lunes, 13 de junio de 2022

Personas Vértice

Estimad@s amig@s

Sinopsis

Dirigir una empresa es una responsabilidad y un desafío. Las personas vértice asumen un trabajo que exige lo mejor de cada uno de nosotros. El trabajo del director general es extraordinario, pero a la vez, es un itinerario de contrastes, donde se sortean dificultades, diferencias, noches de desvelo, momentos dubitativos, satisfacciones y alegrías.

Personas vértice es una recapitulación de ideas, reflexiones y aprendizajes personales del autor acerca de la labor del director general. Plantea diez retos para enriquecer a quienes ejercen o ejercerán una de las labores empresariales más valiosas: liderar a una comunidad de personas hacia un propósito común y valioso.

 

«Nadie es capaz de todo,

ni incapaz de nada»

Carlos Llano


Prólogo

(…) el contraste entre la apariencia que guarda un líder, quien debe aparecer siempre infalible, incluso ante la realidad de organizaciones y entornos de una enorme complejidad e incertidumbre, particularmente en un contexto como el que trajo la pandemia.

Esa disonancia, muchas veces implica un camino que se navega en solitario. No es fácil para el líder mostrar sus dudas y reconocer sus fallas de manera constructiva, es complejo mantener la ecuanimidad frente al aplauso constante y las cajas de resonancia. Es más difícil aún, mantener la armonía familiar y cumplir al mismo tiempo con las demandas constantes que hoy exige una posición de liderazgo de alto nivel.

 

(…) su autor, que advierte de la importancia de contener el vértigo, de administrar el tiempo y la soledad de liderar. Como bien lo define la dirección general: “No es una superioridad que se deriva de la estructura, en todo caso, es la responsabilidad de tener el encargo en su completitud”.

La perspectiva (…) es clave para mantener a raya al ego y encontrar espejos que disminuyan los puntos ciegos, sobre todo para identificar, sabiamente, cuando ha llegado el momento de dar el paso más difícil, el de dejar de ser director general.  

 

«Mantener la calma,

 pero con sentido de crisis»

 

Es difícil provocar tantas reflexiones sobre el papel del director general en tan pocas páginas. Rafael Gomez Nava en Personas vértice lo consigue de manera magistral.  

 

Dirigir una compañía es un desafío constante, continuamente se están gestionando recursos, personas, expectativas, retornos, aprendiendo, desaprendiendo, creciendo, haciendo crecer.

 

Te veras identificado en muchos pasajes de la obra, otros con suerte no los habrás vivido aún, pero seguro que serás capaz de extractar conocimiento real y aplicable en tú desempeño.

 

«En la crisis,

si bien de una manera diferente,

todos crecimos como profesionales y como personas»

 

Dirigir una empresa es una responsabilidad y un desafío; un trabajo que exige lo mejor de cada uno de nosotros. El trabajo del director general es extraordinario, pero a la vez, es un itinerario de contrastes, donde se sortean dificultades, diferencias, noches de desvelo, momentos dubitativos, satisfacciones y alegrías.

 

Mi mayor reto fue mantener objetividad y esperanza de manera simultánea. La objetividad con la crudeza de los hechos nos habría desalentado (…) si el capitán del barco no da un sentido de esperanza, implicaba que el equipo interpretaría que la batalla estaba de inicio perdida (…) esperanza sin realismo, nos habría comprometido la visibilidad para el futuro; la situación era critica (…) un realismo esperanzador. La realidad es que cada director enfatiza más una que otra. yo opte, con algunas consecuencias, por dar mayor importancia a la esperanza

 

La crisis, en retrospectiva y por difícil que ésta sea, con a la vez una extraordinaria oportunidad para reflexionar la estrategia, para reafirmar los valores, para acomodar o reacomodar las prioridades, eliminar lo superfluo, las holguras innecesarias y para proponer al equipo directivo y a la organización aspectos que en un escenario normal difícilmente se propondría.

 

10 retos para las personas vértice

1.  Tus primeros 90 días: a dónde ir, cómo ir y con quién ir

Los primeros 90 días son una oportunidad única para que puedas interactuar con las personas clave de la organización, escucharlos en formato libre, conversar, preguntarles, darte cuenta de lo que están enfrentando en sus diferentes áreas de responsabilidad, conocer sus inquietudes y sus propuestas.

 

(…) responder a tres preguntas fundamentales: ¿a dónde dirigir la organización?, ¿Cómo lo hare(mos)? Y ¿Quiénes serán parte de tu equipo de trabajo?[i]


2.  Nadie te conoce como tú: tu FODA personal

El mejor diagnostico será el que hagas tú de ti mismo (…) identifica tus fortalezas, tus debilidades, tus oportunidades y amenazas (…) toma una radiografía de ti mismo, con la mayor crudeza posible, con objetividad y sin sabotearte. Auto conocerte es uno de los procesos más relevantes para un director general, en ocasiones es útil apoyarte en otras personas para identificar lo que uno mismo es incapaz de hacer.

(…) apalancarte en tus fortalezas y rodearte de personas que te ayuden en tus debilidades (…) tendrás que dirigir con tus virtudes y con todos tus defectos.


3.  Sueños con propósito: sin magnanimidad no hay líder

Debes de soñar[ii], por algo valioso, por algo que te haga ser mejor persona, que impulse a todos en tu empresa a perfeccionarse en la labor del trabajo diario (…)

No basta con un propósito valioso, tiene que ser magnánimo (…)

 

Ante cualquier decisión relevante no dejes de preguntarte: ¿Esto suma o destruye el propósito?, ¿Nos permite seguir avanzando o es un retroceso?, ¿Podremos explicar a la organización las decisiones tomadas acorde con lo que hemos comunicado como propósito? (…)


4.  Desvelos que quitan el aire: vértice, bisagra, desarmador, pegamento

Dirigir, es más arte que ciencia (…) es más convicción constante que talento prodigioso.

 

Ser vértice implica que darás la cara en las buenas y en las no tan buenas, pero especialmente, en las malas y en las terribles. Ser vértice te exigirá dar la cara y ponerte enfrente por tu equipo de trabajo y por los resultados de tu empresa (…) siempre al frente, eres el vértice, nunca lo olvides.

El rol del vértice implica mantener la talla profesional y humana en todo momento (…)

(…) la función de vértice implica saber acompañar al equipo, marcar el ritmo de ejecución, impulsar a los rezagados y tener el pulso para saber hasta dónde estirar las capacidades y la carga de trabajo en las personas. Ser vértice es hacer, en todo momento, labor de síntesis con la visión de conjunto que solo tú tienes de la empresa.


5.  Si tu equipo no te reta, mal equipo: juicio autentico

Lo que esperas de tu equipo es que te enriquezcan. Si un miembro de tu equipo no participa, no aporta, no dice lo que piensa y no te reta, seguramente no ha entendido su labor, o no se la has explicado suficientemente, pero no estará cumpliendo su misión.


6.  Escuchar, debatir, hacer síntesis, decidir, aprender: en ese orden

Cada decisión es fuente de desafío; no hay decisión perfecta, siempre hay un efecto secundario, en contra y una posible manifestación no contemplada de manera anticipada (…)

 

(…) si no se escucha, el debate será pobre, si no se debate la síntesis será incompleta, si no se sintetiza la decisión será parcial y si no se decide adecuadamente, el aprendizaje será cuesta arriba.


7.  Más solo que nunca: saberse acompañar y cuidar tus pensamientos

Mientras más acompañado te sientas, más solo estarás. La soledad del director general es avasalladora. Será imposible elegir con quien hablar, pensar, transparentar inquietudes, problemas y temores, seguramente con contadas personas, no con cualquiera.

 

(…) prever con quien compartirás, qué tipo de asuntos, cuáles no, con qué profundidad, y con qué objetivo (…)


8.  Las joyas de la corona: tiempo para pensar, para tu familia y para ti

Debes tener tiempo para pensar (…) hacer que tu mente “rumee” las idea (…) fluyan las situaciones que enfrentas y para que des espacio a nuevas formas de enfrentar la realidad (…)

 

Si no tienes tiempo para pensar estás haciendo mal tu labor (…)   


9.  Hacer posible lo imposible: el valor de la anormalidad

(…) cada año se disciernen los caminos para crecer: ¿Con qué productos?, ¿A qué mercados?, ¿A qué ritmo?, ¿Con qué capital económico y talento humano? (…)  

 

(…) ¿Realmente la fortaleza de una empresa la determina su ritmo de crecimiento?

(...) en ocasiones crecer, empequeñece la empresa.


10.            Tus últimos 90 días[iii]: la empresa no eres tú, eres efímero; mucho por delante

Tu ultimo éxito en la empresa radica en que cuando tú no estés al mando las cosas funcionen, y funcionen muy bien. Que te alegre el éxito de tu sucesor, que sea él quien, con su estilo y personalidad, tome la conducción de la empresa.

 

Que te recuerden por tus cualidades humanas, por tu vocación de servicio, por tu autentico interés por hacer las cosas bien y por tu congruencia de valores (…)

 

La dirección general debió haber sido un medio y no un fin. Un medio para servir y para perfeccionarte como ejecutivo y como ser humano (…)

 

«Quien no sabe escuchar,

 no sirve para dirigir»

Memorias de Adriano

 

Una última reflexión: aprender de mis errores y tropiezos

(…) aprendido a aprender de mis errores (…)

• Atreve a dejar huella, pero que no se convierta en una obsesión en tu vida.

• Cree mucho en ti, pero cree más en tu equipo para sacar las cosas adelante.

• Se prudente, pero no dejes de decir lo que piensas; ser autentico es un deber.

• Da retroalimentación, pero antes solicita que te den retroalimentación a ti.

• Por mucho éxito que alcances, no dejes de escuchar a las personas que te recuerdan que deber ser humilde: ojalá que se atrevan a decírtelo.

 

En momentos de crisis se pone a prueba todo: la propuesta de valor de la empresa, nuestros diferenciadores en el mercado, el modelo de negocio, la fidelidad de los clientes, el vinculo con los proveedores, el compromiso de los colaboradores, la unidad del management, pero, ante todo, la fortaleza y la virtud de la esperanza en la persona del Director General.

 

«Haz lo que debes

y está en lo que haces»

San Josemaría

 

Personas Vértice

Sueños, desvelos, aprendizajes y alegrías

Reflexiones de un director general

Rafael Gómez Nava

EUNSA

 

Link de interés

CEO, carrera y sucesión: Escalando hacia la cima

Mis años en General Motors

Política de empresa: El gobierno de la empresa de negocios

El segundo de a bordo: El rol del Chief Operating Officer

¿Hay que ser un cabrón para llegar a director general? Ser o no ser, esa es la cuestión

Good to Great: ¿Por qué algunas compañías dan el salto a la excelencia y otras no?

El quehacer del director: Reflexiones sobre la dirección estratégica de organizaciones

El cisne negro: El impacto de lo altamente improbable

El poder de la resiliencia

La nueva (A) normalidad: Restructurando la estrategia de negocios y de la cadena de abastecimiento más allá del Covid-19

La vida lograda

Ser ejemplo: Pequeños grandes lideres

• El hombre en busca de sentido

• El sentido de trabajar

• Dirección por misiones: Conectando a las personas con la estrategia a través del propósito

Liderazgo ético: La sabiduría de decidir bien

La empresa de negocios y la alta dirección: Procedimientos políticos de gobierno

 

«Cuando estemos solos, cuidemos nuestra voz interior,

 Cuando estemos con los demás, cuidemos nuestra lengua,

Cuando estemos irritados, cuidemos nuestro temperamento,

Cuando estemos enojados, cuidemos nuestras emociones,

Cuando todo nos salga bien, cuidemos nuestra vanidad.»

Marian Rojas

 

ABRAZOTES


[i] “Tienes que decidir a dónde vas, cómo llegarás y quién te acompañara”, Jim Collins

[ii] Soñar y os quedareis cortos, Pedro Casciaro

[iii] Memento Mori (recuerda que morirás): cuando un general, de la Antigua Roma, desfilaba victorioso por las calles de Roma, tras él un siervo se encargaba de recordarle las limitaciones de la naturaleza humana, con el finde impedir que incurriese en la soberbia y pretendiese ser un dios omnipresente.

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