“El destino se rie de las probabilidades.”
Este libro presenta lo que se esconde detrás del telón del mundo de los patrocinios deportivos con un completo análisis de los principales casos de éxito tanto en el patrocinio individual (por ejemplo Rafa Nadal-KIA), como patrocinio de equipos (Santander-Ferrari), naming (ONO-Estadi), patrocinio de competiciones (Liga BBVA).
Esta obra también trata la respuesta en casos negativos (Tiger Woods-dopaje…), el uso del deporte como herramienta política (selecciones autonómicas) o como palanca para la audiencia televisiva.
“El hombre que dice no puede hacerse sera
á sorprendido por alguien que lo haga.”
...« No ha existido ninguna fuerza como la que representará el deporte en la sociedad de nuestro futuro inmediato. A pesar de la gran crisis, este grupo es uno de los pocos que crece día a día, hora a hora, segundo a segundo, en todos los rincones del mundo y se está convirtiendo, poco a poco en dogma de comportamiento. El deporte es el único que une a ricos, parados, jóvenes, maduros, fuertes e incluso frágiles. Pero las fuerzas que dirigen el mundo todavía no lo han percibido y tampoco han sido conscientes de que, con la revolución industrial, la clase media se desarrolló, llevando de la mano lo que formaba parte de su cultura y entre ese equipaje estaba la pasión por el deporte.
Entre la Primera y Segunda Guerra Mundial, los colectivos más admirados, los mejor pagados y los más reconocidos socialmente, eran pintores, actores y actrices de teatro, escritores, compositores, poetas, representantes de una minoría de la sociedad. Sin embargo el desarrollo de la clase media, vio el crecimiento y reconocimiento social del deporte y los deportistas. Ese cambio supuso una revolución social, lenta, silenciosa, pero tan potente que actualmente, prácticamente sólo los eventos deportivos son capaces de tener dimensión mundial y proyectar la imagen de ciudades y países a nivel planetario.
Los deportistas son artistas que generan recursos económicos directos e indirectos de dimensiones inimaginables hace 30 años. Marcas de automóviles, bancos, líneas aéreas, ONGs, fundaciones, industria farmacéutica, etc., utilizan el deporte y sus deportistas para comunicar sus mensajes marketinianos. Nada mejor como aval para un producto, para una buena imagen, para llegar al gran público, que un deportista.
… ejemplos relativamente recientes del poder del deporte a nivel de comunicación, tanto con objetivos políticos, comerciales o morales, si bien existen otros muchos ámbitos en los que se emplea esta potente capacidad comunicativa del deporte.
Canastas comerciales
Apenas diez días después, el 28 de febrero, el ministerio de Industria, Turismo y Comercio; la Comunidadde Madrid y el Ayuntamiento de la capital española firmaban un acuerdo con el Real Madrid Club de Fútbol para la promoción internacional de España y la ciudad madrileña como destinos turísticos. Desde el propio departamento se afirmaba que el club deportivo «se convierte así en uno de los principales embajadores de la marca España y Madrid. Se estima que con este acuerdo se llegará a un público estimado en más de 300 millones de personas, lo que se traduce en una oportunidad única para la promoción turística de ambas marcas, que utilizarán su lema Visit Spain, Visit Madrid». El convenio forma parte de la estrategia del ministerio de Industria, Turismo y Comercio basada en el marketing deportivo.
Goles políticos
«Si la gente quiere realizar una protesta que tenga cobertura mundial y que le sirva para obtener reconocimiento en todo el mundo, sería muy fácil. En este sentido no hay nada mejor que la parrilla de un Gran Premio de Fórmula 1, con cobertura en todo el planeta». Así se expresaba el 17 de febrero de 2011 Bernie Ecclestone, el patrón de la Fórmula 1, con ocasión de la revuelta política en Bahrein cuyas consecuencias sobre el deporte del motor ponían en peligro la celebración de la primera carrera del Campeonato que debía celebrarse en dicho país.
Récords sagrados
Quince días más tarde, en marzo de 2011, la Conferencia Episcopal Española anunciaba una nueva campaña de comunicación «en defensa del bien sagrado de la vida» y orientada a sumar fieles en la manifestación que iba a celebrarse a la semana siguiente en Madrid contra la eutanasia. La campaña giraba en torno a una serie de vídeos, en uno de los cuales aparecía un moribundo y su hijo en el hospital celebrando el gol que otorgó a la selección española de fútbol la victoria en el Mundial de Sudáfrica y que culminaba con el lema «Siempre hay una razón para vivir».
“Viviendo todo falta,
muriendo todo sobra.”
MENSAJES REDONDOS
Jordi Vilagut
LID editorial
“Saber es acordarse.”
Aristoteles
Recibid un cordial saludo
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