Estimad@s amig@s
Sinopsis
El
arte de la guerra, el tratado militar más antiguo de la historia
ha servido como guía a todo tipo de gobernantes, directivos y comunicadores. Sus
valiosos consejos sobre estrategia, liderazgo, negociación y resolución de
conflictos se han aplicado a infinidad de oficios, saberes, situaciones y
disciplinas.
Pero ¿Qué dice realmente?
¿Cómo debemos entender sus enseñanzas y su filosofía en el mundo de hoy? ¿Todavía
son aplicables sus consejos en el ámbito de la geoestrategia, la política o las
tácticas militares actuales? ¿Cómo se relaciona con las gestas de los héroes
mitológicos o los grandes héroes de la historia? ¿Y cómo ha influido en el
mundo de la literatura o el cine?
Hay mil lecturas de El
arte de la guerra, pero pocas personas tan preparadas como el
teniente general Francisco
Gan Pampols para entenderlo en todos sus matices.
Curtido en misiones de paz experto en estrategia y dirección de equipos y con
una vastísima cultura fruto de su amor por la lectura, sus comentarios al texto
de Sun Tzu nos regalan una visión que, más allá de sus conocimientos
militares, incluye también inspiradoras referencias literarias y
cinematográficas, sorprenden conexiones con mitos y leyendas y profundas
reflexiones filosóficas.
Pero, sobre todo, la prosa
de Gan, sus explicaciones y aclaraciones, facilitan un acercamiento directo y
actual al texto original. Gracias a él podemos disfrutar de una lectura amena y
entretenida, que no ofrece una nueva mirada, acorde a nuestro tiempo, sobre un
clásico de la literatura.
«La excelencia no es
un meta,
es un hábito,
el hábito del general
(…)»[i]
Prólogo
Lecciones para el siglo XXI
(…) no se trata de un
prólogo al uso sino, más bien, un conjunto de claves para poder comprender
mejor un pensamiento formulado en un entorno definido, un período histórico concreto
y con una finalidad esencialmente dialéctica, de parecido propósito y contenido
a los llamados espejos de príncipes (…) de la edad media.
No deja de ser paradójico
que la guerra, su preparación, desencadenamiento, dirección y resultado, siga
siendo veinticinco siglos después el motor geopolítico que impulsa cambios
vertiginosos en una realidad que se antoja inapreciable. Alianzas,
posicionamiento, seducción y amenazas continúan estando a la orden del día (…) la violencia ―cuya máxima expresión es la
guerra― fue y sigue siendo “la partera de la Historia”, la reconfiguración
cruel y traumática de una realidad que se forja a golpes de determinación para
hacer cierta una visión utilizando todos los medios disponibles. La guerra
ahora es total, es permanente, y se desarrolla a lo largo del conocido como
espectro del conflicto, que se inicia en la llamada zona gris (…) y acaba en el
conflicto de alta intensidad (…)
(…) la guerra a pesar de los
esfuerzos por evitarla (…) sigue siendo la “última ratio” para imponer la
voluntad del adversario (…)
El lector se preguntará: ¿por
qué es así?, ¿Qué tiene que ofrecer un libro de más de dos mil
quinientos años al pensamiento estratégico moderno, desde la ilustración hasta
el actual basado en el big
data, los generadores automáticos de
escenarios y la inteligencia artificial aplicada a la decisión? (…) el ser
humano es contradictorio y paradójico, es a esas “ineficiencias” a las que hay
que atender y entender para afrontarlas adecuadamente (…)
El arte de la guerra es un
compendio de reflexiones acerca de la naturaleza humana, las pasiones, los
conflictos y la capacidad necesaria para alcanzar los fines que uno se propone
(…) el general /CEO
debe obrar con sabiduría, nobleza, astucia, determinación… debe ser flexible en
lo posible, adaptativo en lo necesario y siempre, siempre, debe prever
escenarios futuros, elegir el que más le conviene y alterar el presente para
alcanzar ese futuro, sin perder de vista el resultado final deseado.
El general ve lo que todo el
mundo ve y deduce lo que nadie más es capaz de entrever, se anticipa al
adversario, le conduce dónde y cómo quiere, es concienzudo en la preparación y
meticuloso en los detalles. Es paciente, permitiendo que las situaciones se
desenvuelvan tal y como tiene planeado, ayudando al desarrollo del proceso
cuando es necesario. Elige el terreno (…) lo modifica en función de sus
intereses (…) su principal herramienta es introspección “profunda”, no se
engaña jamás sobre quién es y qué quiere, y es un generador de ilusión y
esperanza que explota en beneficio del conjunto y de lo que persigue. Es un
comunicador excepcional que transmite propósito y proporciona guía y referencia
para la toma de acciones. Es un profundo conocedor de la naturaleza humana, y
combina sabiamente las distintas capacidades de aquellos sobre los que ejerce
el poder y que le reconocen la autoridad por su prestigio[ii], competencia
y ejemplo[iii].
El general /CEO, el
verdadero estratega, utiliza la fuerza únicamente cuando no hay otro remedio, prefiere
la disuasión al enfrentamiento, la acción indirecta a la directa, el coche
menor al mayor, y la pacificación a la destrucción. Sus actitudes se combinan sabiamente
en función de la situación, no adopta posturas rígidas (…) sabe leer el
presente (…) sabe diseñar caminos que conducen a uno de los múltiples
escenarios que ha concebido como caso de éxito. Es un verdadero artista en el
modelado del factor humano, gana lealtades, aúna voluntades, corrige con mesura
y contundencia cuando hace falta, guía sin agobiar y es referente para el
comportamiento y la acción. Está donde es necesario, acude donde es más útil,
guarda las distanciadas y, sin embargo, es próximo y asequible (…)
(…) no es el mejor de
todos sus guerreros, es el mejor para todos los suyos (…) el general
no compite jamás con sus subordinados, los dirige, los impulsa y los recompensa
o sanciona, pero jamás se compara con ellos.
«Los aficionados hablan
sobre tácticas,
los profesionales estudian logística»[iv]
He tenido la suerte de leer
el arte de la guerra en versión original. Años después leí El
nuevo arte de la guerra: Teoría, orígenes y futuro de los conflictos bélicos
y hoy toca conversar esta nueva versión comentada por el teniente
general Gan. De las tres se puede aprender, con las tres se debe
reflexionar, buscar puntos de mejora, extrapolar sus enseñanzas a nuestro campo
de batalla empresarial.
El general puede ser el Chairman y sus Consejeros (el estado mayor) o el CEO y su comité de dirección. Hay que
tomar perspectiva leyendo el libro, buscar similitudes, explorar con la mente
abierta.
En uno de los pasajes el autor
nos señala la importancia del tiempo o clima, con ejemplos como el frente ruso,
la guerra de Corea (el número de bajas por congelación excedió a los caídos en
combate), las tormentas de arena en la guerra del golfo, o los vuelos
huracanados que impiden el vuelo de aeronaves o los lanzamientos de paracaidistas.
Encontré la similitud en los problemas de las empresas de última milla los días
de lluvia, el rendimiento de los bikers se resiente, si el trafic
manager no tiene la climatología en cuenta a la hora de asignar los
recursos tendrá un grave problema de nivel de servicio.
Otro párrafo que me llamó la
atención es; nadie combate aislado, ninguna estructura compleja se sostiene sobre
un solo pilar (…) lo asimilo a cuando hablamos sobre el papel del Lobo solitario en las
startups, no me gusta, y no lo defenderé nunca.
El
arte de la guerra es un gran libro, léelo despacio, subraya párrafos, pon pos-it,
te serán de utilidad a medida que avanzas en la lectura para volver atrás y hacer
escenarios, repensar afirmaciones…
«Los grandes generales logran sus fines descubriendo todos los artificios del enemigo,
haciendo abortar todos sus proyectos»[v]
(…) si deseamos que la
gloria y el éxito acompañen nuestras armas, no debemos perder jamás de vista:
la Doctrina[vi], el
Tiempo, el Espacio, el Mando[vii] y la
Disciplina[viii].
(…) existen dos tipos de
personas: las que se han perdido y las que se perderán (…)
Para saber emplear el
terreno (…) lo primero y principal es saberse ubicar sobre él, dónde estamos,
dónde queremos ir[ix],
qué itinerario es el más ventajoso, protegido, difícil o peligroso (…)
El oficio, el saber hacer y
el hacer bien las cosas es esencial (…) confía en quien sabe y demuestra que
sabe (…)
(…) hay que buscar siempre
un equilibrio entre lo deseable y lo posible, lo que me gustaría tener y lo que
puedo cargar (…)
(…) la improvisación es la
antesala del caos solo la planificación rigurosa y ordenada permite optar al éxito
(…) ni optimismo ni premura, realismo y paciencia estratégica.
(…) saber elegir a sus
subordinados por sus capacidades y confiar en ellos y su buen juicio (…)
• Resultará vencedor quien
sepa cuándo combatir y cuándo no: OPORTUNIDAD (…)
• Resultará vencedor quien
sepa dirigir tanto un grupo reducido de hombres como un gran número de ellos.
LIDERAZGO EFECTIVO[x] (…)
• Se trabaja con, y se
lidera, a personas; las que son, no las que te gustaría que fueran (…)
• Resultará vencedor quien
sea capaz de unificar la voluntad de superiores e inferiores. DETERMINACIÓN Y COMUNICACIÓN
(…)
• Resultará vencedor quien afronte
preparado un enemigo que no lo esté. INFORMACIÓN Y PREVISIÓN (…) “Temo más a
cien corderos mandados por un león que a cien leones mandados por un cordero”[xi].
• Resultará vencedor quien disponga
de un estratega competente y de un soberano que no interfiera en los asuntos
militares. TRABAJO EN EQUIPO[xii] (…)
(…) no hay nada más
ventajoso para quien tiene que dirigir un enfrentamiento que confundir al oponente
haciéndole errar sobre nuestro propósito, objetivo y tempo (…) hay que
debilitar sus certezas, fortalecer las dudas, alimentar sus sesgos y dirigirle
hacia el error a través de trampantojos que no hagan más que corroborar sus hipótesis.
Rasgos para mandar bien
• La autoridad ―
Marco Aurelio
• La fortaleza ―
Alejandro Magno
• La prudencia ― Rommel
• La templanza ― Patton
• La velocidad en la ejecución
― Napoleón
• El carisma[xiii]
(…) sin que lo vean, ve; oye
sin que lo oigan; actúa sin ruido y dispone como le place de la suerte de sus
enemigos.
(…) la excesiva cantidad de
personas[xiv] es a
menudo más dañina que útil (…)
(…) medir continuamente la “temperatura”
de la acción, hay que entender la realidad, no solo vivirla. Hay que tomar
distancia para ver en perspectiva lo que acontece [xv](…)
la lejanía produce desconexión; la inmediatez, turbación (…)
Sin valores, sin disciplina
y sin honor, una unidad no es más que una pandilla que sobrevive unida por el
mido al castigo y la ansiedad por la recompensa (…)
(…) cuando quieras atacar al
enemigo debes elegir, para hacerlo con ventaja, el momento en que creas que sus
soldados están débiles o fatigados [xvi](…)
(…) busca siempre el parecer
de sus mando subordinados[xvii], escucha
primero y decide después. Es justo y equitativo en la recompensa, firme y
determinado cuando se requiere, y flexible cuando es necesario (…)
(…) lo audaces “fabrican”
esa suerte que les protege, en caso contrario no son audaces, sino temerarios.
(…) ser prudente (…) no se
puede disponer de todos los recursos que idealmente se desean y hay que
priorizar siempre aquello que se puede “cargar” [xviii](…)
(…) un buen
estratega es el que sabe renunciar a un objetivo que se revela inalcanzable[xix] y lo
sustituye por otro posible y asumible (…)
(…) la disciplina que define
el maestro no es ciega, no exige el “no
piense” (…) busca la iniciativa de cada cual y su cooperación inteligente (…)
(…) “Hay que hacer que vean
lo que necesitan ver” [xx](…)
(…) un buen general debe
conocer todos los lugares[xxi] que
son o pueden ser el teatro de la guerra[xxii] tan
claramente como se conoce todos los rincones y recovecos de los patios y
jardines de su propia casa.
El general ideal (…) está en
todo, lo ve todo, de todo entiende[xxiii] y
sobre todo decide [xxiv](…)
(…) Gengis Kan
(…) nunca permitió que le sorprendieran; siempre se rodeó de personas leales,
inteligentes y valientes; instauro la meritocracia en su ejército, y llego a
conquistar el imperio continental más grande de la historia.
(…) ¿De qué te serviría
la posición ventajosa si no supieras sacar partido de tu posición? ¿De qué sirve
la bravura sin la prudencia, el valor sin la astucia?
Si no conoces todos los
caminos, si no tienes cuidado de proveerte de guías seguros y fieles para
guiarte en las rutas que ignoras, no llegarás al termino que te propones, serás
victima de los enemigos; no mereces mandar[xxv].
(…) capacidad de persuasión
de su jefe y su prestigio, si arrastra o no a su gente cuando lo tiene todo en
contra (…) sin lealtad
es imposible la confianza
(…)
Mantén espías[xxvi] en
todas parte, entérate de todo, no descuides nada que puedas llegar a conocer;
pero, cuanto te hayas enterado de algo, no lo confíes indiscriminadamente a
todos los que se te aproximan.
(…) cuándo un general se
pone en movimiento, su enemigo ya está vencido, porque la inteligencia que le
ha proporcionado su servicio le ha permitido desequilibrar a su adversario y
negarle por anticipado toda posibilidad de éxito.
«Hay que subyugar al
enemigo
sin presentar batalla»[xxvii]
Epílogo
(…) ¿De qué jefe hablamos
hoy? Tomando la distancia con el título, la guerra ―el arte de librarla― es
el mismo arte que desarrollamos todos los días para lidiar con lo cotidiano, lo
extraordinario y lo impensable. Son aptitudes que hay que trabajar y
desarrollar. Son actitudes que hay que entrenar una y otra vez para hacer de
ellas un hábito ―la excelencia― con las que transmitir la esencia de lo que
somos y de lo que queremos. Son obras, acciones que transforman en hechos, a la
postres, lo que se percibe de nosotros.
¿Quién querría que fuese mi
jefe? (…)
Siempre he querido un jefe
que me exigiera, me dirigiera, me dejara iniciativa, corrigiera mis defectos y
me apoyara cuando las cosas se ponían difíciles.
Tenía que ser detallista y
observador, justo y equitativo, inteligente, trabajador y práctico, muy
práctico.
Preocupado por sus
subordinados, pero sin excederse; tenía que ver “crecer la hierba”, anticiparse
a lo que estaba por venir, apretar cuando las cosas se ponen difíciles, siendo
ejemplar en la determinación y el sacrificio.
Honrado más allá de
cualquier duda, y generoso, muy generoso en la recompensa, que distribuía de
forma oportuna y equitativa.
Y un buen comunicador en
primera persona, simple, directo y medido.
(…) nada había que esperar del
favor ni temer de la arbitrariedad. Firme siempre en el mando y último baluarte
de los subordinados (…) humilde sin parecer anodino (…) resistente como un
bloque de granito ante los embates del exterior (…)
«Hay que hacer de las
batallas maniobras sangrientas,
y de las maniobras,
guerras incruentas
para ganar una guerra»[xxviii]
Link de interés
• El
poder del carisma: Como ser irremplazable (e inolvidable) en la era de la IA
• Alejandro Magno:
Conquistador del mundo
• Pathfinder, el
guía del desfiladero
• Generando
sinergias: Creando valor en fusiones y adquisiciones
• La
gestión del crecimiento en la empresa
• La
inteligencia como herramienta anticipativa Prospectiva: Del campo de batalla a
la empresa
• Inteligencia
competitiva: ¿Espías?, ¿Oráculos?, ¿Estrategas?
• El
Conquistador del Mundo: vida de Gengis Kan
• Rommel, El
zorro del desierto
• Napoleón:
Enfoque estratégico en la empresa actual
• Lecciones
de estrategia con El Padrino
• Las
50 leyes del poder en El Padrino
• Repensando
el liderazgo estratégico
• Buena
estrategia /Mala estrategia: Cómo definir y ejecutar una estrategia de éxito en
el mundo real
• Aprender
a pensar como un gurú: Las 10 fuerzas del pensamiento crítico
• El
cisne negro: El impacto de lo altamente improbable
• Lecciones
de liderazgo: Las 10 estrategias de Shackleton en su gran
expedición antártica
• El
manual del estratega: Los cinco estilos de hacer estrategia
• Pensar
estratégicamente: Modelos, conceptos y reflexiones
• Gestionar
estratégicamente: Claves para tomar decisiones en la era de la incertidumbre
• Jugar
para ganar: Cómo funciona realmente la estrategia de empresa
• Como
implementar la estrategia
• El
arte de mandar bien: Querer, poder, saber
«No hay que atribuir a
las maldad
lo que puede
explicarse por la estupidez»[xxix]
ABRAZOTES
[i]
[ii] Auctoritas
[iii] (…) no hay mejor ejemplo de liderazgo
que liderar con el ejemplo (…)
(…) “¡Soldados! Vosotros podéis abandonar esas
mochilas, que son vuestras; pero no podéis abandonar esa bandera que es de la
Patria. Yo voy a meterme con ella en las filas enemigas… ¿Permitiréis que
caiga en manos de los moros? ¿Dejaréis morir a vuestro general?
[iv] Robert H. Barrow
[v]
[vi] La Doctrina hace nacer la unidad de pensamiento.
(…) nos inspira una misma manera de vivir y morir y nos
hace intrépidos e inconmovibles en las desdichas de la muerte (…) competencia y
compromiso generan confianza (…)
[vii] (…) conocer es saber; ser creíble es
saber hacer u hacer bien lo que se tiene que hacer (…)
[viii] La Disciplina. Dominar el arte de
ordenar a las tropas; no ignorar ninguna de las leyes de la subordinación y
hacerlas observar con rigor; estar instruido en los deberes particulares de
cada uno nuestros subalternos; conocer los diferentes caminos por los cuales se
puede llegar a un mismo fin (…)
[ix] ¿Qué camino debo coger? Alicia
en el país de las maravillas
“No hay viento favorable para el que no sabe a qué puerto
va”, Séneca
[x] No basta con hacer las cosas bien, hay
que hacer las cosas correctas, correctamente, Peter F. Drucker
[xi] El mando, su calidad, competencia, y ejemplo
son un valor supremo.
[xii] Trabajo en equipo: es la habilidad
del líder para conseguir que cada uno haga lo que mejor sabe hacer y lo lleve a
cabo de forma entusiasta y coordinada con el resto para conseguir el resultado común
mediante un esfuerzo unificado (…) nadie combate aislado, ninguna estructura compleja
se sostiene sobre un solo pilar (…)
[xiii] Gladiator: “Lo que hacemos en esta
vida se refleja en la Eternidad”. Es el ejemplo del líder carismático
[xv] ¿Qué necesitan nuestros clientes?
Ø
¿Qué
les preocupa?
Ø ¿Cómo les podemos ayudar?
“Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes
temer el resultado de cien batallas. Si te conoces a ti mismo, pero no al
enemigo, por cada victoria obtenida también sufrirás una derrota. Si no sabes
nada ni del enemigo ni de ti mismo, sucumbirás en todas las batallas”.
[xvi] El tiburón ataca cuando ve y /o huele
la sangre
[xvii] ¿Consultamos con nuestro equipo?
Ø
¿Por
qué?
[xviii] (…) los legionarios (..) “las mulas
de Mario” (…) capaces de cargar hasta cuarenta kilos y caminar noventa kilómetros
para sorprender a un adversario que estaba en un campamento de descanso (…)
[xix] Saber renunciar a un objetivo
inalcanzable es un síntoma de madurez, no de indecisión ni de cobardía (…)
[xx] ¿Qué hacemos para que nuestros stackeholders
vean lo que necesitan ver?
[xxi] (…) conoce el terreno, conoce tu
tiempo (…)
[xxii] ¿Qué conocemos de nuestros competidores
y pasados, presente y futuros?
Ø
¿Qué
deberíamos conocer?
o
Fortalezas,
debilidades, oportunidades de mejora, equipo humano, precios, posicionamiento…
[xxiii] (…) la importancia del conocimiento
del entorno para poder triunfar fue Henry Ford y su idea de la producción
en cadena. Ford se inspiro en las plantas empaquetadoras de carne de Chicago y
en una cinta transportadora de un molino de granos que había visitado (…)
[xxiv] (…) el general tiene que saber exigir,
recompensar y sopesar (…)
[xxv] “No quieras comprobar, lo que no has
sabido mandar”.
Ø
Un
general que deja rienda suelta a su cólera, y deseo de venganza entre sus
tropas y permite semejantes salvajadas es indigno de ejercer el mando (…)
[xxvi] (…) crear un sistema de inteligencia y
contrainteligencia (…)
Ø
“Un
ejército sin agentes secretos es un hombre sin ojos ni oídos”
[xxvii]
[xxviii] Julio César
[xxix]
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