Estimad@s amig@s
Sinopsis
ALFRED XUEREB
nació en Gozo (Malta) el 14 de octubre de 1958. Fue ordenado presbítero para
esa misma diócesis el 26 de mayo de 1984. Ha obtenido la Licenciatura y el
Doctorado en Teología con especialización en espiritualidad en el Pontificio
Instituto Teresianum. De 1991 a 1995 ha sido oficial en la secretaría
privada del Rector Magnífico de la Pontificia Universidad Lateranense. Desde
1995 hasta el año 2000 fue oficial de la Secretaría de Estado en la Primera
Sección. Fue designado prelado de honor de su Santidad en el 2003. Desempeñó el
oficio de Prelado de Antecámara de su Santidad hasta el año 2007. El 11 de
septiembre de 2007 comenzó su servicio en la Secretaría Privada del Papa
Benedicto XVI hasta el 15 de marzo de 2013. El Papa Francisco lo designó ese
mismo mes como su secretario privado, confiándole también el cargo de delegado
para las comisiones relativas al estudio y dirección de las organizaciones de
la estructura económico-administrativa de la Santa Sede (COSEA) y el Instituto
para las Obras de Religión (CIOR). El 3 de marzo de 2014 fue nombrado Prelado
secretario general de la Secretaría de Economía. El 26 de febrero de 2018, el
papa Francisco lo designó Nuncio Apostólico en Corea y Mongolia, lo ordenó
obispo el 19 de marzo de 2018, otorgándole la sede titular de Amantea con
dignidad de arzobispo. Mons. Alfred Xuereb ha sido «segundo» secretario
privado de Benedicto XVI durante cinco años y medio (11 de septiembre de 2007 (15
de marzo de 2013). Persona muy discreta, ha formado parte de la llamada
«familia pontificia», acompañando al Papa especialmente en el contexto de su
vida cotidiana, menos conocida por el público en general. El presente «diario»
en el que don Alfred comparte con nosotros sus recuerdos personales de
aquel período, emotivamente intensos, es el fruto de estos años. Las Misas de
la mañana celebradas por el papa Benedicto en la capilla del Palacio
Apostólico, a veces enriquecidas con bellísimas homilías, los paseos por los
jardines vaticanos y en los de Castel Gandolfo, los viajes al exterior, las
grandes celebraciones, los momentos de oración y de descanso, los encuentros
con Monseñor Georg, su amadísimo hermano; el clima durante la Vigilia de
Navidad, con cantos y recuerdos de la infancia del papa Benedicto, su amor por
los animales... No faltan páginas en las que don Alfred relata su
participación en los momentos difíciles de trabajo y de sufrimiento al servicio
de Benedicto XVI. Los gestos discretos al disminuir la fuerza del Papa, las
páginas sobre la renuncia al pontificado están llenas de emoción a la vez
grande y contenida. Un diario con contenidos personales que ahora también se
convierte, a su manera, en un libro de historia tras la partida de Benedicto
XVI a la casa del Padre.
«El Papa Benedicto es
mi maestro»[i]
Prefacio[ii]
(…) el “segundo” (…) persona
muy discreta, siempre se mantuvo intencionadamente en una discreta posición
para no aparecer más de lo estrictamente necesario en el desempeño de su
trabajo (…) una de las personas que más cerca ha estado del Papa Benedicto durante
la mayor parte de su pontificado, acompañándolo sobre todo en las dimensiones de
su vida cotidiana menos conocidas por el gran público porque están lejos de los
focos y las grabaciones de televisión.
(…) al final de la lectura no
habremos descubierto informaciones reservadas que incidan en la historiografía
de su pontificado, pero habremos entendido mejor la sensibilidad y el trato (…)
el alma de un Pontífice (…)
(…) relación de espontanea sintonía
entre dos personas unidas por una actitud natural de discreción, podríamos
decir también de un cierto pudor y timidez (…)
(…) un diario particular,
emotivamente intenso, en el que las “pequeñas cosas” cotidianas son más
significativas que las “grandes” (…) importan los detalles de las
conversaciones en la mesa los días normales, las delicadas atenciones hacia los
más cercanos en los distintos momentos de la jornada (…)
(…) se percibe bien que el autor
elige bien los temas y los matices que más le han tocado (…)
«No hay amor más
grande
que dar la vida por
los amigos»[iii]
Un helicóptero blanco[iv]
(…) quiere que la elección
de renunciar al pontificado aparezca iluminada con la luz correcta (…) ha sido
un acto de amor a la iglesia (…) él conoce el heroísmo de la decisión-
Durante mucho tiempo, el
fiel secretario, como su delicado papel le imponía, ha permanecido en silencio,
cerca del Santo Padre, pero al mismo tiempo escondido, casi invisible. Eso ha
sido lo correcto, y él nunca ha querido aparecer (…)
(…) “Aquí está, este es el
hombre que tuve el privilegio de conocer”.
«Todo está claro en
su mente
porque todo está
claro en su corazón»[v]
¿Qué podemos aprender de
Benedicto XVI de la mano de su vicesecretario Alfred
Xuereb? Sencillez, humanidad
y el ejemplo de la persona vértice.
¿Qué podemos aprender de Alfred Xuereb? Humildad,
espíritu de servicio, entrega, renuncia, trato a la
persona…
En momentos de crisis de
valores como los que estamos viviendo, es importante poder encontrar personas
de las que aprender ―tener referencia―. Mis
días con Benedicto XVI es el segundo libro que leo sobre este
Papa, el anterior estaba escrito por su secretario Georg Gänswein, sin
animo de polemizar libros muy diferentes, por enfoque e incluso me atrevo a
decir por la persona que lo escribe. En la obra que nos ocupa el foco está en
la persona a la que se sirve, y como se cuidan los detalles tanto del que sirve
como del que es servido.
Xuereb nos
ayuda a entender cómo el líder cuida detalles que le permiten conocer más a su
equipo, estar pendiente de sus necesidades, desasosiegos, ser cercano. Parece
una obviedad pero debemos preguntarnos muchas veces ¿Soy accesible para mis
colaboradores? ¿Estoy cuando me necesitan? ¿Si tienen un problema me pueden
preguntar?
El papel del secretario es
de gran importancia, al igual que su invisibilidad muchas veces, tiene que
estar pero no se le debe ver. El foco es para el líder, nunca para él. Debe ser
una persona de grandes conocimientos, habilidades, muy discreta, lo que ve tu
mano derecha nunca lo puede contar tu izquierda.
No dejemos de buscar
referentes que nos ayuden a mejorar y crecer cada día.
«Desde el inicio de
mi vida
(…) mi hermano ha
sido siempre para mí no solo compañero,
sino además guía fiable»[vi]
2007
(…) permanecer atento a las
necesidades de las personas y ejercer tanta humanidad (…) cercano a todos para
acercar a todos a Cristo[vii].
(…) me admira su habilidad
para hacer actuales personajes y enseñanzas del pasado (…)
(…) su ejemplo y
sus palabras nos ayudan a mantener vivo el clima de caridad y fraternidad.
Tener al Papa cerca con nosotros nos hace comprender que nunca debemos caer en discursos fútiles o
faltos de caridad (…)
En los momentos de prueba me
fortalecen las palabras de un sacerdote[viii] (…)
(…) a pesar de los muchos pensamientos
relacionados con los mil compromisos de su ministerio, logra recordar las
pequeñas cosas de sus colaboradores[ix] (…)
2008
(…) me he quedado muy
impresionado por la grandeza de este Papa teólogo, gran conocedor de las Escrituras,
que no ha tenido miedo en admitir que estaba equivocado y de corregirse a sí
mismo delante de todos[x].
(…) se entrega con extrema
generosidad y utiliza toda su sabiduría para construirnos[xi]
espiritualmente y aumentar nuestro conocimiento.
(…) no se aparta nunca
cuando se trata de involucrase en los sucesos de las personas de las que le
hablan, incluso a distancia. No ha habido una vez en que lo haya visto
distante, ocupado exclusivamente por los deberes del cargo y sus preocupaciones
(…) para todos nosotros es un ejemplo[xii] de
apertura y disponibilidad.
(…) el Santo Padre se da a
las personas que van a saludarlo (…) aceptó dar una palabra a cada uno de los
fieles que se le presentaron al final de la audiencia (…) estaba cansado (…)
acogió a todos con una sonrisa y mucha cordialidad. Vive esa disponibilidad[xiii] no
como una cosa menor o como un añadido, sino como una parte integral de su
ministerio.
(…) ¿Qué dejareis
vosotros a la próxima generación? ¿Estáis construyendo vuestras vidas sobre
bases sólidas? ¿Estáis construyendo algo que durará?[xiv] (…)
2009
(…) Benedicto XVI cita a san
Pablo en la carta a los gálatas “Y si os mordéis y os mordéis unos a otros y
devoráis unos a otros, mirad que acabareis por destruiros”[xv] (…)
2010
(…) cuando tenia que tomar
una decisión difícil, Wojryla primero
preguntaba a sus interlocutores si habían escuchado la opinión de Ratzinger[xvi] (…)
2011
(…) ¿Qué sentido
damos a nuestros días? (…) ¿Qué sentido damos a los días de
fatiga y dolor? Esta es una pregunta que atraviesa la historia, más aún, el
corazón de cada generación y de cada ser humano (…)
2012
(…) ¿La desobediencia es
verdaderamente el camino? (…)
(…) incluso cuando tratamos
de ser un poco “livianos”, Benedicto encuentra la manera de enseñarnos algo[xvii].
(…) la música es armonía de
las diferencias, como acontece cada vez que se inicia un concierto, con el
“rito” de afinar las cuerdas. Con los múltiples timbres de los distintos
instrumentos que puede formar una sintonía. Pero esto no sucede de forma mágica
ni automática. Se realiza solo gracias al empeño del director y
de cada uno de los músicos. El empeño paciente, fatigoso, que requiere tiempo y
sacrificios, con el esfuerzo de escucharse mutuamente, evitando excesivos protagonismos y
privilegiando el mejor éxito del conjunto.
2013
(…) la llamada telefónica
que el nuevo Papa ha hecho a Benedicto (…) le agradezco, Santo Padre (…) y le
prometo desde ahora mi obediencia y mi oración (…)
«No es fácil
encontrar un profesor
que sea al mismo
tiempo inteligente y humilde»[xviii]
Epilogo
Bávaro, más
que alemán
(…) algunos pueden pensar
que, al aceptar ponerme al servicio del Papa, renuncié a todo, y en cierto sentido así fue, pero a cambio
recibí muchísimo (…)
«Intento seguir sus
huellas
y continuar cuanto
comenzó»[xix]
Link de interés
• Nada
más que la verdad: Mi vida al lado de Benedicto XVI
• Polanco:
El humanismo de los jesuitas (Burgos 1517 ─ Roma 1576)
• Jefe
de gabinete: Manual de instrucciones para gobernar
• El
Secretario del Consejo de Administración
• Sabino
Fernández Campo: La sombra del Rey
• Íñigo
de Loyola, líder y maestro
«Yo no hui»[xx]
ABRAZOTES
[i] Alfred Xuereb
[iii] Jn 15, 13
[iv] Aldo María Valli
[v] Alfred Xuereb
[vi] Benedicto XVI hablando de su hermano Monseñor
Georg Ratzinger
Ø
¿Cuánto
tenemos que agradecerle a un hermano,
a ese ser querido, a una persona clave en nuestro desarrollo
profesional /personal?
[vii] La cercanía a la que se refiere el
autor es una de las principales características de una persona vértice.
[viii] En este caso podríamos sustituir la
palabra de un sacerdote, por las de un coach, mentor u otra persona que
nos acompañe en momentos de desasosiego.
[ix] Esa cercanía demuestra que escucha y
se interesa por su equipo.
[x] Cuánta falta nos hace la humildad y qué poco uso hacemos de esta gran
virtud
[xi] Hacer crecer al equipo.
[xii] El ejemplo del líder, y como arrastra
a las personas con ése hacer.
[xiii] ¿Estamos disponibles para el
equipo?
Ø
¿Lo
hacemos como una obligación del cargo o con espíritu de servicio?
[xiv] Estas preguntas que formulaba el Papa
Benedicto XVI en un encuentro de la JMJ, ¿no son algunas de las que se plantean
las Empresas Familiares cuando piensan en relevo generacional, legado, propósito, etc.?
[xv] ¿Cuánto daño nos hacemos sin
pensar en la destrucción de valor en las disputas empresariales?
Ø
¿Cómo
las podríamos evitar?
[xvi] Cuando tenemos que tomar una decisión
difícil ¿quién es nuestra persona de confianza?
Ø
¿qué
nos aporta?
[xvii] “El maestro aparece cuando el alumno
está listo. Pero cuando el alumno realmente está listo, el maestro desaparece”, Lao
Tzu
[xviii] Benedicto XVI
[xix] Ídem
[xx] Ídem
No hay comentarios:
Publicar un comentario