Sinopsis
Estrategia y rapidez
son dos características clave de las empresas que quieran sobrevivir en un
entorno tan exigente como el actual. Tras el paro internacional que ha
provocado la pandemia de la covid-19, el mundo empresarial
requiere ir más deprisa, y esto exige una constante incorporación de
tecnologías e innovación en todas las áreas de la empresa, un personal capaz y
motivado y recursos financieros suficientes para hacer frente a la crisis,
entre muchas otras cosas.
En estas páginas, el profesor
Nueno expone las herramientas fundamentales que deben tener en cuenta las
organizaciones empresariales y los directivos para adecuarse a las nuevas
exigencias. Dirigiendo
con velocidad es un libro
para leer pausadamente y entender que la velocidad es la clave del
éxito hoy en día.
«¿Es prudente ir
muy rápido?»
Voy a responder a la
pregunta con otra pegunta ¿es necesario ir más rápido? Todo hace indicar
que sí. La velocidad a la que todo queda obsoleto, a la que la competencia es
capaz de sacar al mercado nuevas soluciones, a la que los clientes demandan
nuevos productos -servicios nos imprime una velocidad que no muchos tenemos capacidad
de absorber.
Por ello necesitamos tener una
política de compañía de estar siempre en una beta permanente que nos permita
hacer lanzamientos continuos de nuevos productos o productos mejorados, esto
nos permitirá mantener la velocidad, estar continuamente actualizados y muy cercanos
al mercado.
Por el contrario podemos
llegar a rozar la imprudencia, si la velocidad que imprimimos no nos permite ver
la realidad del mercado, podemos innovar, correr, todo aquello que creamos conveniente,
pero si el mercado no absorbe aquello que lanzamos por mucha velocidad que
imprimamos no estamos avanzando. Por ello mi recomendación es velocidad sí, pero
siempre manteniéndonos cerca del cliente. La velocidad no nos puede impedir escuchar
al cliente.
«Emprender es
identificar una oportunidad
y
transformarla en una empresa»
Cada día el mundo
empresarial requiere ir más deprisa, y esto exige innovación, globalización,
personal capaz y motivado, recursos financieros (…)
(…) el crecimiento de la economía
global es una oportunidad para vender más, pero siempre hay que pensar en el
cliente y en los competidores: el cliente tiende a ser global, pero puede tener
preferencias algo distintas, y los competidores pueden ser más agresivos en
algunos lugares que otros (…)
(…) ¿Cómo serán los automóviles
del futuro? ¿Serán de combustión (gasolina o diésel? ¿Serán eléctricos o
híbridos? ¿Estarán conectados? ¿Serán auto-conducidos? ¿Se comprarán o
se alquilarán? ¿Tendrán carrocerías de acero, de aluminio o de otros
materiales ligeros? (…)
(…) un cierta diversificación
ayuda avanzar hacia el futuro, aunque la diversificación complique el análisis
y la valoración de la empresa (…)
(…) China también ha
descubierto África. Empresas chinas se han lanzado a sectores como la minería,
la construcción, la alimentación e incluso la sanidad (…)
¿Quedan otros mercados con
futuro? Una zona bastante desconocida es el Oeste asiático y la
India (…)
(…) Kazajistán, Kirguistán, Afganistán,
Pakistán (…) tienen potencial pero la mayoría de las empresas de los países desarrollados
no ha incluido toda esa zona en sus planes de futuro (…) empresas chinas, quizás
por su proximidad geográfica, sí que han identificado que es una zona con oportunidades
y están aprovechando (…) petróleo, minerales interesantes (…) la zona necesita infraestructuras,
construcción, transportes (…) cadena de desarrollo económico.
(…) hay que pensar a largo plazo y evitar riesgos
excesivos. Esto puede limitar la velocidad, porque es difícil crecer de forma
sostenible más rápido que el mercado. Seguir el crecimiento del mercado implica
ir incorporando las nuevas tecnologías y acceder a los nuevos mercados que se
van abriendo por el mundo (…)
(…) llamar a algo “oportunidad”
tiene su riesgo, porque quizás nos parece que es una oportunidad, pero no es
algo que tenga interés para nadie.
A la palabra “oportunidad”
hay que asociarle la palabra “compromiso”. Si no hay compromiso, la oportunidad
no produce resultados (…)
(…) no deberíamos autoengañarnos
y que todo ha sido debido al confinamiento.
(…) velocidad se fortalece
con la constante incorporación de tecnología e innovación en todas las áreas de
la empresa: compras, logística, I+D, ventas, servicios, financiación y control,
recursos humanos (…) internacionalización es otro estimulador de la velocidad.
La importancia de las
personas es clave para conseguir resultados en las empresas, incluida la marcha
de la empresa a una buena velocidad (…) formar a las personas en las nuevas prácticas
y tecnologías y motivarlas, pues los empleados valoran extraordinariamente la formación
en la empresa y las empresas que forman a los empleados les están indicando que
cuentan con ellos, que creen que son capaces de aportar más tras la formación,
todo lo cual estimula y entusiasma. Los empleados ven que la empresa invierte
en ellos, y esto les da seguridad, confianza y agradecimiento. La formación estimula
el conocimiento entre empleados, lo que facilita la comunicación, el trabajo en
equipo y, por tanto, la velocidad.
(…) un buen modelo de
negocio es global (…) es copiable y la mejor protección es la velocidad en
conseguir ese despliegue global.
Las personas son clave para
la velocidad (…)
(…) cuidemos a las personas,
motivémoslas, formémoslas y entusiasmémoslas (…)
«El crecimiento rápido
requiere
capacidad
emprendedora»
Link de interés
• África
despierta: La oportunidad de un mercado por
descubrir
• El
mapa del crecimiento: Oportunidades de negocio
de los BRIC y más allá
«No hay límites de
velocidad
en
el camino hacia el éxito»
David
W. Johnson
Recibid un cordial saludo
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