Estimad@s amig@s
Sinopsis
Si algo ha aprendido Enrique
Tomás en sus más de cuarenta años como empresario es que los negocios o
evolucionan o desaparecen. Contando siempre con el factor suerte, el
emprendedor no puede dejar de tomar decisiones. Y una vez que las toma, debe ir
hasta el final con su apuesta.
Este libro
recoge la experiencia de un trabajador nato desde los dieciséis años y relata
el crecimiento casi exponencial de su negocio desde la charcutería en el
mercado local hasta convertirse en la cadena de jamonerías más grande del
mundo. ¿El ingrediente clave de este éxito? Una tenaz capacidad de
resistencia ante cualquier circunstancia, tanto en el plano empresarial como en
el personal.
El autor se sobrepuso a los
años críticos de la crisis de la pandemia, el Brexit forzó a su compañía a
cerrar los cinco locales que tenía en Reino Unido y la empresa estuvo a punto
de quebrar. Por eso, puede atestiguar lo cerca que están el éxito y el fracaso.
Y es que, como se puede leer en estas páginas, en ocasiones las decisiones que
resulta obligatorio tomar se deciden prácticamente a cara o cruz.
¡Vamos! es
una historia edificante que permitirá al lector descubrir la importancia de las
personas en los proyectos y aprender a distinguir los socios que son
imprescindibles compañeros de viaje de las garrapatas. Y descubrirán cómo se
levanta una gran empresa.
«La tienda para el
que entiende»[i]
Prólogo[ii]
Tu libro es más que el
simple relato de tu trayectoria profesional. Es la historia de un hombre que,
con humildad y perseverancia, ha logrado alcanzar su sueños. Es la historia de
un hombre que, a pesar de los obstáculos y desafíos, nunca ha dejado de creer
en sí mismo y en su capacidad para triunfar.
«El éxito de un
emprendedor…
es seguir en el camino y disfrutar de él lo
máximo posible»[iii]
Prologo[iv]
¿Quién con doce años, se
hace cargo de la tienda de sus padres y con dieciséis monta su propia
charcutería? ¿Conoces a alguien que en su sano juicio decida, en plena
pandemia, apostar por vender jamones en los aeropuertos?
Del mundo de la empresa sé
más bien poco, pero si el ego
fuese una carrera universitaria podría licenciar cum laude. En mi
profesión el ego es imprescindible, nadie se sienta a pontificar frente a cinco
cámaras si no lo tiene mínimamente alimentado. La vanidad, en televisión, se
sirve en grandes dosis en esas tazas de café que beben los presentadores y los
contertulios. Es un carburante imprescindible pero tambien el más toxico. Si no
consigues embridar el ego, te conviertes en una vedette que sólo
pregunta para escuchar la cadencia de su propia voz.
Enrique Tomás tiene su
propio antígeno para el veneno de la vanidad. Sabe que la suya es una carrera de
prueba-error (…) vence quien tiene más resistencia, no necesariamente el más
listo (…) la suya es una historia de éxito jalonada de pequeños fracasos,
grandes dosis de imaginación y muchas horas de trabajo (…)
«No tengo horario,
porque trabajo todos los días,
todas las horas y todos los minutos.
Incluso cuando no lo
parece, estoy trabajando»[v]
Introducción
(…) ser empresario significa
(…) tomar decisiones a ciegas, hacer apuestas a cara o cruz, porque nadie sabe
lo que nos depara el futuro. Esas decisiones, al final, se revelan como
aciertos o errores, pero en el momento de tomarlas no hay manera de saber de
qué lado caerá la moneda (…)
(…) y creer en tu proyecto,
entregarte a él y trabajar las horas que sean necesarias, día y noche. Si algún
mérito se me puede atribuir es que llevo cuarenta años, desde los dieciséis,
trabajando en mi proyecto, sacando adelante un negocio y haciéndolo crecer a
base de mucho esfuerzo (…)
Nuestro ego es nuestro peor
enemigo, como personas y como empresarios. Es un obstáculo para nuestra
felicidad, porque siempre está exigiendo más y más, y porque se cree que es
alguien y se vuelve vanidoso y te aleja de los demás (…)
(…) está no es solo una
historia de éxito. Es tambien una historia para recordarnos que el éxito y el
fracaso están separados por una línea muy fina y que el valor consiste en
seguir adelante aun sabiendo que la puedes atravesar en cualquier momento.
«Somos lo que somos gracias
a los que estamos.
Y estamos orgullosos de ser quienes somos»[vi]
Pasar de una facturación de 100 a 1.000
millones en diez años es la meta que se ha marcado Enrique Tomás.
Hacen falta muchos recursos para conseguirlo, no será un camino fácil, pero no
podremos decir que no luchó por su sueño.
Biografía, historia de éxito,
relato de un luchador, le podemos poder el nombre que mejor nos identifique.
Para mí, es la historia de un empresario que quiere dar a conocer el jamón por
el mundo… es un gran embajador de uno de nuestros grandes productos.
¡Vamos! Relata paso
a paso, aciertos y aprendizajes de un “hacedor de negocios”, que sabe atraer a
los mejores de cada sector, solo no llegará lejos, en compañía puede, pero para
ello hay que ser capaz de atraer y escuchar a los mejores, darles sitio, delegar,
fijar objetivos comunes, colaborar, y no perder de vista el sueño común la
marca Enrique Tomás.
«Camino…
nada más,
nada menos»[vii]
(...) soy muy de
intuiciones, de mirar a la cara a la gente y ver si son de fiar o no. Puedo
equivocarme, pero la mayoría de las veces acierto.
(…) en un Excel tengo
resumidos los principales indicadores de la marcha de la empresa, entre ellos el
que más me importa: el crecimiento orgánico (…) la comparativa de las ventas de
esa semana con la misma semana del año anterior (…) de una ojeada y en un solo
documento tengo una especie de cuadro de mando y puedo ver cómo vamos.
(…) los jamones que vendo
hoy los compré hace tres años, y los que venderé dentro de tres años los tengo
que comprar hoy (…)
(…) una de mis primeras
ideas de negocio: aprovechar la parte de abajo del horno de los pollos para
asar patatas (…) llegó un momento en que las patatas daban más beneficio que
los pollos (…)
(…) la coherencia y
autoexigencia, como me demuestran mis más de cuarenta años como empresario, a
la larga siempre son buenas.
(…) para asesorar
adecuadamente a los clientes y conseguir su respeto y su confianza tenía que
saber más, así que empecé a informarme, a preguntar a los mejores fabricantes de
jamones de diferentes lugares de España, a visitarlos, a conocer a fondo el
proceso de elaboración y a distinguir entre las diferentes calidades. A saber
cómo funcionaba el negocio y la cadena de valor; a entender por qué había una
gama de precios tan variada y poder justificarla ante mis clientes.
(…) no hay que olvidar que
mi empresa lleva mi nombre. Con cada producto que vendo está en juego mi reputación
como empresario e incluso como persona.
(…) “han abierto un Enrique
Tomas”. Marca, marca, marca. Lo estamos consiguiendo (…)
(…) a nivel profesional,
Enrique Tomás como empresa no se entendería sin Radio Tele-Taxi y sin Justo Molinero (…)
(…) la importancia de la
estrategia, de volar por debajo del radar (…) tienes que ir creciendo
discretamente para que la competencia no te “vea” y, cuando te detecten, agitar
las alas fuerte y subir mucho para que ya no te puedan alcanzar.
(…) oportunidad increíble de
negocio. Podía acceder a un buen número de locales en los aeropuertos de España
a un precio que, cuando pasara la pandemia, se multiplicaría. Con menos coste,
mi margen sería mucho mayor y me recuperaría antes (…) podía convertirme en un
socio de referencia para AENA de cara al futuro (…) les iba a ofrecer una solución
a su mayor problema en aquel momento; la perdida total de ingresos debida a los
negocios que no podían mantener su presencia en los aeropuertos.
(…) darme cuenta de que no podía
crecer si no me rodeaba de personas competentes, emprendedoras, trabajadoras y
dispuestas a apostar por el proyecto (…) yo siempre he sido un poco impaciente,
pero antes de ir rápido prefería llegar lejos.
(…) crecer sí, pero hombro
con hombro con personas que entiendan la esencia de Enrique Tomás que la
respeten y que estuvieran dispuestas a trabajar al máximo para engrandecerla.
(…) “Dónde estamos y hacía
dónde nos dirigimos” (…)
(…) el éxito de un
empresario se parece más al de un investigador o un inventor, que imaginan algo
y luego van haciendo prueba-error hasta que dan con una cosa que funciona. Muchos
desisten y se quedan por el camino, porque normalmente hay que cosechar muchos fracasos
hasta dar con algún éxito.
(…) Cinesa (…) ofrecer en sus
cines conos
con tacos de jamón como alternativa a las palomitas.
(…) el mejor jamón del mundo
mal conservado y mal servido puede ser un mal producto, mientras que un jamón regular
pero bien cuidado, bien cortado y bien servido es un buen producto (…) un buen jamón
cortado con esmero es mucho mejor que un jamón excelente cortado de cualquier
manera. El corte es todo un arte.
(…) máquinas
dispensadoras de jamón en el aeropuerto de Barcelona (…) trabajando el concepto
de tienda foodie (…)
La vida del empresario está
llena (…) de momentos de expansión y de contracción. A veces todo es favorable
al crecimiento y tienes que aprovechar que se alinean los astros (…) tienes que
reducir estructura y encogerte para sobrevivir.
Ser empresario tambien es
eso: aprender a gestionar el dinero disponible y a distinguir entre lo
necesario y lo accesorio (…)
(…) el jamón no se envía,
hay que llevarlo. Llevarlo y acompañarlo de una explicación (…)
(…) la expansión en el extranjero
de Enrique Tomás ha sido y está siendo lenta porque debe ir acompañada de una
labor de “jamonización” (…) no se consigue de un día para otro (…)
(…) adquirimos una fábrica
de jamones en el valle de los Pedroches, en Córdoba. La idea era tener otra
para en el negocio del jamón (…) un error, ya que lo nuestro no es la fabricación,
sino la venta (…)
¿Por qué invertir un dinero
considerable al mes en una empresa de comunicación en un momento en el que todavía
estábamos lamiéndonos las heridas de la pandemia y tratando de volver a cuadrar
las cuentas? ¿Qué esperaba yo de ella y de su empresa? (…) yo quería y quiero llegar
lejos, por eso necesito a los mejores compañeros de camino.
(…) la visión que tiene que
tener un empresario de su negocio. Las cosas no pasan solas, hay que “verlas”
en la cabeza y luego hacer que pasen (…)
(…) Express&Co en
hoteles (…) instalar puntos de venta en estadios de futbol o eventos deportivos
multitudinarios como los grandes torneos de tenis (…) la idea consistía en montar
una pequeña infraestructura movil durante los días de competición para que los espectadores
pudieran disfrutar de nuestros productos antes, durante o después de los partidos.
(…) un negocio va de
trabajo, esfuerzo e inteligencia. Va de aprender con la práctica y aplicar el
sentido común, de contratar a los mejores y saber leer las oportunidades (…)
(…) el crecimiento necesita
orden. Para que lo extraordinario suceda, tiene que funcionar lo ordinario.
«No estirar más el
brazo que la manga»[viii]
De 100 a 1.000
millones en 10 años
Link de interés
• Grandes mentiras sobre el jamón
«Apunta a la luna.
Si fallas, al menos estarás
entre las estrellas»[ix]
ABRAZOTES
[i]
[ii] David Bisbal
[iii] Enrique Tomás
[iv] Susana Griso
[v] Enrique Tomás
[vi] Ídem
[vii] Ídem
[viii]
[ix]
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