Estimad@s amig@s
Sinopsis
Empieza la narración el día
en que Henry Ford I consiguió en 1896 poner en marcha su
primer cacharro ("el cochecito de bebe") á: un motor rudimentario en
un chasis enclenque montado sobre cuatro ruedas de bicicleta. Tras remontarse a
la vida difícil de los abuelos, que emigraron de Irlanda a finales del siglo
pasado, y de los padres, humildes granjeros, los biógrafos avanzan en la
historia fascinante del gigante de la industria automovilística, el mítico Henry
I, quien amó de un modo tan posesivo la empresa que fundó que prefirió
llevarla casi a la ruina antes que entregarla a su hijo Edsel, quien,
anulado por su dominante padre, murió prematuramente dejando a su propio hijo, Henry
II, la ingente misión de salvarla. Henry II, cuya vida
privada está sembrada de sonados escándalos, no sólo la salvó, sino que la
liberó de las garras del peligroso rival Lee Iacocca, de cuyo titánico
enfrentamiento con Henry II se da aquí una versión cruda, sin rodeos,
basada en los hechos.
«Y tu trabajo te
resultará a veces duro, molesto y doloroso,
pero debes hacerlo.
Puedes tener piedad
de los demás, pero no de ti»[i]
Prólogo
(…) Ford siguió siendo un enigma; para algunos,
un hombre simple erróneamente considerado complejo; para otros, un hombre
complejo cuyo genio proyectaba una engañosa aurea de simplicidad. Durante un
tiempo habría de ser un arquetipo de hombre optimista que encarnara la
esperanza y el compromiso de perfectibilidad humana que había guiado la vida
estadounidense desde los trascendentalitas; luego habría de convertirse en el
maniático por excelencia, el que destruyo a quienes más amaba y reaccionó
amargamente frente al mundo moderno que él mismo, quizás más que cualquier otro,
había creado. Con todo, fuera cual fuese su actitud, siempre fue un
norteamericano típico, capaz, hasta el día de su muerte, de quitarle el puesto a
cualquier presidente en la primera página de los periódicos del país con sus
palabras y sus actos.
Henry Ford había construido
por fin su primer automóvil. Faltaba aún la compañía que iba a ser la sombra
alargada de ese hombre: una institución que habría de sobrevivirlo con ventaja.
La Ford Motor Company enriquecería a los miembros de la familia, pero también
habría de herirlos. Los haría notables entre la aristocracia industrial del
país, pero también los dividiría, haciendo que el crecimiento de la dinastía
Ford fuese a la vez comedida, melodrama o tragedia.
«Nos tomará cien años
saber si nos ayudó o nos hizo daño,
pero lo cierto es que
no nos dejó donde nos encontró»[ii]
¿Quién fue Henry Ford I?
Ø ¿El creador de una empresa familiar?
Ø ¿El destructor de una familia empresaria?
¿Quién fue Edsel Ford?
Ø ¿Fue un continuador del legado familiar?
Ø ¿Se lo llevó por delante el carácter de su padre?
o ¿Es
factible trabajar a la sombra del rey sol?
¿Quién fue Henry Ford II?
Ø ¿Qué hizo por consolidar?
o La empresa
o
La familia
o El liderazgo
Ø ¿Qué no hizo por…?
¿Qué papel jugó Lee Iacocca en la Ford Company?
Ø ¿Fue la ambición su tumba o su ego?
Ø ¿Y la sed de poder?
Ø ¿Cómo gestionar la incorporación de un CEO externo a la familia?
o ¿Qué
puede esperar la propiedad de un no familiar?
o ¿Y
un no familiar de la propiedad?
§ ¿Qué
mandato otorgar?
A lo largo de Los
Ford
de Peter Collier y David Horowitz van desgranando muchos episodios de la
familia y la empresa, de construcción y de destrucción, de visiones muy
personalistas, el ego, la frustración, las ansias de poder, el miedo a no
estar a la altura de los antecesores —apellido Ford, o lo contrario la
necesidad de poner tierra de por medio y olvidar el legado de alguno de los
antecesores
Es un libro que
te provoca una cosa y la contraria. Empatiza con alguno de los personajes y
capítulos después eres capaz de repudiarlo por el bucle destructivo en el que
entraban, lectura que sin duda no te dejará indiferente y de la que se puede
extraer conclusiones de valor.
«No compras un perro
de guardia
para que guste a la
gente»[iii]
(…) fue despedido a los seis
días por resolver un problema en el proceso de construcción cuando una cantidad
de empleados había pasado todo el día tratando de corregirlo, con lo que
avergonzó a éstos y a su capataz (…) “Aprendí a no decir todo lo que sé”.
(…) “Lo que me gustaría
hacer es una máquina que funcione con gasolina y que haga el trabajo del
caballo” (…)
(…) la nueva empresa estaba
condenada a morir en su cuna. Considerando que no se había dado una adecuada
participación en el negocio, Henry se fue retirando (…)
(…) el T tenía “alguna de
las características de una mula, la paciencia de un camello, el coraje de un
Bulterrier y, en malas situaciones, podría ser muy cortés, si bien llevaba
latente una caprichosa hostilidad contra el ser humano” (…)
(…) “No invente nada nuevo.
Simplemente reuní en un coche los descubrimientos de otros hombres detrás de
los cuales había siglos de trabajo (…)
(…) Henry estaba extremadamente
orgulloso de Edsel. “Sí, tengo un buen chico para sucederme” (…) “si
sigue siendo como es, algún día esta compañía estará en buenas manos” (…) Edsel
veneraba a su padre; lo imitaba en todo y hasta llevaba una libreta en la que
anotaba desde lo más mundano (…) hasta lo profesional (…)
(…) su idea era que Edsel
podía aprender todo lo que merecía ser aprendido en la planta Ford, que era en
sí misma un microcosmos de la sabiduría y la laboriosidad humanas.
(…) tenía que comportarse
como el hijo de un gran hombre (…)
(…) “El precio adecuado no
es el que está dispuesto a aceptar el mercado y el salario justo no es la
cantidad más baja por la que trabajará un hombre. El precio adecuado es el más
bajo al que un artículo puede venderse con normalidad. El salario justo es el
más alto que el comprador puede pagar con normalidad”. Era la intersección
perfecta de un hombre y su tiempo (…)
(…) crisis de madurez (…)
(…) elementos discordantes
de su personalidad (…) fuerte personalidad (…) más cruel y calculador, una
ostentación y arrogancia nunca vistas con anterioridad empezaron a formar parte
del comportamiento de Ford (…) tal vez (…) era dos personas: una generosa y
optimista, y otra paranoica e intolerante; una, un industrial amable y próspero,
y la otra, un soñador ignorante y poderoso (…)
(…) obsesionado por mantener
el control que había logrado sobre la empresa (…) atribuirse el mérito de
cualquier avance que ocurriera (…) culto
a la personalidad (…)
(…) Ford sentía unos celos
terribles de todo aquel que mantuviese una estrecha relación con su hijo (…)
(…) se deshizo de todos los
accionistas minoritarios; luego (…) purgas de aquellos que contribuyeron a la
construcción de la empresa y finalmente emergió un dictador que se apoyaba en
unos pocos y rudos lugartenientes y en un culto a la personalidad (…)
(…) Edsel era el
presidente de Ford, pero había accedido a ese puesto no en base a sus méritos
propios sino porque a su padre así le convenía [iv](…)
Henry II nació
y creció acostumbrado al poder que significaba ser un Ford; aceptaba sin más
las cosas extraordinarias que sucedían a su familia (…)
(…) la empresa era como la
religión de la familia: les daba sentido a sus vidas (…)
(…) la estructura
empresarial amenazaba la fluidez, que era la clave de la continuidad de su
influencia.
(…) liderazgo deficiente. Aunque
cada vez se sentía más desorientado, Henry insistía en participar en todos y
cada uno de los asuntos de la empresa, cosa que no había hecho ni siquiera años
atrás cuando gozaba todavía del pleno dominio de sus facultades (…)
(…) el título de patrimonio
no estaba en ningún trozo de papel, sino en el caos de la Ford Motor Company;
era un legado que no se podía simplemente heredar: había que ganarlo. ¿Tenía
él la fuerza y la capacidad suficientes para cargar con las responsabilidades
de su padre? Si aceptaba dar la batalla por el alma de la empresa, a la que
su padre se había dedicado y, cómo se podía deducir de lo sucedido, sacrificado
su vida, ¿serviría eso para desollarlo y definirlo como persona, o para
disminuirlo y anularlo.
(…) fue constructivo y
destructivo por partes iguales, simbolizando lo mejor y lo peor de que es capaz
un ser humano (…)
(…) ¿Pero cuánto poder
tenía en la compañía, el único lugar que verdaderamente importaba para
un Ford?
(…) Cuanto más autoridad
perdía, más se aferraba a la que le quedaba (…)
(…) ¿Por qué fracasamos en
el cumplimiento de nuestros proyectos? ¿Por qué quienes seguramente estaban en
condiciones de saber que los programas eran poco fiables no informaron a
la dirección?
(…) Eleanor soñaba con una
empresa en la que cada uno de sus tres hijos desempeñara un papel principal, y
su sueño parecía a punto de realizarse (…) Benson carecía de toda influencia
verdadera, y ocupaba una degradante posición como presidente de la Junta de
Política de Distribución (…)
(…) Bill fue designado
Director del Departamento de Diseño, puesto cuya importancia e influencia era
equivalente al de Benson. Comprendiendo que siempre tendría el camino cerrado
dentro de la empresa, opto por retirarse (…)
(…) “Yo soy en capitán de
este barco, y pienso seguir siéndolo mientras mi nombre esté inscrito en la
proa” (…)
(…) “No existe una
estrategia, se trata solamente de administrar la crisis” (…)
(…) cómo alcanzar el
equilibrio entre responsabilidades y deseos, entre las exigencias de la empresa
y las de su propio ser (…) una nueva complejidad (…)
(…) invirtió más de 350
millones para comprar todas las acciones de las compañías Ford europeas que
estaban en poder del público, recomponiendo prácticamente el imperio
internacional que iniciara su abuelo (…)
(…) desconcertado por la
forma en que Iacocca se promocionaba a sí mismo y por el hecho de que se
apropiara de la maquinaria de relaciones públicas de la empresa para su
beneficio personal, con una propiedad que dejaba prácticamente del lado al
mismo Henry (…)
(…) en la empresa solo cabía
un Ford a la vez (…)
(…) nunca aceptes un consejo
a menos que coincida con lo que has decidido hacer (…)
Las dudas más serias acerca
de Iacocca no se basaban en sus maquinaciones empresariales, sino en la
manera en que trataba a la gente. Había usado un estilo implacable para
afirmarse dentro de la compañía. Tenía una lealtad casi siciliana para con sus
hombres, pero ningún escrúpulo para maltratar a quienes no integraban su
equipo. Humillaba a subalternos en presencia de testigos, y hacia un uso
rutinario de amenazas y lenguaje grosero como instrumento gerencial (…)
“¿Crees que soy malvado?”
(…) comparado con mi abuelo soy bueno (…) ¡Diablos, cuando mi abuelo despedía
a la gente, ponía sus indemnizaciones en sobres, los sobres encima de
sus escritorios, sacaba los escritorios al vestíbulo, y cerraba con llave la
puerta de los despachos!”.
(…) dolido (…) la familia le
hubiera impuesto la responsabilidad de ser su líder, para luego censurarlo como
su oveja negra (…) Henry carecía de la autocompasión de había hundido a
sus hermanos. Su control sobre la empresa pudo haber empezado como una
necesidad; si así hacía mucho tiempo que se había convertido en una elección
deliberada (…)
(…) conducta excéntrica al
síndrome del “Loco Henry”, ese gen de comportamientos desmesurados y
estrafalarios que había heredado de su abuelo (…)
(…) “¿Cómo puede ser el
dueño de una empresa ser un usurpador?” (…)
(…) cuál de los Ford
ocuparía el lugar de Henry, y cómo trabajaría con Iacocca (…)
(…) quién sería el próximo Ford
(…) la familia controlaba el 13 por ciento de las acciones comunes y el 40 por
ciento de las acciones con derecho a voto, la empresa “tiene que ser manejada como
una corporación pública, sin tomar en cuenta la participación que tengamos” (…)
terminar la transformación de la
compañía de empresa familiar a corporación moderna (…)
(…) “No hay príncipes
herederos en la Ford Company, del mismo modo que no hay un camino privilegiado
hacía la cumbre (…)
(…) Henry pretendía verdaderamente
profesionalizar la organización y eliminar el elemento familiar (…)
«Un cliente puede
tener su coche del color que quiera,
siempre y cuando éste
sea el negro»[v]
Epílogo
(…) el viejo Henry
ató su propio destino primero a una máquina, y luego a un imperio industrial
que sustituyo a su familia. Para él y para sus herederos la Ford Motor
Company se convirtió en madre, hermana e hija, la fuente de toda
realización y de todo sentido de sus vidas (…)
(…) el drama de la historia
de los Ford se asentaba en el exilio familiar. Después de que Henry
dejara la presidencia del directorio para retirarse a su hogar con Kathy,
todo dramatismo desapareció de la Ford Motor Company. Tal vez alguna vez
vuelva otro Ford a ocupar el puesto cumbre, pero no habrá surgido del
molde épico que diera origen a Henry II. O al anciano cuyo nombre heredó
y cuyo poder resucitó (…)
(…) Henry logro
finalmente transformar a la Ford en una compañía estable,
independientemente del carácter de cualquier persona, Iacocca creaba un
culto a la personalidad en Chrysler, transformando la empresa en una
prolongación de sí mismo.
«Pensar es el trabajo
más duro que hay,
quizás por eso tan
pocos se dedican a ello»[vi]
Link de interés
• El
líder introvertido[vii]:
Aprovecha tu talento más silencioso
• Liderazgo
tranquilo Carlo Ancelotti conquistar mentes, corazones y triunfos
• Iacocca:
Autobiografía de un triunfador
• Los
Outsiders: Ocho CEOs inconformistas y sus métodos
radicalmente racionales para tener éxito
y
te calentará el doble»[viii]
ABRAZOTES
[i] Mary Ford
[ii] Will Rogers
[iii] Henry Ford
[iv] “Tengo responsabilidades pero no
poder”
[v] Ídem
[vi] Henry Ford
[vii] (…) Henry se volvió aún más
introvertido. Consideraba a su padre responsable de la muerte de su madre, y
alimento su rencor (…) se volvió cauteloso y reservado (…) “No hay necesidad de
enseñarle a nadie la personalidad interior” (…)
[viii] Thoreau
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