Estimad@ amig@s
Sinopsis
A menudo, lo que hoy recibe
el nombre de «liderazgo» no es más
que una superficial sustitución de la sustancia por la técnica. Los jesuitas renunciaron a un estilo de liderazgo ostentoso y
centraron sus esfuerzos en el cultivo de cuatro
valores especiales que constituyen la sustancia de su idea de liderazgo:
● autoconciencia,
●
ingenio,
●
amor,
●
heroísmo.
En otras palabras, la Compañía de Jesús preparaba a sus
miembros para triunfar formándolos como líderes
que
● eran conscientes de sus fuerzas, sus debilidades, sus valores
y su visión del mundo;
● se atrevían confiadamente
a innovar y adaptarse a un mundo en constante cambio;
● comprometían a otros con
su positiva y bondadosa actitud;
● se activaban a sí mismos y
a los demás gracias a sus heroicas
ambiciones.
Esta fórmula sigue moldeando
actualmente a los líderes jesuitas,
convencidos de que todo liderazgo comienza por el auto-liderazgo. Pero es una fórmula que sirve para formar líderes en todos los ámbitos de
la vida y del trabajo.
El presente libro
no se limita a analizar las causas que explican el éxito de los jesuitas en el siglo XVI, sino que
además señala quiénes pueden ser considerados líderes y cómo se forman estos en cada generación, incluida la
nuestra. Además, se analizan de cerca las razones que explican el éxito de los
primeros jesuitas y, a continuación,
se presenta esta sabiduría a las personas y organizaciones que hoy deseen conocer y poner en práctica un
liderazgo efectivo e integral.
Chris Lowney,
que fue jesuita durante siete años, trabajó para J. P. Morgan durante
diecisiete años como director ejecutivo en Nueva York, Tokio, Singapur y
Londres. Actualmente vive en la ciudad de Nueva York, donde es asesor del Catholic
Medical Mision Board.
«Trabaja como si éxito dependiera de tu propio esfuerzo,
pero
confía como si todo dependiese de Dios»
Máxima
jesuítica
De las
cuatro valores principales del liderazgo
de los jesuitas; autoconocimiento, ingenio,
amor y heroísmo, me quedo con el primero.
El autoconocimiento es de vital
importancia para poder avanzar, superarnos, mejorar, crecer, desarrollarnos, a
la vez que poder generar los siguientes líderes que tendrán que consolidar
nuestro proyecto.
Necesitamos
conocernos
● ¿Cuáles son nuestras debilidades?
● ¿Dónde residen nuestras fortalezas?
● ¿Qué nos motiva—impulsa?
● ¿Cómo podemos buscar nuevas oportunidades?
●¿De qué forma podemos ayudar a otras personas a conocerse mejor desde nuestro ejemplo de autoconocimiento?
●¿De qué forma podemos ayudar a otras personas a conocerse mejor desde nuestro ejemplo de autoconocimiento?
«Solo quienes conocen sus debilidades
pueden
luchar contra ellas e incluso llegar a superarlas»
(…) sin experiencia alguna en dirigir escuelas, en apenas una década se
las arreglaron para fundar y dirigir más de treinta centros de
enseñanza. A finales del siglo XVIII, los jesuitas
poseían setecientos colegios y escuelas de enseñanza secundaria repartidos por
los cinco continentes (…)
¿Por
qué tuvieron y siguen teniendo éxito los jesuitas? ¿Cuál era la fuente de
creatividad, energía y afán renovador? ¿Cómo se explica que ellos hayan
triunfado mientras tantas otras empresas y organizaciones se han ido quedando
en el camino?
(…) en lugar de hablar de liderazgo, lo vivían (…)
El enfoque jesuítico analiza el liderazgo
a través de un prisma muy distinto (…) refractado a través de ese prisma, la
función del líder presenta también
una imagen muy diferente. En su modelo destacan cuatro características:
● Todos somos lideres y todos, mejor o peor, actuamos siempre como
tales.
● El liderazgo brota de dentro y refleja lo que soy como lo que hago.
● El liderazgo no es una acción. Es mi vida, una forma de vivir.
● La terea de ser líder no acaba nunca. Es un proceso constante.
(…) el líder fuerte disfruta de la oportunidad de seguir aprendiendo
acerca de sí mismo y del mundo, y le atrae la idea de realizar nuevos
descubrimientos e intereses.
(…) el rasgo que define al líder es su habilidad para motivar (…) recurre a su experiencia, sabiduría y conocimiento
del juego (…)
(…) el equipo de los jesuitas confió en el talento de cada uno de sus miembros.
¿Cuáles
eran los secretos del liderazgo jesuita? ¡Cómo accedieron individualmente al
liderazgo des miembros de la compañía y por qué sus esfuerzos corporativos se
vieron coronados por el éxito?
Autoconciencia: «Ordenar la propia vida»
Los
líderes maduran al comprender quiénes son y qué es lo que valoran, al tomar
conciencia de las propias limitaciones o flaquezas que los llevan por mal
camino, y al cultivar el habito de la autorreflexión y el aprendizaje
continuos.
Únicamente quien sabe qué es
lo que desea puede emplear todas sus energías en alcanzar esa meta y animar a
otros a hacer lo mismo. Únicamente quienes
conocen a fondo sus debilidades pueden sobreponerse a ellas (…)
La
autoconciencia nunca es un producto acabado (…)
Ingenio: «El mundo entro será nuestra casa»
Los
líderes se acomodan personalmente y hacen que los demás se acomoden también a
un mundo cambiante. No les da miedo las sorpresas que puedan esperarlos a la
vuelta de la esquina, sino que prefieren explorar con entusiasmo nuevas ideas,
enfoques y culturas (…)
(…) jesuita ideal (…) siempre dispuesto a dar una
respuesta a las oportunidades que se le presenten
(…) un líder tiene que desprenderse de hábitos, prejuicios y preferencias
culturales arraigados y no justificarse nunca con la disculpa de que «las cosas
siempre se han hecho así» (…)
(…) como hombres dispuestos
a aceptar misiones siempre nuevas y cambiantes, «el mundo entero se convertirá en [vuestra] casa» (…) apresurarse, movilizarse y responder sin
tardanza (…) describían el modo de
pensar que todo jesuita debía
compartir.
«Aspirar a grandes cosas»
fijándose metas
heroicas
(…) no se contento con descubrir sus propios puntos fuertes y débiles,
sino que, además, fue generoso, aplicado y lo suficientemente sincero como para
enseñar a otros a examinarse a sí mismos.
¿Qué
hacen en realidad los lideres? (…)
● están siempre enseñando y
aprendiendo (…)
● forman a hombres y mujeres
«brillantes y eximios»
(…)
● perseveran (…)
● se cargan de energía una y
otra vez gracias a la pura y simple ambición de sus heroicas metas (…)
● innovan abordando sus
desafíos como sus predecesores jamás habían imaginado (…)
● se consagran a la
excelencia (…)
● permanecen abiertos a
nuevas ideas, incluso a edades avanzadas (…)
● honran a la verdad por
encima de su ego personal (…)
● influyen en otros con su
ejemplo, sus ideas y su instrucción (…)
El
liderazgo no consiste simplemente en realizar un trabajo; se trata
más bien del modo en que se realiza
(…) esto significa influir, prever, perseverar, transmitir
energía, innovar y enseñar.
(…)
¿cómo se ordena uno a si mismo? (…) evaluando las propias debilidades o
flaquezas (…)
(…)
cada día, «luego de levantarse», los jesuitas deben recordar cuáles son sus objetivos
personales más importantes (…)
(…)
pocas personas están dispuestas a dedicar ni siquiera un día al año para reflexionar
sobre sí mismas, pero cualquiera puede reservar para ello cinco minutos tres
veces al día.
«¡Pues, sus!
¡Heme
aquí!»
«Hazlo,
y ya
vendrán»
Francisco Javier
(…)
espíritu luchador, infatigable y perseverante (…) «¡Échame
por la puerta, que ya encontraré yo la manera de volver a entrar por la
ventana!» (…) estilo de liderazgo estimulante (…)
«La compañía necesita hombres tan perfectos
como sea posible en cada una de las
disciplinas
que
le ayuden a alcanzar su objetivo»
Jerónimo Nadal
(…)
los lideres jesuitas mostraron la necesaria dosis de tolerancia al
riesgo, creatividad, empuje para aprovechar la oportunidad.
Magistri sint insignes,
«Los maestros han de ser sobresalientes»
(…)
para que una misión sea motivadora tiene que ser persona. y
únicamente cuando una hace de la búsqueda del magis[i]
un hábito reflexivo de cada día es sostenible dicha misión (…) busca incansable
algo más, y algo más grande (…)
(…)
enseñar a otros es en sí mismo un proceso de aprendizaje para quien
enseña (…)
«Los jesuitas aprenden mejor
enseñando
a otros»
Link de interés
Trabajar
«con más amor que temor»
Ignacio
de Loyola
Recibid un cordial saludo
[i]
Magis n latín, «más») es un
término extraído de la Espiritualidad Ignaciana de la Compañía de Jesús.
Es atribuido a San Ignacio de Loyola.
Es palabra latina y sus
aplicaciones en educación (magisterio, clase magistral), en muchas ramas
profesionales (magíster) significa aumentar las propias competencias y
capacidades para ponerlas al servicio de los demás (prójimo), y de esa manera,
hallar realización, procurar trascender y encontrar felicidad en el propio
desprendimiento voluntario y en el compartir solidario.
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