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Recibid un cordial saludo
Sinopsis
Ignacio
de Loyola es reconocido como un gran líder. Un liderazgo
forjado en su historia, infancia y juventud, en su conversión y en las decisiones que fue tomando
hasta formar la Compañía de Jesús.
No se trata de una biografía o un relato de la vida del santo, sino una
aproximación que busca mostrar, desde el ejemplo
del fundador de los jesuitas, las claves de un liderazgo transformador.
«El hombre debe buscar la perfección,
porque
su vida será mejor,
sino
que la sociedad,
en
su conjunto,
tendrá
una vida mejor»
Prólogo
El «liderazgo
Ignaciano» es una expresión acuñada no hace mucho que puede
servir para pensar en profundidad en la tarea de acompañar a otros a realizar una misión, implicándose todos de manera personal e inspirando transformaciones sostenibles
en las organizaciones (…) se fija más en la parte social o humanista y no tan
explícitamente en lo religioso o espiritual.
(…) un líder se implica
personalmente en una misión y en el acompañamiento y transformación de quienes comparten esa misión y de sus
intenciones. No es frio calculador o analista que emite juicios o valoraciones
lógicas y asépticas, quedándose en los medios sin profundizar en los fines (…)
«Lo trascendente es inmanente»
Prefacio
Para quien escribe estas
líneas la atención al ejercicio o gestión del liderazgo ha sido una inquietud en la vida profesional de la que
he extraído dos conclusiones: 1ª ser y ejercer de líder es un objetivo comprometido; 2ª no se nace con habilidades de director. Se nace mandón
o habilidoso para persuadir e influir, para hacerse o ser jefe; pero para
conducir personas y contribuir a desarrollar proyectos con ellas es necesario
aprender de uno mismo y de los otros.
(…) toda disposición de
poder es mayor capacidad de servicio
a los prójimos (…) dos convicciones clave para el buen gobierno; la elección del dirigente y la lealtad de los colaboradores
con el modo de gobernar. El
dirigente debe gestionar el poder que se le ha otorgado y que acompaña a la
autoridad.
«Hay que conseguir que cada persona sea un líder
y
que cada líder se comporte como persona»
(…) todo aspirante a líder
ha debido realizar un trabajo de análisis interior, de conocimiento propio, que
inspeccione y considere su modo de proceder, su forma de actuar y de
relacionarse con los demás. En Ignacio
el liderazgo es fundamentalmente acción comprometida consigo mismo, con
las personas y su perfeccionamiento humano (…)
(…) Ignacio
es particularmente persuasivo, atractivo e influyente. Mueve a personas, dirige y orienta vidas,
propone planes formativos para los suyos, promueve misiones, crea centros de
acogida para marginados, instruye y organiza un nuevo servicio a la Iglesia de
la reforma y su expansión (…)
Hablar
de Ignacio
es hacer referencia a valor o valores (…) a la manera de ser o de
actuar que una persona o colectividad reconoce como ideal y que, hace
atractivos o apreciables a los individuos o las conductas que se les atribuye
(…)
(…)
el valor clave de Ignacio
es la dignidad humana, resultado de la libertad interior
adquirida, de la calidad de la conducta, de la ambición de
superación y del compromiso por el «servicio a los prójimos».
«No se trata de cambiar uno,
sino
de cambiar para»
F. Xavier Albistur Marín
Sigo
en la senda de profundizar en el conocimiento del liderazgo «preocupación por el autoconocimiento». Soy
consciente y así lo defiendo, que debemos estar siempre en beta «nunca se creyó terminado —inacabado»,
mientras mayor sea nuestro grado de autoconocimiento, mayor será la oportunidad
de mejora.
La
formación «educación como oportunidad de transformación de la
persona» es una gran palanca para mejorar personal y profesionalmente «quien forma directivos debe crecer» que,
a su vez, me brinda poder ofrecer mejores soluciones a mis alumnos,
mentorizados, etc. Como decía Séneca:
Homines dum docent, esto es, [los hombres aprenden mientras enseñan][i].
«La primera condición de un líder es conocerse
a sí mismo, conocer a sus colaboradores, y hace que estos se
conozcan». En palabras de Sun
Tzu «trata a tus hombres como si
fueran tus hijos amados y ellos te seguirán hasta el valle más profundo».
El
líder de hoy día «debe responder a
las necesidades de su tiempo», para ello debe de estar en continua
evolución, ser un «inductor e impulsor»
de las nuevas capacidades que se demandan, carismático, [(…) sobre todo humilde, alguien que requiere opiniones,
que escucha atentamente y que se muestre abierto a nuevas ideas. La humildad
del líder debe hacerle sentirse un miembro más del equipo que, a su vez, debe
responder reconociendo su preeminencia (…)][ii], «huye de la vanagloria», ejemplarizante,
reformador, innovador, dispuesto a corregir permanente si hiciese falta su
propia vida y conducta.
«Para cambiar se precisa convencimiento personal y atrevimiento ante
el salto vital y social que significa»
Ejercicios [5]
(…)
Ignacio,
que no quiso dejar de sí un retrato, ni en pintura o escultura, tampoco nos
dejó penetrar en su vida más de lo que él mismo quiso comunicar.
(…)
aprendió cómo debía enfocar su vida por el método de analizar, de averiguar la
razón de sus sentimientos y emociones (…) experimentar y penetrar en su propio
mundo interior y aprender a evaluar, discernir y decidir la orientación de sus
obras y sentimientos, creativos o anuladores, limitadores o impulsores (…) comprometido
con la transformación de las personas como fundamento de su misión,
no quiso ser imitado ni venerado como santo, sino como compañero, consejero o
asistente (…)
(…)
«Ignacio
de Loyola, ¿Quién eres tú realmente? ¿Se han resuelto por fin
las ambigüedades de tus actos, los contrastes e incluso contradicciones de tu
personalidad?[iii].
(…)
nunca se creyó terminado; siempre fue provisional, un proyecto
perfectible,
y en ello incluía su propia obra. Sus compañeros (…) le observaron como modelo,
y de ahí su afán de idealizarlo y convertirlo en molde aplicable (…) el se
resistió (…) huir de la vanagloria.
(…)
el hombre es una obra inacabada, en evolución, y que no precisa
modelos a imitar, sino orientaciones, consejos y ayuda para él mismo ir
transformándose (…)
(…)
«El hombre no es justo ni prudente por casualidad o por efecto del azar»[iv]. El
héroe virtuoso, el guía o líder debe ser digno de atención y reconocimiento (…)
(…)
para Sócrates, la preocupación por el conocimiento, el saber interior,
el conocerse a sí mismo y el cuidado del alma eran tareas que debían centrar el
interés del ser humano (…)
«Emprendí la búsqueda de mi mismo»
Heráclito
(…)
la prueba del espejo (…) «practican para asegurarse de que la persona
que veían en el espejo por la mañana era la clase persona que querían ser,
respetar y en la que creer» (…) «se fortalecen contra las mayores tentaciones
del líder: hacer lo que goza de la aprobación general, en lugar de lo que
es correcto»[v].
«Un líder comprende que una organización
se
une gracias a los valores,
creencias
y compromisos compartidos»[vi]
(…)
primero considera, y luego planifica, actúa y persevera. Las personas que
alcanzan sus metas son tenaces, incansables, entusiastas y optimistas (…)
(…)
convierte la conversación en un proceso metódico:
a) escucha,
b) considera el tema propuesto,
c) prepara la respuesta,
d) responde[vii].
Propone
una nueva forma de vida religiosa (…) en lenguaje militar se llamaría «de
intervención rápida»: pocos miembros, muy cualificados y disciplinados,
cohesionados, de vida austera y con tres votos [pobreza, obediencia y castidad]
(…)
El
líder sabe que se mueve en terrenos dudosos (…) no lo oculta (…) subraya
la incertidumbre que siente en las diferentes etapas (…) va de la
inseguridad a la certeza (…)
(…)
la educación (…) no es solo conocimientos, sino oportunidad de
transformación de la persona, de la cualificación humana (…)
(…)
el poder y la autoridad están en el gobierno es sí mismo y en la
forma de gobernar (…)
¿Qué es gobernar? (…) atender a un fin[viii],
atender al bien, tener cargo de, proveer, acordarse de las cosas, pensarlas y
ordenarlas, resolver y determinar, ejecutar, mandar, ejercicio y uso de la
autoridad[ix].
«Formó lideres
que
han formado lideres»
Link
de interés
● Antígona
«El ser
es lo importante,
y
el poseer es solo instrumental»
[i]
Repensando el liderazgo estratégico, Federico Aznar Fernández-Montesinos, p. 2019,
Sílex ediciones, 2018.
[ii] Ibid.,
p. 219
[iii]
André Ravier, Ignace de Loyola et I`art de la désicion, Bayard, Paris 1998.
[iv]
Aristóteles, la política, Espasa calpe, Buenos Aires, 1941, p. 130.
[vi]
William N. Plamondon, «Energía y Liderazgo», en el mundo del futuro, cit., p.
304
[vii]
Autobiografía, n 42
[viii]
Constituciones, n. 719
[ix]
Para una información más amplia sobre las diversas interpretaciones del término
«gobernar» en Ignacio, véase Urbano Valero, «Introducción a la Nona Parte»:
Constituciones de la Compañía de Jesús, p. 305.
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