viernes, 8 de marzo de 2024

Pasajero de la vida: Recuerdos y opiniones de un emprendedor

Estimad@s amig@s

Sinopsis

En la paupérrima España de la postguerra, José Lladró, junto a sus dos hermanos, levanto de la nada una empresa singular cuyos productos hace tiempo que están presentes en casi todo el mundo. Elevaron a la categoría de popular un artículo emblemático de lujo señorial. La porcelana, que hasta entonces había presidido los salones de la nobleza y la alta burguesía europeas, se traslado a los hogares más humildes sin necesidad de perder la pulcritud y la fragilidad que la habían distinguido desde que se instalará en Europa a principios del siglo XVII.

Mal que le pese a cierta élite intelectual, que con frecuencia las rechaza con notable irritación, las figuras que llevan el nombre de Lladró constituyen uno de los embajadores más eficaces de su país de origen y se pasean con desparpajo por los aeropuertos y los centros comerciales de todo el planeta. Este éxito, raro en aquellas circunstancias y por lo demás inusualmente rápido, suscitó explicaciones de todo tipo, a cual más rebuscada, como aquel rumor según el cual la propia Carmen Polo de Franco era una de las propietarias de la empresa.

Es una autobiografía que huye a propósito de la crónica en clave empresarial, José Lladró se encarga de desmentir esta y otras interpretaciones basadas en la excepcionalidad. Con una prosa cercana, sincera y coloquial nos proporciona una visión casi domestica del triunfo personal y económico, y se esfuerza por persuadir al lector de que él es rico no por lo que tiene sino por lo que, gracias al esfuerzo, a una cierta sagacidad natural y a su propensión a amar el prójimo, ha llegado a ser.

 

«El hombre a quien el dolor no educo,

 siempre será un niño»[i]

 

Una apasionante biografía[ii]

Si la figura de la madre de los Lladró adquiere una importancia relevante en la historia de sus hijos, también es reseñable, según nos cuentan estás páginas, el papel que ha desempeñado para mantener la cohesión de la empresa y de la familia la mujer de José Lladró (…) la personalidad de su mujer se nos aparece como auténticamente fundamental para el éxito personal, familiar y empresarial de todos los Lladró.

 

«La ira ofusca la mente,

pero hace transparente el corazón»[iii]

 

Nunca mucho costó poco[iv]

Las personas muy activas suelen tener la sensación de que trabajan poco. A los que no disfrutan con el trabajo, en cambio, toda tarea les viene grande; se ahogan en un vaso de agua. Hay quien nace para agila y quien nace para gorrión …

 

«Aprender a ser hombre entre los hombres ha sido,

 con mucha diferencia,

 lo más difícil»[v]

 

Prefacio

(…) la clave de nuestro éxito radica en nuestra capacidad de mantenernos unidos a través de los años, en nuestra capacidad para trabajar juntos y complementarnos.

 

«El árbol florido se alimenta

de lo que está escondido»[vi]

 

Con Pasajero de la vida concluyo la trilogía de la familia Lladró. Aunque no los he leído en el orden que se escribieron y aun me queda mucho que seguir leyendo sobre ésta familia empresaria, creo que seré capaz de extractar varios aprendizajes.

 

El primero es uno que últimamente va abriendo camino en las sesiones formativas sobre empresa familiar, el peso de la mujer.

¿Cuánto le debemos a nuestras madres, hermanas y mujeres de nuestro éxito personal, familiar y empresarial? Necesitaría varias vidas para darle las gracias a mi abuela, madre y esposa por lo que me han ayudado a ser. Si su apoyo desinteresado hubiese sido francamente difícil y por que no decirlo más bien imposible.  

Lladró habla en varios pasajes del libro en la encomienda que le hace su madre su mujer que mis hijos permanezcan unidos. Titánica tarea ―relativamente fácil―, mientras somos pocos, que va aumentando su dificultad a medida que la familia empresaria se va extendiendo.

 

Reflexionemos de manera individual o en un foro de familia:

¿Cuánto le debe cada una de las generaciones a su madre?

• ¿Cómo se lo podemos agradecer?

¿Qué podemos hacer por engrandecer la figura de las madres como cohesionadora de las empresas familiares?

 ¿Qué nos frena para no hacerlo?

 

«Cuanto más conozco al hombre,

 más me gusta mi perro[vii]

 

(…) saber servir a los demás es una cualidad que, paradójicamente, con el tiempo te puede llevar a liderarlos.

 

(…) mi madre tenía una gran obsesión: que no se separaran los tres hijos en el trabajo (…)

 

Mi madre es una figura decisiva en nuestra historia eso se ha repetido varias veces y es verdad. Nos aglutinó de muchas maneras y, como ya he dicho, consiguió mantenernos juntos incluso después de su muerte.

 

Hasta entonces, los tres hermanos lo habíamos compartido todo. pero a partir de un cierto momento, nuestras trayectorias comenzaron a ser distintas. Al menos, en parte. Cuando cada uno empieza a crear su propia familia, empiezan a entrar otras personas en juego, otros intereses. Cuando las familias crecen, como es lógico, hay ya más mentes pensando, cada cual a su manera. Las teclas del piano son cada vez más y cada una tiene un sonido que, aunque es parecido a la que se halla a su lado, es diferente. Entre mis hermanos y yo, entre nuestras respectivas familias, comenzaron a aparecer divergencias.

(…) jamás nos henos separado. Siempre ha habido alguien que ha sabido dar un paso atrás en el momento en que, de haber continuado en sus trece, se hubiera podido producir la ruptura.

 

(…) todos lo que ganábamos los reinvertíamos y tendíamos a realizar los mínimos gastos necesarios, incluyendo nuestros sueldos. Uno de los primeros problemas que recuerdo haber tenido con mi hermano fue precisamente por eso.

 

(…) nuestro éxito no pasaba desapercibido. Estábamos creando un producto nuevo y abriendo un mercado que hasta entonces permanecía inexplorado. Y de repente la codicia y la ambición desleal de algunos de nuestros colaboradores se volvieron contra nosotros.

 

(…) nos dimos cuenta de la necesidad de liderar el mercado y de construir herramientas para protegernos de la competencia.

 

(…) yo resultaba entonces un poco avasallador, que no sabia compartir mis ideas. Tenia mucha prisa, y a los ojos de algunos acaparaba demasiado protagonismo. Pero lo hacía de buena fe; me sentía clarividente y con una enorme fuerza para llevar a cabo todos los proyectos que se me agolpaban en la mente.

Lo que creo que ocurría por parte de mi hermano mayor era que (…) estaban saliendo a flote unas reticencias que se habían estado gestando a lo largo de todo ese tiempo en el que yo había pasado a llevar la iniciativa (…) estaba recibiendo consejos equivocados por parte de algunas personas de su entorno (…)

 

(…) no pienso que los hermanos Lladró seamos ni iguales ni complementarios. En todo caso estamos compensados, que no es lo mismo.

Estar compensados, encontrar el equilibrio, depende muchas veces de la buena voluntad de una de las partes (…)

 

(…) los sucesivos intentos de poner en manos de profesionales que venían de fuera la gestión de la empresa acababan en un revés.

(…) una de las razones: aunque se supone que venían para todo lo contrario, de una u otra manera acababan haciendo más inestable la relación entre los tres hermanos Lladró (…) inevitablemente se veían obligados a tomar partido.

(…) la mejor manera de formar un equipo dirigente fuerte es partiendo de la propia cantera de la empresa (…)

 

El mero hecho de llevar el apellido Lladró no capacita necesariamente a nadie para ser un buen empresario (…)

 

(…) nuestro mayor acierto ha sido (…) que el oficio, la filosofía y los conocimientos se han ido transmitiendo de unos a otros con total naturalidad.

 

«Un empresario al que no lo siguen sus trabajadores,

 en quien no confían,

 es un empresario sin futuro»[viii]

 

Pasajero de la vida

Recuerdos y opiniones de un emprendedor

José Lladró

Planeta

 

Link de interés

Lladró

Luces y sombras de la Empresa Familiar

El legado de Lladró

• DGI-239 Grupo Lladró: Los conflictos en la Empresa Familiar

La conjura de los necios

 

«A todos nos gusta el oro,

 pero no nos gusta el peso del oro»[ix]

 

ABRAZOTES 


[i] Tommaseo

[ii] Esperanza Aguirre

[iii] Tommaseo

[iv] Carmen Castelló

[v] José Lladró

[vi] Frase hecha

[vii] Mark Twain

[viii] José Lladró

[ix] Charlton Heston 

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