viernes, 26 de mayo de 2023

El hombre en busca de sentido

Estimad@s amig@s

Sinopsis

El hombre en busca de sentido es mucho más que el testimonio de un psiquiatra sobre los hechos y los acontecimientos vividos en un campo de concentración, es una lección existencial. Traducido a medio centenar de idiomas, se han vendido millones de ejemplares en todo el mundo.

El hombre en busca de sentido es el estremecedor relato en el que Viktor Frankl nos narra su experiencia en los campos de concentración. Durante todos esos años de sufrimiento, sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda, absolutamente desprovista de todo, salvo de la existencia misma. Él, que todo lo había perdido, que padeció hambre, frío y brutalidades, que tantas veces estuvo a punto de ser ejecutado, pudo reconocer que, pese a todo, la vida es digna de ser vivida y que la libertad interior y la dignidad humana son indestructibles. En su condición de psiquiatra y prisionero, Frankl reflexiona con palabras de sorprendente esperanza sobre la capacidad humana de trascender las dificultades y descubrir una verdad profunda que nos orienta y da sentido a nuestras vidas. La logoterapia, método psicoterapéutico creado por el propio Frankl, se centra precisamente en el sentido de la existencia y en la búsqueda de ese sentido por parte del hombre, que asume la responsabilidad ante sí mismo, ante los demás y ante la vida. ¿Qué espera la vida de nosotros?

 

«Solo temo una cosa:

 no ser digno de mis sufrimientos»[i]

 

Prefacio[ii]

Recordar la tragedia en su totalidad y en su conjunto, en lo genérico, siempre amortigua el impacto de la turbación y provoca cierta opacidad a la auténtica crueldad del holocausto (…)

 

La situación de los padres planteaba a Viktor una difícil disyuntiva, una grave duda de conciencia: ¿Debía atender a sus padres o proseguir una esperanzadora carrera?, ¿Asegurar su reciente matrimonio o ayudar a su familia en su incierta suerte? (…)

(…) ¿Cuál es mi responsabilidad? ¿Ocuparme de mi obra o atender a mis padres? ¡En un momento así, espera una señal del cielo!

 

(…) “durante la primera noche en el campo me conjuré conmigo mismo para no ‘lanzarme contra las alambradas’ [suicidarme]. No resultaba tan difícil, en Auschwitz, tomar la decisión de no ‘lanzarse contra las alambradas’. En el fondo, tampoco tenia sentido suicidarse, pues considerando con objetividad las circunstancias, y aplicando un simple calculo de probabilidades, al prisionero medio le quedaban muy pocas expectativas de vida” (…)

 

(…) en un rápido análisis de situación, el balance era aterrador y desolador: sin familia, sin hogar, sin dinero, sin trabajo, casi sin conocidos (…) nada tenía, tan sólo la sombría pesadumbre de la soledad más absoluta.

 

(…) El hombre en busca de sentido merece ser incluido en el catálogo de obras clásicas que componen el patrimonio intelectual de la humanidad, tanto por la belleza de su literatura como por la profundidad de sus análisis psicológicos, pero especialmente por la sutileza de su acendrado humanismo al describir con precisión y ternura la capacidad de bondad o maldad que cabe en el corazón del hombre, en la libertad humana; la narración de una vivencia salvajemente dramática adquiere, por la mesura del juicio y la liviandad de la pluma, un insólito e inusual tono de comprensión y ternura (…)

 

Auschwitz todavía reforzó en Frankl otra convicción, en forma de lección existencial: el valor madurativo del sufrimiento aceptado (…) no es el sufrimiento en sí mismo el que hace madurar al hombre, es el hombre el que da sentido al sufrimiento (…)

 

«El significado de mi vida es ayudar a otros

 a encontrar significado en las suyas»[iii]

 

Nos hemos preguntado alguna vez ¿Cuál es el sentido de nuestra vida?

Nos ha preguntado alguna vez un amigo, mentorizado, directivo… ¿Cuál es el sentido de su vida?

-     ¿Cómo darle respuesta?

-     ¿Tenemos que dar /ayudar a encontrar la respuesta?

-     ¿La respuesta está en el camino?

-     ¿Es el camino la respuesta?

 

Leer ―releer El hombre en busca de sentido es casi obligado, pero no para hacerlo a la ligera. Es una lectura que necesita meterte en la cabeza de su autor, entender lo qué paso en su internamiento, cómo lo superó, la ayuda que en base a su experiencia brindó después a sus pacientes gracias a la logoterapia[iv] y como nos puede ser de ayuda a nosotros, nuestro equipo o una persona anónima que ha perdido el sentido de su vida y necesita una mano tendida para encontrarse.   

 

«Todo lo que no acaba conmigo

me hace más fuerte»[v]

 

(…) este libro no pretende presentar un informe sobre hechos y acontecimientos históricos, sino un relato de vivencias personales (…) experiencias vividas (…) es la historia de un campo de concentración “vista desde dentro” (…) no se detiene en detallar el interminable catálogo de las monstruosas atrocidades cometidas (…) más bien se detiene en narrar la otra lista interminable de los menudos tormentos diarios (…) intenta dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cómo afectaba el día a día en un campo de concentración en la mente, en la psicología, del prisionero medio?

 

Las personas que jamás han pisado un Lager[vi] tienen a forjarse una idea distorsionada y equivocada de la auténtica vida en un campo de concentración, porque recubren las realidades diarias con un velo, mezcla de sentimentalismo y compasión. Desconocen por completo la dura batalla por la supervivencia que se entabla entre los prisioneros (…) la lucha inexorable por el trozo de pan de cada día, por salvar la propia vida o la de un buen amigo (…)

(…) solo les importaba el número del prisionero (…) generalmente le tatuaban en la piel y, además, le obligaban a coser en la pernera de sus pantalones (…) los guardias jamás preguntaban por el nombre de nadie (…) les bastaba con echar una ojeada al número (…) y apuntarlo en la libreta.

 

(…) solo solían sobrevivir aquellos prisioneros que, endurecidos quizás por el deambular durante años de campo en campo, y en la lucha por la supervivencia, perdían todos los escrúpulos ; aquellos que, con tal de salvarse eran capaces de emplear cualquier medio, honesto o menos honesto, incluida la fuerza bruta, el robo o la traición a sus compañeros (…)

 

(…) ¿Quién se atreve a arrojar la primera piedra contra aquel que favorece a sus amigos en unas circunstancias en que, tarde o temprano, la cuestión a ventilar esta la vida o la muerte?

 

El prisionero de un campo de concentración tenía un miedo brutal a tomar decisiones o a adoptar cualquier tipo de iniciativa. Era la consecuencia del fuerte sentimiento de saberse un juguete del destino (…) a veces, era necesario tomar decisiones apresuradas, rápidas, que podían implicar la vida o la muerte, aunque quizás el prisionero prefería que el destino eligiera por él (…)

 

(…) al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: La última de las libertades humanas ―la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino― para decidir su propio destino.

 

(…) cada hombre, aun bajo unas condiciones tan trágicas, guarda la libertad interior de decidir quién quiere ser ―espiritual y mentalmente―, porque incluso en esas circunstancias es capaz de conservar la dignidad de seguir sintiendo como un ser humano.

 

La principal preocupación de los prisioneros se resumía en esta pregunta: ¿Sobreviviremos al campo de concentración?

 

El hombre que se dejaba vencer interiormente ante la ausencia de metas futuras ocupaba y llenaba sus pensamientos de recuerdos (…) refugiarse en el pasado como un recurso para apaciguar los horrores del presente (…)

 

(…) debemos aprender por nosotros mismos, y tambien enseñar a los hombres desesperados que en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino que la vida espere algo de nosotros (…)

 

La historia nos brindó la oportunidad de conocer al hombre quizás mejor que ninguna otra generación. ¿Quién es, en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Es el ser que invento las cámaras de gas, pero tambien el ser que entró en ellas con paso firme y musitando una oración.

 

¡Pobre de aquel que no encontró a la persona cuyo sólo recuerdo le infundía valor en el campo! ¡Desdichado quien al regresar descubrió una realidad totalmente distinta a la íntimamente añorada durante los años de cautiverio! (…)

 

(…) los prisioneros más aptos para la supervivencia resultaron ser aquellos a quienes esperaba alguna persona o les apremiaba la responsabilidad de acabar una tarea o cumplir una misión[vii] (…)

 

«El hombre (…)

¡es capaz de vivir e incluso de morir

 por sus ideales y sus valores!»[viii]

 

El hombre en busca de sentido

Viktor Frankl

Herder


Link de interés

Asumir lo efímero de la existencia

La lista de Schindler

Acerca del hombre en Viktor Frankl

 

«El sentimiento que se convierte en sufrimiento,

 deja de serlo en cuanto nos formamos una idea clara

y precisa del mismo»[ix]

 

ABRAZOTES


[i] Dostoyevski  

[ii] José Benigno Freire

[iii] Viktor Frankl

[iv] Logos es una palabra griega que equivale a “sentido”, “significado” o “propósito”. La logoterapia (…) se centra en el sentido de la existencia humana y en la búsqueda de ese sentido por parte del hombre. De acuerdo con la logoterapia, la primera fuerza motivante del hombre es la lucha por encontrarle un sentido a su propia vida (…)

[v] Nietzsche

[vi] Lager, en alemán, significa “campamento” entre otras cosas. Después de la II Guerra Mundial, y tras los horrores del nazismo, es muy frecuente que se utilice en este contexto con el sentido peyorativo y designativo de “campo de concentración nazis”. (N del E.)

[vii] Hecho confirmado con posterioridad por los psiquiatras norteamericanos en Japón y en Corea.

[viii] Viktor Frankl

[ix] Spinoza

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