Estimad@s amig@s
Sinopsis
Carlo Ancelotti
es sin duda uno de los directores técnicos de fútbol más exitoso de la
historia, sin embargo su estilo de liderazgo
está muy alejado del estilo de liderazgo de la mayoría de sus colegas
profesionales más caracterizados por su agresividad
e histrionismo.
Pero es ese estilo el que le ha ganado el aprecio y reconocimiento de muchos de sus seguidores como David Beckham, Zlatan Ibrahimovic o Cristiano Ronaldo.
Pero es ese estilo el que le ha ganado el aprecio y reconocimiento de muchos de sus seguidores como David Beckham, Zlatan Ibrahimovic o Cristiano Ronaldo.
En este apasionante libro, Ancelotti va mucho más
allá de narrar las historias personales sino que entra, con ayuda de los
coautores del libro, en el análisis de sus métodos
de liderazgo, sus errores y aciertos y muestra lecciones
y enseñanzas que todos pueden
aprender de él para su vida diaria.
«El paso de miembro
del personal a líder no es tan directo como creemos. Tenemos que entender que
por insignificantes que creamos nuestros actos y palabras, arrojamos una sombra
sobre muchos aspectos de la vida del personal. Aceptamos esa responsabilidad en
serio; cuidemos de las personas y no abusemos de nuestro poder»
Prefacio
(…) trabajar con estos deportistas, cuidarlos y
ayudarles a desarrollarse y a madurar, crear confianza y lealtad, compartir los
éxitos y recuperarnos juntos de las decepciones, eso es para mí el eje, el
corazón de mi trabajo. Por eso me levanto todas las mañanas para ir a trabajar
con una sonrisa en la cara.
«En ocasiones, una relación
se deteriora y es hora de irse. No hay que rasgarse las vestiduras, ya que todo
tiene un ciclo. La clave es ser lo más productivo que podamos en cada ciclo»
No olvidemos nunca
nuestros puntos de referencia: desde los primeros mentores hasta aquellos cuyas
hazañas aspiramos a emular. Parafraseando a Ancelotti
en el fútbol se pueden buscar referencias que te ayuden a mejorar, crecer,
cimentar conocimientos, madurar, liderar, dirigir equipos y un largo etcétera,
solo hay que tener voluntad y ganas de aprender.
«No olvidemos a los
soldados de infantería de una empresa solo porque su mantenimiento cueste poco»
Hoy he visto suficiente
para saber que nunca hay que creer que basta con ser buen jugador para ser
mánager o entrenador. Permite establecer una relación con los jugadores y
entender lo que necesitan, pero hay otros aspectos de la dirección técnica que
tienen que estudiarse y aprenderse.
Nada es tan importante
como la familia. En el futbol hay dos clases de familia. Está mi grupo personal
de lugartenientes y técnicos, personas con las que he trabajado muchos años. Compartiendo
momentos buenos y malos: en suma, personas en las que confió mucho y a las que
respeto. Estas personas forman mi familia futbolística (…) y luego está la
familia general del club.
(…) el personal de apoyo
tiene la misma importancia que el equipo y procuro tratar a sus miembros del
mismo modo que a los jugadores (…)
«Las camarillas son
inadmisibles; con el tiempo hay que desorganizarlas para que quede claro desde
el principio que la única forma de vencer es la integración»
«No temamos nunca
delegar funciones; nadie es sufrientemente bueno para hacerlo todo»
(…) «No. Tú eres fulano.
Tú eres un hombre que juega al futbol. Eres brillante en eso, clase
internacional, pero eso no te define». Procuro ver a la persona total y
ayudarla a verse a sí misma en sentido amplio.
Los grandes jugadores son
grandes ejecutores de decisiones. Saben cuándo pasar, cuándo chutar, cuándo defender,
cuándo atacar, todo para que el equipo consiga el mejor resultado. El mánager de un jugador con verdadero
talento tiene que convencerlo para que ponga ese talento al servicio del
equipo, y esa es la forma de seguir mejorando.
«Contratar pensando en
nuestros valores y en la cohesión cultural. Tengamos siempre presente el «equipo
futuro» mientras lo construimos»
(…) el personal con
talento es muy egoísta. Quieren que se alimente su talento. Para los jugadores,
todo consiste en ayudarlos a ser mejores, y si no podemos, no les somos de
utilidad.
«La persuasión es
superior a la coerción»
«Que un miembro de
nuestra organización sea un trabajador comprometido no es suficiente: además ha
de estar alineado con nuestros principales objetivos. Ninguna de las dos cosas
basta por sí sola»
«Estimulemos una
cultura de aprendizaje de doble dirección: escuchar y aprender»
«Todo el mundo tiene
altibajos; tratemos al talento modesto con la misma atención y respeto que al
talento estrella»
«No olvidemos nunca
nuestros puntos de referencia: desde los primeros mentores hasta aquellos cuyas
hazañas aspiramos a emular»
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