Estimad@s amig@s
Sinopsis
El
proceso de búsqueda de la «universidad
ideal» (la que se encuentra solamente en Utopía, el lugar que no existe) invita a replantearse los fines de esa centenaria institución. Robert M. Hutchins, que
durante 22 años fue President de la
Universidad de Chicago, entendía que la
tarea de la universidad no debía ser la resolución de lo urgente, sino el estudio y reflexión de lo profundo.
En ella no se trata de formar técnicos
expertos, sino a intelectuales,
a personas capaces de pensar, que
puedan sostener una conversación interesante y sean capaces de seguir educándose a sí mismos a lo largo de
sus vidas. Su diagnóstico, unido a su fracasado intento práctico de formar
un grado en Grandes Libros, se
convierte en un fino análisis de la crisis intelectual de nuestra sociedad.
La propuesta de Hutchins tiene el sabor de los clásicos, pues vale para el
presente, a pesar de que La
Universidad de Utopía fuera redactado en 1953. La amplia introducción
sirve para poner en contexto al tema y al autor. Con esta traducción y estudio
se acerca a la lengua española a uno de los más grandes y admirados
universitarios norteamericanos del Siglo XX.
Robert
M. Hutchins (1899/1977) fue
Decano de Derecho en Yale a los 28 años, y President
de la Universidad de Chicago (1929/1951). Autor de diversas obras sobre la identidad universitaria, fue uno de los
grandes reformadores de la educación
en EEUU. Su obra es casi desconocida en lengua española.
Javier Aranguren (1969) es Doctor en Filosofía por la Universidad
de Navarra. Entre otras, ha sido profesor en esta universidad y en Strathmore University (Nairobi, Kenia).
Actualmente trabaja en el Centro Universitario Villanueva de Madrid. Su
investigación se centra en la Antropología
Filosófica. Ha publicado trece libros, además de múltiples artículos.
«Muchos han imaginado principados o republicas que no se han visto jamás, ni se ha conocido ser
verdaderos, porque hay tanta
distancia de cómo se vive a cómo se
debiera vivir, que aquel que deja lo
que se hace por lo que debiera hacer,
antes se procura su ruina que su
conversación»[i]
Maquiavelo
La universidad de utopía, ¡que
buen libro para leer despacio!, repensado los párrafos, meditando afirmaciones,
poniendo en dudas algunos temas, proponiéndote a ti mismo cómo mejorar cómo
profesor, cómo luchar contra el sistema, palancas que podrías activar para mejorar
la calidad de los profesionales que salen de tus programas, etc.
En algunos momentos me llegue a ver
identificado en la figura de Robert M. Hutchins. De manera
consciente o no, todos llevamos alguna utopía encima.
No es un libro
para todos los públicos, pero si una lectura
obligada para los profesionales
que estamos en el mundo de la formación.
«Sin teología o metafísica no puede existir
una universidad»
¿Qué es un hombre cabal?, ¿qué
es un buen ciudadano? ¿Cómo lograr que aquellos que nos guían y gobiernan sean
realmente personas de peso, con fondo, y no ligeros sofistas que se adaptan a
las corrientes del deseo de la masa o de los clamores del mundo?
(…)
el hecho de que algo no pueda hacerse no significa que no se deba intentar. «Es indigno de un varón no buscar la ciencia
a él proporcionada»[ii]
«La universidad ya no se preocupa por la cultura de los universitarios son
incultos, no poseen un sistema vital de ideas sobre el mundo[iii]». El nuevo bárbaro, como el lagadiano,
es mejor profesional que nuca, pero absolutamente carente de cultura. Vive en
el profesionalismo, en el especialísimo, y ―a la postre en la estupidez.
¿Qué es la universidad? Un
mecanismo que lleva a cabo procesos capaces de producir determinados
resultados, que se mantiene unido por reglas administrativas y que se engrasa
con dinero.
(…) dado que cualquier
conocimiento es válido, cualquier alumno acabará por encontrar su propio
camino.
(…) cualquier saber es interesante
y debería por tanto ser enseñado (…)[iv]
(…) el profesor universitario se irá convirtiendo paso a paso en un
personaje de laboratorio o biblioteca, molesto por tener que interactuar con
alumnos, centrado en aspectos puntuales (…) dominado por el principio de «publicar o morir» y los índices de
impacto, limitado a la enseñanza de su propio curso sin poder dar un paso más
allá de ese terreno de especialización[v].
«La tarea del gigante nunca
es una tarea feliz (…) el administrador tiene muchas maneras de perder y
ninguna de ganar (…)»
La universidad crece no por los profesores, sino por administradores expertos, y el nuevo
tipo de presidente que necesita la universidad será más un coordinador que un líder
creativo, un ejecutivo experto, un moderador lleno de tacto (…)
(…) no es que no importen
los alumnos: tampoco lo hacen los profesores. Cada vez son más los que están
contratados a tiempo parcial y tienen que correr de campus a campus para dar
las clases que les permitan llegar a fin de mes [¿investigación, estudio,
preparación de clases, durante el tiempo de trabajo?, ¿qué significa eso?] (…)
Leer, escribir, hablar, gramática, retorica, lógica. ¿No son esas las raíces,
las viejas herramientas del
aprendizaje? Y si los son, ¿por qué solo raramente aparecen en el
proceso educativo? (…)
(…) Hutchins se da a sí mismo
el nombre de administrador, no de líder, pues sabe que tiene que responder
ante el consejo de administración por arriba y ante los profesores por abajo (…)
(…) los alumni son peligrosos (…)
donando poco tratan de controlar cosas de las que no saben y que nos les
importan (…)
(…) critica que se confunda «ser un buen profesor con ser un profesor popular»
(…)
«Educar es enseñar;
enseñar
es conocer»
(…) muchos no habrán leído los libros que tienen que enseñar (…)
¿Cuáles
deben ser las virtudes de un buen administrador?
«Cuatro. Valor, fortaleza, justicia y prudencia o sabiduría practica (…)
«Ahora debemos educar a nuestros amos»
Lord
Sherbrooke
Link
de interés
«No es necesaria la esperanza para ponerse a actuar,
ni
tener éxito para perseverar»
Hutchins
Recibid un cordial saludo
[i] El príncipe
[iii] J.
Ortega y Gasset, Misión de la universidad, Obras completas
[iv] Charles
W. Eliot
[v] «La
especialización significa que los especialistas no pueden pensar juntos porque
su preparación y su trabajo los ha separado del resto de los hombres». (R. M.
Hutchins, The University, o. c., p. 35.
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