Estimad@s amig@s
Sinopsis
Este breve texto inédito
muestra el costado más humano de Viktor Frankl y nos invita a ocuparnos
de la muerte como un horizonte que, lejos de paralizarnos, ha de servir para
hacer crecer nuestras posibilidades de ser.
Después de sobrevivir a los
campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial, Auschwitz entre
ellos, la finitud y el sufrimiento fueron un constante asunto de preocupación
existencial y filosófica para Viktor Frankl. En la célebre conferencia
recogida en este volumen,
pronunciada en 1984 en Dornbirn (Austria), el lector se enfrenta a
algunos de los grandes interrogantes que todo ser humano se ha hecho alguna
vez: el sentido de nuestra vida, cómo encajar el dolor, por qué ayudar (o no) a
nuestros semejantes, el transcurso de la vida y el envejecimiento y, sobre
todo, cómo plantar cara a nuestro inevitable final.
Si “la muerte es solo un
punto final del continuo decir adiós”, resulta urgente aprender a despedirse.
Más aún en una sociedad y una época en las que se impone el valor de lo que no
caduca, de lo que permanece inalterable frente al paso del tiempo: de lo que
nunca muere.
«La vida de un hombre
es un continuo decir
adiós»[i]
¿Tiene sentido nuestra vida?
¿Tiene sentido nuestro
trabajo?
¿Tiene sentido estar todo el
día
de peleas con unos y otros?
Leer a Viktor Frankl es
necesario de vez en cuando para sacar de nuestra mochila interior todo aquello
que nos hace materialistas, egoístas, perseguir objetivos que no nos aportan, etc.
Asumir
lo efímero de la existencia, es una breve obra cargada de sentido. Nos
puede ayudar a entender la famosa frase memento mori[ii],
que algunos me habéis escuchado citar en sesiones. Somos mortales por mucho que
lleguemos a tocar la gloria, pereceremos, vive el momento, asúmelo,
disfrútalo…
No dejemos de preguntarnos
todos los días:
• ¿Cómo podría seguir
teniendo sentido[iii] mi
vida?
• ¿Cómo puedo ayudar a
otras personas a que su vida recobre el sentido perdido?
«La persona que no ha
encontrado ningún sentido a su vida
no solo es infeliz,
sino tambien incapaz de vivir»[iv]
(…) hoy no vamos a ocuparnos
de como lidiar adecuadamente con el pasado, sino con lo pasajero (…) no vamos a
hablar de la superación del pasado, ―ni siquiera de la del propio pasado―, sino
de cómo el ser humano está en condiciones de asumir lo efímero de su existencia
(…) de como el ser humano llega al punto de poder decirle “sí” a la vida a
pesar del carácter efímero de esta: de como logra darle a la vida una respuesta
afirmativa a pesar de su propia condición mortal.
(…) ante la muerte, la vida ha
de ser dejada atrás. Pero no podemos olvidar que la propia vida es un continuo
morir (…)
“Vive como si vivieras por
segunda vez y como si la primera vez lo hubieras hecho tan mal como estás a
punto de hacerlo ahora”.
¿Entendemos lo que eso
significa?, ¿Entendemos que clase de llamamiento es a la
conciencia de la responsabilidad, una de las bases esenciales de la
existencia humana?, ¿Qué formidable y potente llamamiento supone esto,
exhortar a que nos esmeremos por sacar de la situación que sea el mejor
sentido posible, a que intentemos hacer realidad la posibilidad de
sentido de cada situación desde el espíritu de la responsabilidad?
Deberíamos preguntarnos (…) ¿para
qué habría de tener sentido? En la vida, ¿realmente necesitamos un sentido?
Nos estamos preguntando (…) por el sentido del sentido.
(…) se trata de decirle “Sí”
a todo, a todo. ¿por qué a la mayoría de las personas les cuesta tanto
entenderlo? Doctor, yo no estoy sorda. A cambio, habla mi interior.
Ya casi no puedo caminar. A cambio, puedo pensar. Y mi gratitud por ello es
simplemente infinita.
«No puedes ponerle condiciones
a la vida»[v]
Asumir
lo efímero de la existencia
Link de interés
• El
hombre en busca de sentido
• Al
final, asuntos de vida o muerte
• Aprender
a morir para poder vivir
«La única manera de
soportar la vida es tener siempre
una tarea que cumplir»
ABRAZOTES
[i] Viktor Frankl
[ii] "Recuerda que morirás",
es una frase latina que recuerda la mortalidad del ser humano. Suele usarse
para identificar un tema frecuente, o tópico, en el arte y la literatura que
trata de la fugacidad de la vida.
Tiene su origen en una peculiar costumbre de la Antigua
Roma, que quizás tenga origen sabino. Cuando un general desfilaba victorioso
por las calles de Roma, tras él un siervo se encargaba de recordarle las limitaciones
de la naturaleza humana, con el fin de impedir que incurriese en la soberbia y
pretendiese, a la manera de un dios omnipotente, usar su poder ignorando las
limitaciones impuestas por la ley y la costumbre.
[iii] “El hombre es un ser orientado al sentido
(…) Paradójica e irónicamente la persona que ha encontrado un sentido no solo
es feliz, sino que al mismo tiempo tiene una extraordinaria capacidad de
sufrimiento”.
[iv] Albert Einstein
[v] Paul Polak
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