lunes, 30 de octubre de 2023

El ego es tu enemigo: Vence a tu mayor adversario

Estimad@s amig@s

Sinopsis

Ha hundido las carreras de jóvenes prometedores. Ha arruinado grandes fortunas y ha condenado a empresas a la quiebra. Ha convertido la adversidad en algo insoportable y todo esfuerzo en humillación. Si logramos alcanzar el éxito, nos cegará ante nuestros errores; y si lo que nos llega es el fracaso, lo encararemos emocionalmente rotos. El ego es casi siempre nuestro peor enemigo. 

En un mundo ultracompetitivo que se alimenta del éxito y en el que estamos continuamente exponiéndonos en redes sociales, el auténtico reto es la discreción. Debemos dedicar menos tiempo a hablar de nuestros logros y virtudes y más a realizar aquello que nos enriquece como personas. Basándose en la sabiduría más antigua, siempre atenta a alertarnos de los peligros del ego, Ryan Holiday nos ayuda a identificarlo y a neutralizarlo antes de que nos destruya. Nos enseña de manera muy práctica cómo ser humildes en la aspiración, dignos en el éxito y resistentes en el fracaso para alcanzar todos nuestros objetivos.

 

«Los obstáculos son el camino»[i]

 

Prólogo

He escrito este libro no porque haya alcanzado una sabiduría que me sienta autorizado a divulgar, sino porque es el libro que hubiera querido que existiera en los momentos críticos de mi propia vida, como todo el mundo, fui llamado a responder a las preguntas más importantes que se puede hacer una persona: ¿Quién quiero ser? y ¿Qué camino voy a tomar?[ii].

 

(…) la historia también la hacen muchos individuos que luchan contra su ego a cada paso, que evitan aparecer en publico y que ponen sus objetivos más altos por encima de su deseo de reconocimiento (…)

 

(…) Demóstenes “la virtud empezaba por la comprensión y se completaba con el valor. Debemos comenzar por vernos a nosotros mismos, y al mundo, de una nueva forma. Luego, debemos luchar por ser diferentes y por mantenernos así (…)

(…) “de la torcida materia de la humanidad nunca se hizo nada recto”[iii]. Es posible que nunca seamos rectos, pero podemos esforzarnos por serlo un poco más (…)

 

«El primer principio es que no debes engañarte

y que tú eres la persona a la que es más facil engañar»[iv]

 

Introducción

Tal vez eres joven y estás lleno de ambiciones. Tal vez eres joven y luchas por lograr tus objetivos. Tal vez ya has ganado un par de millones, has firmado tu primer negocio, has sido seleccionado para formar parte de un grupo de élite, has logrado suficiente para toda la vida. Tal vez te has quedado asombrado de ver lo vacía que está la cima. Tal vez te has encargado de dirigir a otros a través de una crisis. Tal vez te acaban de despedir. Tal vez acabas de tocar fondo.

Donde sea que te encuentres, sea lo que sea lo que hagas, tu peor enemigo ya vive dentro de ti: tu ego.

 

(…) el ego es el enemigo de lo que deseamos y de lo que tenemos. El enemigo de poder llegar a dominar un oficio (…)

 

(…) suprimir el ego antes de que los malos hábitos tomen el control; reemplazar las tentaciones del ego por humildad y disciplina cuando estés experimentando el éxito; y cultivar la energía y la fortaleza para que, cuando el destino cambie y se ponga en tu contra, no termines aplastado por el fracaso (…)

 

(…) la humildad nos restringe; el ego nos enloquece. Es la diferencia entre algo potente y algo venenoso.

 

Algunos aprenden humildad. Otros eligen el ego. Algunos están preparados para las vicisitudes del destino, tanto las positivas como las negativas. Otros, no. ¿Cuál de los dos eliges ser? ¿Quién serán?

 

«Las construcciones que están tan expuestas al clima

necesitan buenos cimientos»[v]

 

Mira muchas cosas, estudia mucho, sufre mucho. Ese es el camino de la sabiduría[vi] esfuérzate, se curioso, aguanta sin límite, resiste sin límite, el camino es largo y complejo, no sabemos si lograremos llegar a la meta, lo importante es no perder la humildad y disfrutar del camino.

 

¿Es el ego la principal amenaza de mi éxito? Tomate tiempo para formular le respuesta, y asegúrate que no esté sesgada por tu arrogancia.

 

Ryan Holiday hace una descripción muy didáctica de como el ego nos empequeñece, no nos permite crecer, hacer equipo, dejar un legado del que los receptores se puedan sentir orgulloso.

 

Trabaja, vive, defiende la humildad, huye del éxito cortoplacista que nos embriaga y a su vez nos pasa factura.

 

El ego muchas veces es una careta de la que nos revestimos para autoengañarnos. Cuando trabajas con directivos, emprendedores, consejeros, etc., y ves como tienen que anteponer estudios, estatus, apellido o el nombre de una escuela de negocios donde estudiaron, te das cuenta lo vacíos que están. “Cuando pelas la cebolla” y los desprenden de ese aura de ego, sale a la luz esa persona normal con la que puedes trabajar.

 

“Cuando el alumno está preparado aparece el maestro”[vii]. Cambiemos la palabra preparado por cuando te dejes el ego en la puerta podremos empezar a trabajar.

 

«Dicen que un médico atrevido es aquel al que no le tiembla

 la mano cuando realiza una operación en su propia persona,

 e igualmente atrevido es aquel que no vacila al quitar

 el misterioso velo de la ilusión el cual oculta a su vista

 las deformaciones de su propia conducta»[viii]

 

Aspiraciones

(…) la arrogancia y el egocentrismo inhiben el crecimiento. Al igual que la fantasía y la “visión”.

 

(…) tener autoridad no es lo mismo que ser una autoridad. Tener derecho y estar en lo cierto tampoco son lo mismo. Recibir un ascenso no significa necesariamente que se esté trabajando bien ni que uno se lo merezca (…) impresionar a la gente es totalmente distinto de ser verdaderamente impresionante.

(…) ¿Qué quieres hacer tú? ¿Qué lado eliges?

 

(…) ¿Cuál es tu propósito en la vida? Qué has venido a hacer a este mundo?

 

«No permitamos que el fantasma de ningún hombre regrese aquí

y diga que lo decepciono su entrenamiento»[ix]

 

(…) para llegar a ser grande, cada luchador necesita tener a alguien mejor de quien pueda aprender, a alguien inferior a quien le pueda enseñar y a alguien igual con quien se pueda medir[x].

 

“Es imposible aprender lo que uno piensa que ya sabe”[xi] (…) no es posible aprender si creemos que ya sabemos. No encontraremos las respuestas si somos demasiado vanidosos y autosuficientes como para hacer las preguntas necesarias.

 

(…) el ego piensa que ya sabe cómo hacer las cosas y quiénes somos (…) cree que somos espectaculares, perfectos, genios realmente innovadores (…) le disgusta la realidad y prefiere hacer sus propias evaluaciones.

 

La pasión (…) oculta una debilidad. La ansiedad, la impetuosidad y el frenesí son malos sustitutos de la disciplina, el dominio, la fuerza, el propósito y la perseverancia. Es necesario ser capaz de ver esto en los demás y en uno mismo, porque, aunque los orígenes de la pasión[xii] pueden ser sinceros, sus efectos son primero cómicos y luego monstruosos.

 

(…) necesitamos realismo. ¿Por dónde empezamos? ¿Qué hacemos primero? ¿Qué hacemos ahora? ¿Cómo estar seguros de lo que estamos haciendo nos está haciendo progresar? ¿Con qué nos estamos comparando?  

 

«Los grandes hombres casi siempre han demostrado tener

 la misma capacidad para obedecer que la que demuestran

 tener más tarde para mandar»[xiii]

 

(…) la grandeza tiene orígenes humildes: viene del trabajo poco cualificado (…) eres la persona menos importante del salón hasta que tú mismo cambias[xiv] esa situación a base de resultados.

 

«He observado que aquellos que han logrado los mejores resultados son

 quienes se controlan y nunca se emocionan demasiado, quienes siempre están serenos y dueños de sí mismos,

con paciencia y gentileza»[xv]

 

«Un hombre orgulloso[xvi] siempre está mirando todo desde

 una posición superior y, claro, mientras uno esté mirando

 hacia abajo, es incapaz de ver lo que está encima»[xvii]

 

Éxito

“El hombre es movido por impulsos, pero es atraído por valores”[xviii] ¿Tú te guías por principios o dejas que te gobiernen? Si carecemos de los valores apropiados, el éxito es breve (…)

 

«Todo hombre que conozco es, de alguna manera,

 mi superior y así puedo aprender de él»[xix]

 

(…) no hay que llevar a cabo un ataque frontal dirigido por el ego. En lugar de eso hay que empezar con una apuesta pequeña e ir aumentando gradualmente las ambiciones a medida que uno avanza (…)

 

El ego conduce a la envidia y esta corroe (…) socava la grandeza al llevar al personaje, erróneamente, que puede ser todavía más grande.

 

“El veneno más fuerte que se conoce hasta ahora viene de la corona de Cesar”[xx]. El éxito nos lanza una maldición.

 

(…) tenía los mismos rasgos que todos los demás ―ego, intereses propios, orgullo, dignidad, ambición―, pero todos estos rasgos también estaban “moderados por un sentido[xxi] de la humildad[xxii] y la generosidad”.

 

(…) el ego nos dice que somos invencibles, que tenemos una fuerza ilimitada que nunca va a desaparecer. Pero ¿Es cierto? ¿Eso es realmente lo que requiere la grandeza? ¿Energía ilimitada?

 

«Enfrentará batallas que no conoce,

 recorrerá un camino que no conoce»[xxiii]

 

Fracaso

(…) el gran error es “verse a uno mismo como más de lo que es y valorarse como menos de lo que vale de verdad”[xxiv] (…)   

 

(…) según el ego, cada uno de nosotros ha considerado precisamente no hacer lo que consideraba correcto.

Si esa es tu actitud, ¿Cómo planeas soportar los momentos de dificultad? ¿Qué más da que seas un adelantado a tú época? ¿Qué más da que el mercado favorezca una tendencia de moda? ¿Qué más da que tu jefe o tus clientes no te entiendan?     

 

El ego pregunta: ¿Por qué me está pasando esto? ¿Cómo puedo hacer para salvar este problema y demostrarle a todo el mundo que soy tan bueno como ellos creen que soy? Es el miedo animal a manifestar la más mínima señal de debilidad.

 

“Aquel que le teme a la muerte nunca hará nada digno de un hombre que esté vivo”[xxv] (…) aquel que haría cualquier cosa para no fallar, casi con seguridad hará algo digno de un fracaso.

 

«Nunca miro hacia atrás, excepto para investigar algún error…

Solo veo peligro en reflexionar sobre las cosas

 de las que me siento orgullosa»[xxvi]

 

Epílogo

(…) es admirable querer ser mejores profesionales, mejores atletas, mejores conquistadores (…) deberíamos querer estar mejor informados, con mejores bases financieras (…) beberíamos querer hacer cosas más grandes (…)

Lo que parecer ser menos corriente (…) es querer ser mejores personas, gente más feliz, gente más equilibrada, vivir contentos, ser personas humildes y generosas (…) y lo más obvio, pero más ignorado, es que perfeccionar lo personal regularmente lleva al éxito como profesional, pero rara vez ocurre al reces (…)

 

«La ambición,

 es atar nuestro bienestar a lo que hacen o dicen otras personas…

La cordura es atarlo a nuestros propios actos»[xxvii]

 

El ego es tu enemigo

Vence a tu mayor adversario

Ryan Holiday

Planeta


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«Quienes saben no hablan.

Quienes hablan no saben»[xxviii]

 

ABRAZOTES


[i] Ryan Holiday

[ii] Quod vitae sectabor iter

[iii] Kant

[iv] Richard Feynman

[v] William Penn

[vi] Dicho celta

[vii] Proverbio Zen

[viii] Adam Smith

[ix] Inscripción en la academia de capacitación del departamento de bomberos de Nueva York

[x] “más, menos o igual”, Frank Shamrock

[xi] Epicteto

[xii] “Las grandes pasiones son enfermedades sin esperanza”, Goethe

[xiii] Lord Mahon

[xiv] “Habla poco, haz mucho”, “Sé menos, haz más”

[xv] Booker T. Washington

[xvi] “Si no puedes tragarte tu orgullo, no podrás ser líder”, Gengis Kan

[xvii] C. S. Lewis

[xviii] Viktor Frankl

[xix] Ralph Waldo Emerson

[xx] William Blake

[xxi] “Juega por el nombre que tienes al frente de la camisera, y ellos te recordarán por el nombre que llevas en la espalda”, Tony Adams

[xxii] “Es difícil ser humilde cuando eres tan grande como yo”, Mohamed Alí

[xxiii] Gilgamesh

[xxiv] Goethe

[xxv] Séneca

[xxvi] Elisabeth Noelle-Neumann

[xxvii] Marco Aurelio

[xxviii] Lao Tzu

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