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viernes, 1 de agosto de 2025

Convencer o morir: El peligroso arte de la política en la época dorada de la China antigua

Estimad@s amig@s

Sinopsis

Un viaje fascinante a la China antigua para descubrir cómo se forjaron las estrategias de persuasión política más sutiles y peligrosas de la historia

A lo largo de la convulsa historia de China, los consejeros políticos —figuras de sabiduría y sacrificio— se debatieron entre el arte de la palabra y el riesgo mortal de su oficio. En Convencer o morir, Juan Luis Conde nos invita a descender a ese fascinante mundo de intrigas cortesanas, luchas dinásticas y la persistente tensión entre la persuasión y la violencia.

Conde, clasicista, traductor y ensayista de referencia, ofrece un relato hipnótico que ilumina el papel crucial de los consejeros: shì itinerantes que, con la palabra como única arma, se enfrentaban a reyes caprichosos y soberanos despóticos. Desde la figura trágica de Yi Yin, el cocinero convertido en estratega, hasta el refinado arte de la disuasión en la corte de los Reinos Combatientes, esta obra revela la potencia retórica como herramienta de resistencia y como teatro de poder.

En un tiempo en que la retórica política aún resuena en las decisiones de los gobiernos contemporáneos, este libro traza un puente entre la retórica de ayer y la política de hoy, proponiendo una lectura tan rica en saber cómo comprometida con el presente.

 

«Si la producción de significado constituye

la inteligencia del lenguaje,

 en cierta manera en la agudeza el lenguaje

se hace el tonto»[i]

 

¿Cuándo comunicamos persuadimos?

Ø  ¿Cómo lo hacemos?

Ø  ¿Qué mensajes esperan recibir nuestros interlocutores?

 

Convencer o morir de José Luis Conde es una obra que retrata la China antigua, el papel de los consejeros y a la vez también compara con otras corrientes como la griega con Platón, Aristóteles, etc., o más actual el Cardenal Mazarino. ¿Cuánto margen de mejora tiene nuestra comunicación?, ¿Por qué le damos tan poco peso? Es una pregunta que suelo hacer /me periódicamente, sigo sin entender como no interiorizamos su importancia.

 

¿Si mejoramos la comunicación que impactó conseguiremos en el resto de habilidades que diariamente hacemos uso? No tenemos excusa para coger papel y lápiz y plantear un plan de mejora, o mejor aún ponernos en manos de un consultor de comunicación que nos ayude. Nuestro público objetivo seguro que agradece cada paso que damos en pos de la mejora continua.

 

«Una zorra ve un racimo de uvas e intenta alcanzarlas.

 Al darse cuenta de que está demasiado alto,

 desprecia las uvas diciendo:

¡No están maduras!»[ii]

 

La mitología nunca está lejos de la política (…)

 

(…) “El lenguaje se orienta sobre todo a la acción. Le importa menos informar con claridad que dirigir la conducta”. La lengua china muestra sus fortalezas “para tomar ventaja sobre el adversario, para influir en la conducta del amigo o del cliente” (…)

 

La historia de los consejeros chinos está marcada por una constante: ambiciosos o desprendidos, calculadores o idealistas, les cuesta un enorme sacrificio y esfuerzo conseguir que les hagan caso. Están allí para poner coto al poder, para enderezar sus pasos (…) su intento de que el rey o emperador les preste oído termina muy frecuentemente en fracaso.

(…) la impotencia del consejero en conseguir la atención del poderoso adquiere si cabe mayor dramatismo (…)

 

En el cronograma de la historia de China una línea virtual separa a los consejeros del período legendario de los del periodo histórico (…)

 

En Europa, la impronta de la retórica tal como fue teorizada por los griegos, en especial por Aristóteles, ha marcado de manera definitiva el concepto de argumentación, los recursos, las estrategias y las reglas con las que usamos las palabras para convencer a unos y otros (…)

 

(…) en sus diálogos con el poder, los consejeros se referían a sí mismos humildemente como “servidor” (…)

 

(…) el consejero político no solo pone en juego su capacidad de persuasión sino también, literalmente, su vida (…)

 

Los asuntos salen bien si se mantienen en secreto y fracasan si se divulgan. Ni siquiera hace falta que el consejero revele deliberadamente el secreto: basta con que se le escape algo que tenga que ver con lo que el soberano quiere ocultar. En ese caso, está en peligro.

 

Si el soberano comete faltas y el consejero habla con franqueza de rectitud y moral, poniendo así en cuestión sus vicios, en este caso está en peligro.

 

La anécdota posee un raro poder documental. Gracias a su aire teatral, permite que nos hagamos una buena idea de las características y condiciones del trabajo persuasivo que debían desarrollar los consejeros políticos en la época de los Reinos Combatientes.

 

Cómo puede el débil doblegar al fuerte por medio de la palabra

(…) “¡Que las armas se rindan a la toga![iii] quería decir que los guerreros debían obedecer al gobierno civil (…)

 

(…) nada de impresionar con palabras. Deben dirigir la conversación como una esgrima sin violencia cuyo desarrollo han planeado con ingenio y programado cuidadosamente de antemano, a sabiendas de que un sinfín de imprevistos puede inutilizarla (…) esa estrategia que contrarresta con sabiduría a la fuerza no es menos “discurso” persuasivo.

 

Las técnicas retóricas chinas parten de la necesidad de enfrentarse a la máxima dificultad: a un interlocutor impermeable, obtuso, caprichoso, susceptible en grado máximo, narcisista, canalla incluso y, al mismo tiempo, todopoderoso. Para el consejero, ejercer de asesor para un personaje semejante no solamente augura una seria posibilidad de fracaso en su oficio, sino que supone arriesgar el propio pellejo a las peores consecuencias (…)

 

(…) ¿Qué falta hace recurrir a la fuerza? Quien tiene que recurrir a la fuerza para convencer, se rebaja (…)

 

Un buen estratega somete a las tropas enemigas sin necesidad de que haya combate, conquista las ciudades enemigas sin necesidad de que haya un asalto, destruye el reino del enemigo sin necesidad de prolongar la campaña mucho tiempo. Así, será inevitable que, con sus tropas al completo, controle. Todo bajo el Cielo y, gracias a ellos, los soldados no se embotaran y la ganancia podrá ser completa. Este es el método de la estrategia de ataque.

 

(…) “el ejército victorioso primero vence y después busca la batalla”[iv] (…)

 

(…) el camino chino pretende evitar cualquier riesgo, prevenir la menor incertidumbre sobre la eficacia persuasiva de su discurso y para ello prepara por adelantado a su auditorio para que le crea con independencia de lo que tenga que decir (…) el orador chino solo habla cuando su auditorio ya está con-vencido (…) primero convencer, después hablar.

 

Aconsejar es persuadir a alguien y persuadir a alguien, ayudarle

Para embellecer el discurso hay que servirse del ornato y para servirse del ornato, ampliar o reducir.

La réplica necesita de un lenguaje afilado y un lenguaje afilado es el que alivia la discusión.

Llevar razón requiere hacer claridad y hacer claridad, someter a comprobación.

Refutar es contradecir lo que dice alguien y contradecir lo que dice alguien, hacer que asome lo que oculta.

 

El adulador usa el alago para que se piense que es leal.

El pedante usa la erudición para que se piense que es inteligente.

El lenguaje llano y decidido sirve para aparentar valentía.

El análisis pesimista sirve para ganarse la confianza.

La crítica serena de los defectos ajenos sirve para imponerse.

 

(…) se define el instrumento empleado por cada unas de estas cinco actitudes discursivas por un decidido sesgo psicológico, a veces sorprendente sagaz e irónico:

Adivinar los deseos del otro y complacerlos: eso significa “halago”.

Grandilocuencia y abundancia de citas literarias: eso significa “erudición”.

No dudar y hablar sin rodeos: eso significa “decisión”.

Elegir la estrategia y presentarla adecuadamente: eso significa “análisis”.

Señalar los defectos ajenos para encubrir el error propio: eso significa “crítica”.

 

(…) tipos de discurso:

Enfermo es el discurso de alguien alicaído.

Asustado es el discurso sin control de alguien sobrecogido.

Ansioso es el discurso sin fluidez de alguien incomunicado.

Furioso es el discurso sin orden de alguien frenético.

Alegre es el discurso sin centro de alguien disperso.

Emplea en tu beneficio estas cinco maneras de hablar cuando las hayas perfeccionado.

 

(…) han de ser dominados por el consejero, son su baúl de recursos, disponible a voluntad previo ensayo. Cuando el estudiante los haya perfeccionado, si el talento de actor acompaña al orador, los humores discursivos pueden impostarse. Como si fuesen un armario bien provisto, el guardarropa del orador, este puede abrirlo y elegir una prenda distinta en función de la circunstancia u oportunidad del ejercicio persuasivo.

(…) la primera y suprema regla de cualquier proyecto persuasivo: para que pueda ser eficaz, para tener éxito, el discurso debe resultar adecuado (…) al auditorio al que se dirige y pretende persuadir, el cual debe estudiarse desde distintas perspectivas tipológicas.

 

(…) cuando hables con alguien inteligente básate en la erudición; cuando hables con un erudito, en la argumentación; cuando hables con un polemista, ve al grano.

Cuando hables con un noble trata del poder; cuando hables con un rico, del lujo; cuando hables con un pobre, del beneficio; cuando hables con alguien de clase baja, de la humildad.

Cuando hables con alguien valiente hazlo con osadía; cuando hables con un necio, con agudeza.

Estas son las técnicas correctas, pero la gente a menudo las contraviene.

 

Para asegurar el éxito de su tarea de asesor político, para conseguir que le hagan caso y persuadir eficazmente, el consejero del periodo de los Reinos Combatientes debe manejar de manera satisfactoria dos clases de informaciones (…) la relativa a las condiciones generales de la política, la milicia y la economía de un Estado [el poder] (…) la específica a la psicología del auditorio, el poderoso (…) el conocimiento profundo del poder, se obtiene estudiando con aplicación tanto la estructura interna de cada estado como las relaciones internacionales, y en ella depende determinar el sentido de los consejos que se tratarán de ofrecer al soberano, y también a cuál de los soberanos se ofrecerán esos consejos (…) el conocimiento del poder no sirve de gran cosa sin el conocimiento del poderoso.

 

(…) para persuadir a alguien es más útil el oído que la boca, más importante escuchar que hablar. Para tener éxito el orador ha de transformarse en auditorio.

 

(…) “Si el otro habla sin sentido no lo rechaces a la primera: respóndele con preguntas. Él recapacitara y la verdad aflorará de forma natural.

 

(…) para generar movimiento hay que moverse, para hacer hablar hay que hablar. “Si quieres llegar alto, primero haz de humillarte. Si quieres recibir, primero has de dar” (…)

 

(…) empieza por conocerte a ti mismo. Al conocimiento propio seguirá después el conocimiento de los demás.

 

(…) para conseguir el objetivo último de conocer y entender al otro, primero hay que conocerse y comprenderse a sí mismo. El conocimiento propio toma precedencia sobre el conocimiento ajeno y este se hace depender de aquel (…) “Quien conoce al oponente y se conoce a sí mismo cien batallas librará y no conocerá peligro” (…)

 

Si un hombre inteligente aconsejase o hiciera propuestas a un monarca, este las discutiría con sus allegados; pero, como los allegados a los monarcas no son necesariamente inteligentes, todo quedaría en que propuestas inteligentes habrían de ser aprobadas por necios. Si un hombre honrado aconsejase o hiciera propuestas a un monarca, este las discutiría con sus allegados; pero como sus allegados no son necesariamente honrados, todo quedaría en que propuestas de buena fe habrían de ser aprobadas por hombres de mala fe.

En el mundo que dibuja el Maestro Han Fei los necios juzgan a los inteligentes y los réprobos a los honrados, los mediocres e incapaces se colocan y la gente de mérito no encuentra modo de acceder a un puesto (…) “Hoy se prefiere otorgar cargos a incompetentes antes que a los que se lo merecen”[v] (…)

 

¿Qué sucede si el consejero no ha penetrado en el interior del soberano, no ha conseguido superar la barrera que fraguan las apariencias y no ha llegado a “calar” hasta su verdad oculta? (…)

 

Las dotes[vi] de un buen consejero son múltiples y exigentes (…) el buen consejero debe doblarse, de inicio, en un observador detectivesco y analizar de forma meticulosa a su empleador (…)

 

Si los monarcas mostrasen lo que aborrecen, sus ministros sabrían qué tipo de cosas habrían de ocultarles y, si mostrasen lo que aprecian, sus ministros sabrían que cualidades habrían de fingir ante ellos. Si llegasen a conocer los deseos de sus monarcas, los ministros sabrían qué postura les convendría adoptar.

 

(…) “los movimientos de la expresión revelan nuestros pensamientos e intenciones con más verdad que las palabras, las cuales pueden falsificarse”[vii] (…)

 

(…) las palabras francas son molestas para los oídos, pero el soberano lúcido las escucha, porque sabe que traerán consecuencias beneficiosas.

 

«No es tarea fácil dirigir a hombres;

empujarlos,

 en cambio,

 es muy sencillo»[viii]

 

Convencer o morir

El peligroso arte de la política en la época dorada de la China antigua

Juan Luis Conde

ARPA

 

Link de interés

Si quieres convencer (y hasta manipular) al otro, aprende de los chinos

Los consejeros reales de la China clásica: de la gloria política a morir asados a la parrilla

Inteligencia política: El poder creador en las organizaciones

El poder en la empresa

Las 50 leyes del poder en El Padrino

Persuasión: La clave del éxito en la comunicación de los negocios

• ComunicAcción: El arte de persuadir con palabras

Así persuaden los líderes: Lo que debes saber para influir positivamente en las personas

Influencia online: Psicología del comportamiento para impulsar tu negocio digital, mejorar la conversión y aumentar el engagement

La persuasión: Las palabras en las relaciones de ayuda

El arte de la guerra

Breviario de los políticos

El príncipe

 

«La civilización es la victoria de la persuasión

sobre la fuerza»[ix]

 

ABRAZOTES


[i] Byung-chul han

[ii] Esopo

[iii] Cicerón

[iv] El arte de la guerra

[v] Cardenal Mazarino

[vi] En la doctrina tradicional católica, cada una de las cuatro cualidades que poseen los cuerpos gloriosos de los bienaventurados, es decir, claridad, agilidad, sutileza e impasibilidad

[vii] Charles Darwin

[viii] Rabindranath Tagore

[ix] Platón 

viernes, 7 de marzo de 2025

Habla, conecta y convence: Domina el arte de hablar en público e impacta con tus discursos

Estimad@s amig@s

Sinopsis

El arte de hablar bien no es un don reservado para unos pocos: es una habilidad que cualquier persona puede desarrollar. El buen orador consigue emocionar, conmover, influir y persuadir no solo con sus palabras. Conecta con el corazón y la mente de su audiencia.

Habla, conecta y convence es una guía para convertirte en un verdadero orador e influyente, capaz de cambiar percepciones, inspirar acciones y mover voluntades.

Con ejemplos reales, ejercicios prácticos y consejos aplicables, este libro desvela los secretos de la oratoria y la comunicación efectiva. No importa si buscas cautivar a un público numeroso o convencer a un interlocutor en privado: este libro te dará las herramientas para lograr transmitir ideas con pasión, claridad y persuasión.

Ideal para profesionales de cualquier ámbito, esta obra te prepara para conquistar reuniones, presentaciones o negociaciones con la seguridad de que tus mensajes sean escuchados, importen e impacten. Aprenderás a superar miedos, fortalecer tu presencia y persuadir con autenticidad.

Si deseas que tus palabras transformen pensamientos y acciones, este libro será tu mejor aliado en el camino hacia la comunicación poderosa.

 

«Preparar un discurso sin tu audiencia en mente 

es como comenzar una carta de amor diciendo: 

a quien le pueda interesar»[i]

 

Prólogo[ii]

Pensamos que sabemos hablar bien porque aprendimos a comunicarnos sin esfuerzo. Nuestros primeros balbuceos se colaron por sorpresa entre júbilos y carantoñas y, desde entonces, nos limitamos a abrir la boca y dejar salir todo lo que se nos ocurre (…) a pesar de que también aprendimos a comer espontáneamente, nadie dudaría de que comer bien es otra cosa. Si nos limitáramos a abrir la boca para dejar pasar a nuestro interior todo lo que se nos antoja, nuestra vida sería malsana.

Lo curioso es que no cataloguemos como malsanas todas las peroratas, las monsergas y los discursos vacuos con los que embadurnamos a nuestros congéneres (…)

 

(…) si hay que aprender a comer bien, hay que aprender a hablar bien. De otro modo nuestro discurso será también fofo y grasiento.

 

José Manuel se mueve con atino entre la teoría y la práctica, ofreciendo múltiples ejemplos de su vida profesional que pueden ayudar a cualquier lector a encontrar su camino en la práctica de la oratoria certera. Este es un libro esencial, pues si bien el arte del buen hablar requiere poco más que tiempo y pautas correctas, sus beneficios son incalculables, y más en un mundo que, como decía Hugo von Hofmannsthal, está siendo engullido por el saber de oídas.

 

«Si quieres persuadir,

capta la atención desde el primer momento,

sé directo y dispón de una estructura reconocible»[iii]

 

Introducción

(…) Según el Diccionario de la lengua española, la oratoria se define como «el arte de hablar con elocuencia», y la elocuencia es la «eficacia para persuadir o con mover que tienen las palabras, los gestos o ademanes y cualquier otra acción o cosa capaz de dar a entender algo con viveza».

Es una habilidad que permite al orador convencer o conmover, sea con sus palabras, sus gestos, sus ademanes o varias de estas acciones. En definitiva, el buen orador consigue persuadir, que significa provocar un cambio en quien nos escucha (…) no basta conocer un tema; es necesario transmitirlo con pasión.

(…) los líderes necesitan ser buenos oradores (…)

 

La oratoria es el arte de hablar con elocuencia, 

y la elocuencia implica persuadir. 

Si no convences, tu discurso carece de eficacia.

 

(…) los maestros deben comunicar sus conocimientos a los alumnos, conectar con ellos y guiarlos por el camino a través del cual descubrirán la materia que imparten. La oratoria les permite conectar con sus alumnos y motivar su trabajo.

 

(…) aunque la oratoria se considera un arte, cualquier persona puede convertirse en un buen orador, y lo que pretendo desde estas páginas es mostrarte cómo conseguirlo señalando aquellas características que adornan a los buenos oradores.

 

(…) la oratoria es una habilidad que cualquiera puede adquirir. Tan solo hace falta conocer las técnicas y un poco de práctica.

 

El objetivo de la comunicación es persuadir: para que nos contraten, para vender un producto o servicio o para demostrar la utilidad de unos conocimientos (¡cuántas veces los alumnos se preguntan: «¿Para qué me sirve saber esto?»!). (…)

 

Para persuadir, el primer paso es estar convencido de lo que cuentas (…)

 

La convicción genera pasión, y esta emoción es clave para transmitir lo que quieres con eficacia. Amar lo que hacemos genera una fuerza interior que resulta invencible en cualquier profesión (…)

(…) la brevedad. La precisión de los conceptos es muy importante en derecho, y eso lleva a los abogados a explicar hasta el extremo lo que queremos decir. Estas explicaciones son buenas definiciones en un libro de texto, pero provocan una extensión de nuestros alegatos que es contraproducente a la hora de convencer (…) los abogados, especialmente cuando estamos ante nuestro cliente, queremos mostrar nuestro conocimiento alargando nuestras explicaciones de forma innecesaria.

Aprender a ser más directos abreviando nuestras exposiciones mejora de forma sustancial nuestra capacidad para convencer.

(…) ajustarnos al tiempo facilita que el público atienda más relajado y sin perderse.

 

Para convencer, por encima de todo, 

hay que conectar con la audiencia y mantener

esa conexión a lo largo de todo el discurso.

 

«Soy el dueño de mis palabras,

no voy a aceptar que nadie me las cancele»[iv]

 

“Cuando tengas que hablar en público, no olvides hablar con el público”[v] ¿Conversamos con la audiencia, o preferimos ser monologuistas?

Ø  ¿De qué nos escondemos tras esa falta de conversación?

 

Habla, conecta y convence, nos invita a hacernos preguntas:

¿Cómo hablamos?

Ø  ¿Qué podemos mejorar?

¿Conectamos con nuestro público objetivo?

Ø  ¿Conseguimos llegar a su interior?

¿Nuestros mensajes convencen?

Ø  ¿Qué los hace convincentes?

o   ¿Acaban comprando?

 

José Manuel Tourné ha conseguido escribir una obra didáctica que nos debe ser de ayuda en nuestra mejora continua como comunicadores. Todos lo hacemos de manera consciente o inconsciente, mejorar esta en nuestras manos. No dejemos para mañana lo que podamos hablar hoy.

 

«Si queréis hablar a alguien,

empezad por abrir los oídos»[vi]

 

Para hablar bien, escribe.

Un discurso bien estructurado evita que 

la audiencia se pierda.

 

La fórmula y el MAPA

La fórmula consiste en una idea y tres argumentos para defenderla

El MAPA está integrado por los siguientes elementos:

Mensaje.

Actuación.

Puesta en escena.

Autoevaluación.

 

El primer paso para ofrecer un buen discurso es pensar en la audiencia y tener claro nuestro objetivo (…)

 

La base del guion es el mensaje, que debe ser como una luz que se transmite a la audiencia. Tiene que iluminar.

 

A los seres humanos nos apasionan las historias;

nos involucran, se recuerdan mejor y activan la dopamina,

la hormona relacionada con la sensación de placer. 

Si quieres enganchar a tu audiencia, cuenta historias.

 

Antes de escribir tu discurso, 

reúne todos los datos, investiga. 

Es un primer paso.

No hace falta que tenga orden alguno.

Ya estructurarás después.

 

Asegúrate de que tu interlocutor se mantenga conectado.

Para ello,

deja claro el objetivo de tu mensaje desde el primer momento

 

La exposición de tus argumentos puede adoptar diversas estructuras. Dependiendo del tiempo del que dispongas, puede incluir ejemplos que faciliten la comprensión de que cuentas.

Las estructuras más reconocibles son (…)

• Cronología

• Temática

• Espacial

• Causal

• Comparativa

• Problema /solución

• Particular-general-particular

 

Todo discurso requiere un desenlace brillante, y es probablemente tan difícil de preparar como el gancho con el que captamos la atención.

Los cineastas lo saben: si el final no es bueno, la película tendrá dificultades para triunfar.

 

Si quieres que recuerden tu discurso,

debe haber un tachan, una explosión final,

que es lo que recordará tu audiencia y te hará memorable.

 

Como ganarte a la audiencia

Ø  Llamar a la acción

Ø  Introducir una sorpresa

Ø  Usar una anáfora

Ø  Responder al conflicto inicial

Ø  Repetir la cita con la que iniciaste tu discurso

Ø  Hacer una reflexión o final abierto

 

Humaniza tu discurso.

Al mencionar a las personas en tu comunicación,

despiertas la empatía y conectas mejor con tu audiencia.

 

(…) la audiencia es el elemento más importante de cualquier comunicación. Solo pensando en la audiencia podemos comprender el alcance de la comunicación y adecuar sus elementos para que el mensaje sea eficaz.

(…) el orador que seduce a su audiencia conecta con ella y tiene muchas posibilidades de éxito.

 

Elementos de la comunicación

Ø  Emisor

Ø  Mensaje

Ø  Canal

Ø  Situación

Ø  Receptor

Ø  Interferencia (ruido)

Ø  Retroalimentación

 

Las muletillas son sonidos, palabras o frases que, sin tener un significado concreto, se introducen en nuestro discurso para rellenar esos huecos que hacemos para pensar lo que vamos a decir a continuación. Cuando se repiten demasiadas veces afean mucho los discursos y pueden convertirse en un obstáculo para la comunicación eficaz.

 

Eliminarlas es más sencillo de lo que parece:

• Reconócelas y determina su frecuencia.

• Ralentiza tu discurso.

• Sustitúyelas por pausas o silencios.

• Lee y amplía tu vocabulario.

• Aprende bien el contenido de tu discurso.

• Apasiónate con lo que vas a contar.

 

Claves para ser asertivo

• Ser directivo sin ser grosero,

• Hablar desde la opinión personal.

• Evitar las descalificaciones.

• Trasladar lo que sientes.

• Vigilar tu lenguaje corporal.

• Mantener la calma.

• Estructurar tu razonamiento.

 

Revisa tu discurso eliminando lo innecesario

hasta que consigas que quede por debajo del tiempo asignado

 

¿Y cómo causamos una buena impresión?

Sonrisa

Autenticidad

Rapport

Aspecto

 

La imagen del orador debe generar confianza

en lo que dice y transmitir emociones positivas

 

Actividades para improvisar mejor

• Acostúmbrate a escuchar.

• Haz pausas al hablar.

• Evita las respuestas predeterminadas

• Huye de la perfección.

 

(…) el lenguaje corporal comienza con tu propia imagen, continua por el uso del escenario y termina con tus gestos faciales y el uso de tu cuerpo.

¿Te has fijado en las posiciones que adoptan los cantantes encima del escenario?

 

Los mejores oradores

parecen flotar sobre el escenario

 

El lenguaje corporal del orador debe reforzar

sus frases y ser coherente con su significado.

Los gestos abiertos, acogiendo a nuestra audiencia, nos conectan con ella.

 

La voz no es solo un vehículo de nuestro mensaje. Permite trasladar matices, le da vida a las palabras (…)

 

(…) ¿Clientas la voz? (…)

 

La voz debe servir al propósito de comunicar de forma eficiente, que podamos hablar durante el rato que necesitemos con el menor esfuerzo posible. También debe ser:

• Clara.

• Enérgica.

• Expresiva.

 

Cualidades de la voz

• Intensidad.

• Tono.

• Timbre.

• Ritmo.

 

Evalúa tu voz

Ø  ¿Es lineal o monocorde?

Ø  ¿Ametrallas las palabras o aburres de lo lento que vas?

Ø  ¿Se entiende lo que dices o vocalizas como si estuvieras chupando un caramelo?

Ø  ¿Te agotas tras un largo discurso?

Ø  ¿Tu voz es ronca o apagada?

Ø  ¿Necesitas aclarar la garganta constantemente?

 

La voz formará parte del discurso

y de tu imagen. Una voz firme y segura aporta

a orador tanto una estructura adecuada y un vocabulario rico.

 

En las sesiones online, tu creas el escenario por medio de la luz,

el encuadre y tu posición frente a la cámara.

El contacto visual se realiza a través de ella.

Ten especial cuidado con los ruidos ajenos

 

Guía rápida para crear el escenario para una sesión online

En una sesión online tendrás que crear el escenario (…)

• Coloca la cámara adecuadamente; asegura la luz, encuadre y fondo.

• Cuida el contacto visual a través de la cámara.

• Evita los ruidos que puedan distraer.

• Reduce los movimientos de tus manos y ralentízalos, pero sigue usando el lenguaje corporal, especialmente tus expresiones faciales.

• Nunca interrumpas a otros oradores o intervinientes.

• cuida tu vestimenta; cuidado con los accesorios muy brillantes.

• Estamos frente a una cámara. ¡Todo queda registrado!

• Encaja la presentación: compartes pantalla o la proyectas en una pantalla.

 

Los buenos oradores son narradores

que usan el apoyo visual para facilitar la asimilación de conceptos

por parte de la audiencia.

 

«No hay mayor desdicha en las desdichas

 que haber sido dichoso un desdichado»[vii]

 

Epílogo

La comunicación forma parte de nuestra vida diaria. La venta, el liderazgo y nuestras actividades profesionales y de ocio varían en función de nuestra capacidad de comunicarnos. Dominar estas habilidades no solo nos permite expresarnos mejor y ser más eficaces, sino que mejora nuestros resultados.

Los mejores líderes son grandes comunicadores (…)

La diferencia entre un gran vendedor y uno normal estriba a menudo en la capacidad del primero para persuadir a través de la oratoria.

 

«Procura ser tan grande que todos quieran alcanzarte

y tan humilde que todos quieran estar contigo»[viii]

 

Habla, conecta y convence

Domina el arte de hablar en público e impacta con tus discursos

José Manuel Tourné

LID editorial


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• Gestión de crisis en universidades: Casos, buenas prácticas y manual de crisis

• 10 ensayos de comunicación institucional

 

«Un buen negociador es el que consigue

que el otro se salga con la tuya»[ix]

 

ABRAZOTES


[i] Ken Haemer

[iv] Fernando Aramburu

[v] José Manuel Tourné

[vi] Joseph Joubert

[vii] Luis Vélez de Guevara

[viii] Mahatma Gandhi

[ix] José Manuel Tourné