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lunes, 21 de abril de 2025

Sucesor no designado: La sucesión en la empresa familiar

Estimad@s amig@s

Sinopsis

Sucesor no designado. La sucesión en la empresa familiar es una obra esencial para cualquier persona involucrada en una empresa familiar. Alberto Govantes, con su vasta experiencia en la gestión de la sucesión de su propia empresa, ofrece una visión clara y profunda sobre la importancia de planificar la sucesión familiar, un proceso que, aunque suele ser pospuesto, es crucial para asegurar el futuro y la continuidad de la empresa.

Este libro no solo es un manual práctico, sino también una invitación a reflexionar sobre los valores que sustentan a las empresas familiares: dedicación, amor y compromiso. A través de sus páginas, el lector aprenderá cómo evitar los riesgos asociados a una sucesión desordenada, cuándo y cómo iniciar este proceso y, sobre todo, cómo garantizar que la empresa se mantenga fuerte, unida y preparada para los retos del futuro.

Si eres parte de una empresa familiar o simplemente deseas entender mejor cómo funciona este proceso en el entorno empresarial, Sucesor No Designado te proporcionará las herramientas y conocimientos necesarios para hacerlo de manera exitosa.

¡No esperes más para asegurar el futuro de tu empresa familiar!

 

«Un legado familiar no se hereda,

se construye»[i]

 

Prólogo[ii]

Mucho se ha escrito sobre las virtudes y bondades de la empresa familiar: El propósito, los valores, la capacidad de emprendimiento y visión a largo plazo, la conexión al territorio en el que se establecen, o la creación de empleo. Todos ellos son elementos característicos y diferenciales de las empresas familiares que las convierten en actores esenciales e imprescindibles en nuestra realidad económica.

(…) están orientadas al largo plazo (…) vincular pasado y futuro. Cada generación que se incorpora a la empresa asume la responsabilidad de hacer perdurar y hacer crecer el legado familiar (…) integran la innovación con el objetivo de no perder relevancia en un entorno económico y social en constante cambio (…) desarrollan estrategias de futuro que garantizan la competitividad de la empresa y sus resiliencia ante nuevos retos (…) no solo se enfocan en transmitir en patrimonio financiero (…) también legando su propósito sus valores, conocimientos y experiencia a las siguientes generaciones.

(…) la agenda de la empresa familiar puede cambiar, integrando la innovación sin renunciar a los valores que han guiado el crecimiento (…) todas las generaciones deben velar por los valores y el propósito (…) e incentivar a las siguientes a adquirir ese espíritu emprendedor, indispensable para que el negocio siga creciendo.

 

La búsqueda de los consensos entre los diferentes grupos familiares, candidatos a la sucesión y al resto de grupos de interés se plantea como un elemento básico y aconsejable para no crear tensiones innecesarias y en ocasiones irrecuperables (…)

(…) el equilibrio entre la tradición y el cambio se nos muestra como un elemento que garantiza el éxito y permanencia a largo plazo de la empresa familiar.

 

El propósito de “entregar mejor que la recibí” es la guía que todo empresario familiar debe tener en mente en todo momento, y debe transmitir a las siguientes generaciones. El amor a la empresa es asimismo uno de los valores primordiales que deben garantizar su continuidad.  

 

«Es mejor estar fuera que vivir con la sensación

de que se nos estaba apartando del legado familiar»[iii]

 

Introducción

(…) la historia y la trayectoria de la empresa familiar, y muy especialmente las peculiaridades, la sensibilidad y los sentimientos de los miembros de esas familias afectan al desarrollo y los objetivos tanto de las personas como de las empresas.

 

(…) “Hay que profesionalizar la empresa” (…) los ejecutivos externos son más profesionales que los miembros de la familia (…)

(…) ¿Por qué? ¿Por qué un ejecutivo fichado de otra empresa va a ejercer mejor su trabajo y su responsabilidad que un miembro de la familia perfectamente formado?

 

«La supervivencia de su empresa

pasa por una sucesión ordenada»[iv]

 

¿Por qué nos da tanto miedo planificar la sucesión?

Ø  ¿Qué tiene la caja de los truenos que tanto pánico nos dar abrirla?

 

Damos por hecho que anticiparnos es parte necesaria para que las estrategias salgan bien. A pesar de ser conscientes de que somos seres finitos, seguimos sin querer abordar con tiempo el proceso de dar el relevo. Preferimos poner en riesgo la supervivencia de la empresa y la cohesión familiar antes de sentarnos a preparar el futuro de la compañía.  

 

No eres el sucesor designado ¿Ahora qué hacemos contigo? Nos hemos planteado alguna vez que hacer con el pull de finalistas que se quedan en el camino. Dejar cadáveres en nuestro ascenso puede provocar problemas en sede del gobierno o la propiedad. Puede que la persona /s no elegidas después sí sean miembros del Consejo o representantes de un paquete accionarial y vengan a las reuniones dispuestos a boicotear las decisiones solo por el mero hecho de dirimir viejas rencillas.

 

Las Empresas tanto familiares como no familiares no se pueden permitir el lujo de tener socios tóxicos. Por tanto evitemos en la medida de lo posible que surjan. Los socios tóxicos no nacen, se hacen (los hacemos).

Ø  ¿Cómo les podemos motivar después de ser apeados de la carrera para llegar a ser el nuevo vértice?

Ø  ¿Lo podemos “recolocar” en un puesto directivo?

o   ¿Hay vacantes?

o   ¿Lo permite nuestro protocolo familiar?

Ø  ¿Miembro del Consejo de Administración?

Ø  ¿Consejero en el Consejo de Familia?

 

Cuidemos los detalles por el bien de la perdurabilidad de la Empresa Familiar. La sucesión es el acto que más mortandad directa o indirecta provoca. Tan importante es elegir a un buen sucesor como dar una “buena salida” al sucedido.

 

No olvidemos a los que han formado parte del pull, como manejamos sus expectativas, frustración… voy a poner foco solo en los familiares, más temprano que tarde serán socios y necesitaremos de su apoyo. No hagamos cadáveres en la carrera hacia la cima, ya que una vez coronado, nos hará falta su apoyo para pilotar la nave.

 

Alberto Govantes nos ofrece en Sucesor no designado una obra bien escrita, con contenido destilado, cargada de sentido común, ese del que tanto hablamos pero olvidamos muchas veces en las disputas empresariales y /o familiares. ¿Encontraré cosas nuevas en el libro? Puede que no, o sí. dependerá de la curiosidad con la que afrontes su lectura, las preguntas que te hagas, notas que tomes, reflexiones que extraigas. Lo que estoy seguro que encontrarás es otros enfoques, y sobre todo y más valorable practicidad ―no tocar de oído―, el haber recorrido el camino previamente curte al caminante.  

 

Querido sucesor no designado, una vez que haya pasado el luto y actuando con la mente fría seria buen momento para sentarte con un papel en blanco y hacerte algunas preguntas que te ayuden a interiorizar ¿por qué no he sido el elegido?

Ø  ¿Cuáles eran los requisitos para ser el sucesor?

o   ¿Cuántos cumplía?

§  ¿En qué grado?


Ø  ¿Qué retos afrontará la Empresa Familiar en los próximos años?

o   ¿Tengo las auctoritas y potestas necesarias para liderar la Empresa Familiar?


Ø  ¿Cómo puedo ayudar a la familia a consolidar el legado?

o   ¿Desde qué posición?

o   ¿Qué compromisos puedo asumir?


 Ø  ¿Qué puede esperar de mí la familia?

o   ¿Se lo puedo dar?

 

«La pasta no puede ser un freno

en la sucesión»[v]

 

¿Cómo, cuándo y por qué?

Tres condiciones debe cumplir (…) el líder del proceso: conocer perfectamente la empresa, no tener ningún miembro de su rama familiar entre los candidatos a la sucesión del primer ejecutivo y mucha, pero que mucha, mano izquierda.

 

La familia y sus miembros

(…) vocación de permanencia (…) hablamos de compromiso, de lealtad y de responsabilidad. Del compromiso de los miembros de la familia para asegurar la continuidad y el desarrollo de la empresa, y de que sirvan fielmente para mantener su cultura, sus valores y el legado que reciben.  

 

Si de verdad tenemos ese sentimiento de pertenencia, estamos en la obligación de trasmitírselo y de ilusionarles. Tenemos que conseguir que, cuando llegue el momento de que decidan si quieren entrar a trabajar en la empresa, lo hagan porque lo sientan, porque crean que no hay mejor opción y no porque sepan que allí les darán un trabajo con el podrán ganarse la vida.

 

(…) debemos remar todos juntos para conseguir nuestro objetivo familiar, con independencia de que algunos miembros de la familia tengan otra sensibilidad u otros objetivos personales. Debemos valorar opiniones de todos y discutir qué propósito nos guiará, pero no cabrá más que aquel o aquellos que sean acordados por el protocolo.

 

(…) la figura del mentor cuya principal función (…) encargarse del acompañamiento a las nuevas incorporaciones, en sus primeros pasos y en el desarrollo de la empresa familiar.

(…) ayudará al candidato a integrarse, a sentirse arropado y a conocer la empresa desde una perspectiva completamente diferente a la que su padre o hermano puedan transmitirle.

 

(…) tan malo es que entre en el capital un tercero como que obliguemos a quien no quiere ser nuestro compañero de viaje a que lo sea[vi].

 

(…) cuanto peor se lleve a la familia, más difícil será el proceso de sucesión (…) “todos” deberán hacer un esfuerzo extra para llegar a un entendimiento en pos de salvaguardar la empresa, y de empeorar más las relaciones familiares.

(…) actuar con la mayor empatía y generosidad posible con el objetivo del bien común (…) ser lo suficientemente inteligentes para poner la empresa por encima de las relaciones personales (…)

 

El proceso de sucesión

Tan importante es que el líder sea nombrado con la confianza de todos como que le ayuden, le apoyen, le respeten y le comprendan durante todo el proceso, y muy especialmente cuando presente su propuesta.

 

¿Seguiría convencido de proponer a su candidato ideal si tras las entrevistas supiese que la mayoría de los demás miembros no lo aceptaría? ¿Para qué? ¿Para crear un primer conflicto que a buen seguro ocasionará un malestar en esa rama familiar?

 

El tamaño sí importa

Los órganos de gobierno y la empresa familiar

(…) nuestro organigrama debe ser el mejor que nuestra empresa pueda absorber (…)

 

¿Cuántas empresas familiares adolecen de los mecanismos adecuados para asegurar la tranquilidad de sus consejeros, como pueden ser un departamento de auditoría interna, de compliance, una correcta matriz de riesgos o protocolos de empresa que salvaguarden su nombre y responsabilidad? (…)

 

(…) ¿Quién puede y debe ser consejero, y qué le vamos a exigir para que lo sea?

 

(…) no monté el comité júnior si no está dispuesto a darle el valor que tiene. No hacerles el debido caso, no saber darles correctamente el feedback, tanto positivo como negativo, y en algunas ocasiones actuar con menosprecio tendrá como resultado justo lo contrario de lo que queríamos conseguir. No desmotivemos.

 

La generación saliente

¿Y qué hacemos ahora? La empresa es mi vida

¿Cómo aceptarían los hermanos que continúan en la empresa que en un sobrino o hijo suyo les ordene lo que tienen que hacer y de qué manera, cuando son los propietarios de la propia empresa?

 

El día que se produzca el relevo dejarán de “mandar” y de tener la información del día a día de la empresa o de su departamento. Y si no queremos que el vacío que puedan sentir al dejar su puesto de trabajo se va incrementado porque tengan la sensación de no enterarse de nada de lo que está pasando en la empresa, debemos haber diseñado un buen sistema de reporte.

 

Cuanto más joven e inexperta sea la generación entrante, más necesaria será la ayuda de la sesión (…)

 

La generación entrante

Menuda responsabilidad

(…) nos cuestionaremos si estamos tomando las decisiones adecuadas. Pero ¿y qué se preguntan ellos? ¿Qué sentimientos albergarán? ¿Dudarán sobre su capacidad? ¿Les atenazara la responsabilidad?

 

Es nuestra responsabilidad ayudarles a que en esa mochila no entren otras piedras que les provoquen que la carga sea imposible de llevar, como son la soledad o las tiranteces y los conflictos innecesarios, y que poco a poco salgan de ella los temores y egos.

 

«Quien no haya sufrido lo que yo,

 que no me de consejos»[vii]

 

Sucesor no designado

La sucesión en la empresa familiar

Alberto Govantes

EXIT


Link de interés

Gestión del patrimonio familiar

• Evolución y desarrollo de la empresa y la familia

Patrimonio y familia: Hacia una mejor toma de decisiones y el rol del family office

El protocolo familiar: La experiencia de una década

El régimen jurídico del protocolo familiar

El cumplimiento del protocolo familiar mediante prestación accesoria

• Guía práctica para el buen gobierno de las empresas familiares

Aprender del legado: Las familias empresarias

Claves en la consultoría de empresa familiar: Libro de casos

El relevo generacional en la empresa

Empresa Familiar: La firmeza de la flexibilidad

El Consejo de Familia y su función de gobierno en la Empresa Familiar

• Trabajando el consejo de la empresa familiar

El ego en el Consejo de Administración

 

«La desconfianza es un auténtico asesino

 de las Empresas Familiares»[viii]

 

ABRAZOTES


[i]

[iv] Ídem

[v] Ídem

[vi] Prestar atención a los socios cautivos

Ø  ¿Cómo facilitar su salida ordenada?

[vii] Sófocles

[viii]

lunes, 6 de enero de 2025

La sucesión en la Empresa Familiar

Estimad@s amig@s

Sinopsis

Según las pocas estadísticas disponibles, de cada 100 empresas familiares que se acercan a segunda generación sólo 30 sobreviven y, de éstas, sólo 15 continúan activas en tercera generación.

Sobre las causas de la corta vida de las empresas familiares y de las dificultades que experimentan en su desarrollo, es conveniente analizar la veracidad de una afirmación que se repite desde hace años sin haberse comprobado nunca a fondo de manera empírica.

Así, es frecuente oír y leer que el ciclo de vida de la mayoría de las empresas familiares vendrá inexorablemente marcado por el hecho de que «el abuelo la funda, los hijos la debilitan y los nietos la entierran», o bien que el desarrollo de las capacidades empresariales de los miembros de cada generación sigue la evolución también inexorable de «un abuelo empresario, un hijo ingeniero y un nieto poeta».

Sin embargo, y sin querer negar la propiedad con la que se pueden aplicar las afirmaciones anteriores a algunas situaciones reales, tampoco se puede perder de vista que sólo reflejan una parte pequeña de la verdad, pues no siempre es la generación siguiente, la del «ingeniero» o la del «poeta», la culpable de debilitar o enterrar la empresa, sino que la culpa hay que buscarla en los errores cometidos precisamente por los miembros de la primera generación y, precisamente, en la última parte de su etapa al frente de la empresa familiar.

En la empresa familiar acostumbra a ocurrir que cuando los predecesores retrasan la sucesión, es por estar convencidos de que todavía no resulta necesario plantearla de una manera formal y definitiva, y este hecho, con frecuencia, va unido con que los predecesores también piensan que ellos están «inmunizados» frente al peligro de caer en las trampas de la empresa familiar. Con lo cual, y lo que todavía resulta más grave, sin darse cuenta de ello, estos predecesores, por un lado, no «saben» lo que necesita la empresa que ellos gobiernan y, por otro, no permiten el acceso a personas que «sepan». De aquí que resulte necesario convencerse de que las palabras clave para la solución de los problemas de sucesión son: «Planificarla» y «Pronto».

 

«Toda misión de liderazgo

debe ser de servicio»[i]

 

Presentación[ii]

En una economía de mercado, el empresario es la pieza clave. Si no hay empresarios, no hay empresa, no hay creación de puestos de trabajo ni creación de riqueza (…)

 

El problema que nos preocupa es que, si bien las empresas familiares sufren, como cualquier otra empresa, crisis de adaptación al entorno, de crecimiento y de maduración, se ven afectadas además de forma más específica por problemas de sucesión (…) pocas empresas familiares logran sobrevivir a su fundador (…)

 

«El abuelo la funda,

 los hijos la debilitan

 y los nietos la entierran»[iii]

 

Introducción

(…) el problema de las empresas familiares no está tanto en su nacimiento como en su desarrollo y continuidad (…)

Las causas de este índice de mortalidad o, visto desde otro ángulo, de la baja esperanza de vida de las empresas familiares son lo que resulta realmente preocupante (…) buena parte de estas causas están relacionadas con los cambios generacionales (…)

 

Maduración del negocio. Crisis estructural

(…) no siempre es la generación siguiente, la del «ingeniero» o la del «poeta», la culpable de debilitar o enterrar la empresa, sino que la culpa hay que buscarla en los errores cometidos precisamente por los miembros de la primera generación y, precisamente, en la última parte de su etapa al frente de la empresa familiar.

 

Todos los negocios maduran[iv]. Es decir, transcurren los años y llega una época en la que las ventas empiezan a no crecer para pasar después a caer, primero despacio y luego en picado. Unos negocios maduran antes que otros, pero raro es el negocio que no ha madurado entre los 20 y 30 años de su existencia.

 

(…) en las empresas familiares en segunda generación, en lugar de actuar con rapidez en identificar la necesidad de estos cambios e implantar soluciones aunque sean dolorosas, los protagonistas, miembros de la familia, echan la culpa de los problemas a la falta de coordinación entre ellos (…)

 

La falta de decisión en la resolución de la crisis quizás haya dado lugar a un clima de cierta paz entre los miembros de la familia, pero con seguridad habrá debilitado a la empresa por no hacer lo que debía durante mucho tiempo (…)

 

(…) las fortalezas de la unidad y el compromiso.

La unidad –la voluntad de continuar juntos, de armonizar las preferencias en la elección de los objetivos y de coordinar los modos de trabajar para alcanzarlos– al dar como resultado que las personas tienen intereses comunes, desarrollan buena comunicación y reconocen con facilidad la autoridad de quien hace cabeza en la organización, simplifica de manera importante el gobierno de la empresa y la dirección de sus actividades.

El compromiso –la voluntad de dedicación intensa y prolongada, de sacrificio personal y autoexigencia– al representar la entrega a un ideal y la disposición a adaptarse a las futuras circunstancias, se constituye en una de las mejores de las motivaciones para la consecución de la estrategia, especialmente en la correspondiente al largo plazo.

 

(…) debilidades: desunión y abstención.

(…)  la desunión, con su retahíla de intereses en conflicto, divisiones, odios, como la abstención, con las reivindicaciones y urgencias que la acompañan, están entre las razones internas, es decir, que no tienen su origen en las evoluciones del entorno, más influyentes en el elevado índice de mortalidad de las empresas familiares.

 

(…) ¿Qué tiene que ver esta transformación de las fortalezas, la unidad y el compromiso en las debilidades de la desunión y la abstención con la sucesión? (…)

(…) cuando se retrasa la sucesión, por una parte, los miembros de la siguiente generación se encuentran con graves dificultades para armonizar sus preferencias y modos de hacer con unos predecesores que, siendo cada vez de mayor edad, ni perfilan el futuro ni se deciden a ceder el poder, erosionándose cada vez más la unidad (…) su voluntad de dedicación y de sacrificio personal llegan a agotarse como motivación al no establecerse de manera concreta el «para qué» de su entrega personal a la empresa familiar, erosionándose así el compromiso.

 

(…) las trampas de «confundir el hecho de ser propietario con el de tener capacidad para dirigir», de «no seguir las prácticas generalmente reconocidas como adecuadas para la gestión empresarial» y de «confundir los lazos de afecto, propios de la familia, con los lazos contractuales, propios de la empresa» (…)

 

En la empresa familiar acostumbra a ocurrir que cuando los predecesores retrasan la sucesión, es por estar convencidos de que todavía no resulta necesario plantearla de una manera formal y definitiva, y este hecho, con frecuencia, va unido con que los predecesores también piensan que ellos están «inmunizados» frente al peligro de caer en las trampas de la empresa familiar (…) la solución de los problemas de sucesión son: «Planificarla»[v] y «Pronto».

 

El proceso de sucesión es un proceso[vi] muy emocional y, muchas veces, no tan racional como sería deseable, por lo que resulta más cómodo resistirse, negar su necesidad, aceptar que no se está actuando a tiempo (…) que tomar una postura activa para solucionarlo.

 

Un proceso de sucesión está conformado por:

Ø  La preparación de los sucesores[vii].

Ø  El desarrollo de la organización.

Ø  El desarrollo de las relaciones entre la “empresa” y la “familia”[viii].

Ø  La jubilación y retiro del predecesor.

 

Cuando la persona que ostenta el poder legal y la autoridad de jefe de familia no quiere de verdad «planificar pronto» la sucesión, hay poco que hacer. Difícilmente le convencerá a iniciar el proceso el consejo de terceras personas o una «sublevación» de los hijos (…)  pronto dará marcha atrás a la primera o segunda ocasión (…) los sucesores no hacen las cosas como él quiere que sean hechas.

Conseguir transmitir a la siguiente generación una empresa familiar rentable, con una estrategia de desarrollo «viable» y un equipo de directivos en forma, conseguir conformar una visión de futuro en la estrategia, la propiedad y el gobierno, que se constituye en el «sueño» compartido por toda la familia, constituye el test final de la excelencia directiva de un empresario familiar.  

 

«Solo las empresas bien gobernadas

 sobreviven»[ix]

 

¿A quién culpamos de tener un miembro de la tercera generación poeta?

Qué parte de responsabilidad tenemos la:

Ø  Familia, ¿educación, formación, etc.?

Ø  Propiedad, ¿en qué le hemos fallado?

Ø  Gobierno, ¿por acción u omisión?

Ø  Dirección

o   Si las partes abdicamos nuestros deberes ¿a quien culpamos de la aparición de este tipo de propietarios que prefieren tocar la lira mientras se destruye la Empresa Familiar?

 

Hacernos preguntas en todos los estratos es una obligación. Dedicar tiempo a pensar, reflexionar, hacer escenarios, debatir sobre las principales exigencias de los stakeholders debe ser parte del trabajo presente, para poder edificar un futuro conjunto.

 

¿Cómo podemos evitar la forja de dramaturgos a las Empresas Familiares?

Ø  Hagamos de la debilidad virtud; Convertir a familiares literatos en accionistas comprometidos.

o   ¿A que llamamos accionistas comprometidos[x] con la Empresa familiar?

 

La sucesión en la Empresa Familiar, es un proceso que necesita de anticipación, reflexión por parte de la familia, preparación, formación, establecer una hoja de ruta[xi] para el sucesor y el sucedido. Los dos tienen que tenerla clara y saber que tienen que ir cumpliendo hitos, uno se tendrá que ir haciendo al lado y el otro a su vez tener cada vez presencia.  

 

Cuántas veces tendremos que poner encima de la mesa la necesidad de hacer una sucesión ordenada y que ésta es un proceso y no un suceso.

 

Seguimos evitando abrir el melón, y preferimos abordar el suceso al proceso a pesar del aumento de las posibilidades de que la propiedad salga debilitada, la empresa sufra o se produzca una salida de parte del accionario por no verse representado en el nuevo proyecto.

Ø  ¿Qué podemos hacer para que las siguientes generaciones se vean representadas en la Empresa Familiar?

o   Comité de juventud

o   Consejo de Familia

o   Jornadas de convivencia para conocer la empresa, su historia, valores, etc.

 

Como legatarios tenemos responsabilidades y una de ellas si no la más importante es transmitir la Empresa Familiar en mejores condiciones a la que la recibimos ¿cómo lo haremos si no somos capaces de sentaros a planificar la sucesión?

 

Sin sucesión no hay futuro, sin futuro no hay empresa y puede hasta peligrar la unión familiar ¿queremos poner en peligro el futuro, por no ser capaces de trabajar por él?

 

«El liderazgo debe enfocarse en el servicio a la familia

y a la empresa,

no en la dominación»[xii]

 

La preparación de los sucesores

¿Cuándo es conveniente empezar la preparación de un sucesor? ¿Cuántos sucesores hay que preparar? ¿Es posible ser sucedido por un equipo en vez de por una sola persona? ¿En qué circunstancias puede ser preferible que el sucesor sea un directivo no miembro de la familia? ¿Cuáles son las cualidades, conocimientos y actitudes que los sucesores deben desarrollar o poseer?[xiii] ¿Qué modos son acertados para desarrollarlas? ¿Cómo estar seguro de que las han alcanzado en grado suficiente? ¿Quién ha de elegir al sucesor?

 

¿Cómo actuar si el sucesor no está preparado?[xiv]

 

La organización y su preparación para la sucesión

Para tener éxito en la dirección estratégica de una empresa, entre su estrategia y su organización se tiene que dar un elevado grado de coherencia (…)

 

Un predecesor que desee continuidad en el crecimiento y en la evolución estratégica de su empresa familiar debe actuar convencido de que la organización que conducirá su sucesor será distinta a la que él ha construido y está dirigiendo. Por esto, ha de animarse a introducir cambios organizativos sustanciales y a hacerlo con suficiente anticipación al «hecho» de ser sucedido.

 

El desarrollo de las relaciones entre la familia y la empresa

El entorno familiar con el que un sucesor se relaciona

La familia, y por tanto el accionariado, con el que tendrá que relacionarse el sucesor una vez que su predecesor haya dejado el poder y, posteriormente, cuando haya desaparecido, serán muy distintos a la familia y accionariado que este predecesor tuvo como «grupo interesado» en su empresa familiar (…)

 

La información

La capacitación de los miembros de la familia para actuar acertadamente en la junta general de accionistas y para ser consejeros profesionalmente preparados, así como el funcionamiento de estos dos órganos de gobierno tiene un fundamento necesario en la calidad de la información de que las personas disponen (…)

La información «proporciona» poder, y ayuda a evitar los comentarios de otras personas o su oposición (…)

 

Desarrollando el marco familiar para las relaciones entre la familia y la empresa

Las relaciones entre una familia y su empresa pueden llegar a tener con el avance generacional una extraordinaria y positiva riqueza. Esta riqueza para la familia y la empresa empieza con la comprensión y mantenimiento de las razones por las que la familia quiere que su empresa continúe siendo empresa familiar, y no pase a comportarse simplemente como una empresa no familiar regida exclusivamente por el marco legal de sus estatutos.

 

Retirarse: Prepararse y hacerlo

La resistencia a retirarse

La mayoría de los fundadores de empresas familiares ofrecen una importante resistencia a dejar su cargo de jefe ejecutivo principal y, también, el de presidente del consejo de administración.

 

(…) cuando algunos fundadores afirman «yo... ya estoy retirado», este retiro no es un auténtico dejar de ostentar el poder (…) es un retiro a «medias», y lo que están afirmando es que tienen una menor dedicación al trabajo operativo del día a día, conservando una idéntica dedicación a ejercitar el poder en todo lo que a ellos les parece importante, aunque lo concentren en algunas horas del día o de la semana en las que sólo van a «ver qué pasa en la empresa».

 

Razones para retrasar la sucesión[xv]

A la hora de analizar estas razones se tiene que considerar que el fundador de una empresa familiar (…) está movido por tres de las motivaciones que influyen en el comportamiento de todas las personas (…) la motivación del «Poder»[xvi], la del «Dinero»[xvii] y la del «Amor-trabajo»[xviii] (…)

 

Posibles roles de un predecesor después de producirse la sucesión

El fundador de la empresa familiar es una figura de autoridad a los ojos de todos los interesados en la empresa, y no hay duda de que esta autoridad que los demás le otorgan se incrementa cuando además de haber fundado y sacado la empresa adelante, ha traspasado ordenadamente el testigo de la dirección a su sucesor (…)

Ø  Ayudar a que todos los implicados cumplan las «reglas del juego» previstas en el proceso de sucesión

Ø  Liderar la elaboración del protocolo familiar

Ø  Consejero

Ø  Presidente honorífico del Consejo de Administración  

Ø  Presidente del Consejo de Familia

 

Sucesión de segunda a tercera generación

(…)  problemas más frecuentes en el paso a tercera generación

Ø  El distanciamiento de la familia

Ø  La liquidez para los propietarios

Ø  Rendimientos del capital

Ø  Diferencias en los intereses de los propietarios

Ø  Dilución de la propiedad

Ø  Crisis duraderas en la estructura de responsabilidades

 

La sucesión cuando la propiedad está repartida en dos partes iguales

El poder del accionista

(…) cuando el capital es ostentado por dos personas o instituciones, cada una con el 50% de la propiedad, si una de ellas no está de acuerdo con la otra se «paraliza» la toma de la decisión, sea ésta la de un necesario cambio estratégico, la de establecer un consejo de administración, la de incorporar un director general, o de cualquier otro tipo de que se trate, hasta que uno o los dos propietarios cambien de opinión llegando a un acuerdo (…)

 

La confianza como origen de la situación 50% - 50%

(…) ¿Se puede transmitir la confianza que los fundadores se tuvieron entre sí, por estos mismos procedimientos a los herederos?

 

«Quienes ejercen el poder deben ser capaces de preparar a la próxima generación —en ocasiones, a las próximas generaciones— para asumir roles de liderazgo, desarrollando programas de formación y planes de sucesión efectivos y transparentes»[xix]

 

La sucesión en la Empresa Familiar

Miguel Ángel Gallo

Caixa


Link de interés

Solo ante el peligro: La difícil gestión de la sucesión en la Empresa Familiar

Retos y riesgos de la sucesión de la Empresa Familiar

El poder en la empresa

• Patologías de los empresarios familiares

Ideas básicas para dirigir la Empresa Familiar

El futuro de la Empresa Familiar

La Empresa Familiar multigeneracional

Los secretos de las Empresas Familiares centenarias

Ética en la Empresa Familiar

Evolución y desarrollo de la empresa y de la familia 

• El Consejo de Familia y su función de gobierno en la Empresa Familiar

Génesis del Consejo

• Trabajando el consejo de la Empresa Familiar

Empresa Familiar: La firmeza de la flexibilidad

El régimen jurídico del protocolo familiar

 

«La empatía es clave para mantener relaciones familiares saludables

mientras se toman decisiones difíciles en el negocio»[xx]

 

ABRAZOTES


[ii] Josep M. Carrau

[iii]

[iv] Las crisis de madurez son consecuencia del:

-      Paso del tiempo

-      Cambio de intereses

-      Evolución de la actividad económica

 

Ø  Madurez de la organización: Después de conseguir un posicionamiento diferenciado y una credibilidad en el mercado se produce una “resistencia al cambio” que impide afrontar las nuevas situaciones. “Las cosas siempre se han hecho así”.

Ø  Madurez del líder: La incapacidad para realizar una sucesión ordenada y la falta de consenso sobre el líder produce:

o   Paralización de la organización.

o   Ausencia de decisiones.

o   Descontrol.

o   Tensiones y conflictos en la empresa y la propiedad.

Ø  Madurez de la propiedad: La falta de identificación con el proyecto empresarial y los conflictos de interés generan desconfianza (shareholders y stackeholders), impidiendo contar con: la dirección, las personas y los recursos necesarios.

Ø  Madurez del mercado: Tercera fase del ciclo de vida de un producto o servicio:

1º Estancamiento de ventas.

2º Descenso de ventas.

3º Disminución de márgenes.

Pp., 3 DGIN-73 Las crisis de la madurez en las Empresas Familiares y Plurifamiliares

[v] “El peor plan de sucesión es el que no se prepara”

[vi] Pp., 3 DGIN-94 “La sucesión es un proceso y no un suceso”. Gobernanza del relevo generacional,  David Moreno Utrilla, San Telmo Business School

[vii] Pp., 23 (…) se puede pensar que un proceso de sucesión en empresa familiar se parece a la preparación de un equipo deportivo de alta competición. Hay que preparar a los «jugadores» líderes, se tiene que desarrollar la estructura de miembros del equipo que compite con ellos, se deben establecer las reglas del juego, y el entrenador tiene que «apartarse»(*) cuando de verdad empieza la competición, y continuar «observando», «analizando » y «ayudando» hasta terminar la temporada.

(*) “Nariz dentro, manos fuera”, Peter Brabeck-Letmathe

Pp., 3 DGIN-94 “Sin fundador no hay empresa, sin sucesor no hay continuidad”. Gobernanza del relevo generacional,  David Moreno Utrilla, San Telmo Business School

[viii] Pp., 3 DGIN-94 “La principal responsabilidad de la Empresa Familiar es garantizar su gobernanza después del relevo generacional”. Gobernanza del relevo generacional,  David Moreno Utrilla, San Telmo Business School

[ix] David Moreno Utrilla

[x] Accionistas comprometidos

Ø  Conocen, valoran y respetan lo que la empresa representa

Ø  Se sienten cómodos como miembros de la familia empresaria

Ø  Saben diferenciar la propiedad, del gobierno y de la gestión

Ø  Aceptan y respetan las reglas del juego

Ø  Invierten su tiempo y sus capacidades en la empresa

Ø  Están bien formados e informados y aportan valor a la empresa

Ø  Desean ser respetados y saben que tienen que ganárselo.

Pp., 18 DGIN-94 Gobernanza del relevo generacional,  David Moreno Utrilla, San Telmo Business School

[xi] Hoja de ruta del plan de sucesión

Ø  Diagnosticar la situación actual

Ø  Alinear los intereses de la Familia y la Empresa

Ø  Preparar la Familia y la Empresa

Ø  Identificar, formar y evaluar a los candidatos

Ø  Comprometer al predecesor

Ø  Elegir al sucesor

Pp., 13 DGIN-94 Gobernanza del relevo generacional,  David Moreno Utrilla, San Telmo Business School

[xiii] Pp., 27-30 Virtudes humanas para dirigir

Ø  Laboriosidad

Ø  Tenacidad

Ø  Veracidad

Ø  Sinceridad

Ø  Lealtad

Ø  Integridad

Ø  Prudencia

[xiv] ¿Qué medidas debe tomar el gobierno?

¿Qué acciones debe proponer la propiedad?

¿Qué compromisos debe adquirir el sucesor?

[xv]  “Después de mí, el diluvio”

[xvi] El temor a perder el «status social» que ha alcanzado por su posición de jefe ejecutivo principal de la empresa.

[xvii] El temor a quedarse sin patrimonio para vivir, por una eventual gestión menos adecuada de sus sucesores.

[xviii]  El temor a no tener nada que hacer, después de retirarse, posiblemente por no saber hacer más cosas que trabajar en su empresa familiar.

[xx] Miguel Ángel Gallo