de aprendizaje continuo requiere humildad, para dejarse enseñar y ayudar para actuar con sentido de servicio, a la vez que fortaleza, para corregir cuando las cosas no se hacen correctamente.

La ética no es algo puramente extrínseco que constriñe la actividad empresarial, ni algo que pertenece al ámbito privado del directivo, ni una justificación de la creación de riqueza generada por la actividad empresarial; la ética es condición necesaria de la existencia de la empresa y de su correcto funcionamiento. Constituye, por encima de todo, un motivador para hacer las cosas mejor y una guía en el proceso de hacerlas.
La ética es una llamada continua a la excelencia individual y empresarial.

“Con la virtud por guía,
con la fortuna por compañera.”
Cicerón


LA ÉTICA DE LA EMPRESA EN LA ENCRUCIJADA
Juan Fontrodona Felip
Manuel Guillén Parra
Alfredo Rodríguez Sedano
EUNSA

Link de interes:
El imperativo ético

Octubre, 14

"Muchas veces se suelen perder los hombres por el camino mismo que pensaban remediarse."
Francisco de Quevedo

Recibid un cordial saludo

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