lunes, 24 de octubre de 2022

El arte de mandar bien: Querer, poder, saber

Estimad@s amig@s

Sinopsis

El General Francisco Gan nos comparte en esta obra su experiencia acumulada sobre el liderazgo a lo largo de sus 44 años como profesional de las Fuerzas Armadas. Gan nos enseña y nos da ejemplos de cómo mandar bien, para mejorar nuestra capacidad para dar órdenes y hacerse obedecer. Este libro nos ofrece las claves para el liderazgo que necesita la sociedad del siglo XXI, un modelo de excelencia de corte más humanista.

 

«Los amigos en la necesidad

son los amigos de verdad»[i]

 

Prólogo

(…) el problema comienza, y también se resuelve, en nuestro interior, nada ni nadie fuera de nosotros mismos ganará ese espacio de libertad que necesitamos para sobrevivir como personas conscientes, dueñas de nuestro destino y dispuestas a luchar por cambiar todo aquello que sea necesario (…) lo primero que necesitamos es disciplina y espíritu de sacrificio porque nada de lo que voy a decir es fácil y cómodo. Todo cuesta, un error es frecuente y los descalabros también, pero el oficio de gobernarnos con inteligencia, prontitud y orden todo esfuerzo merece la pena. «Capitán de mi alma, señor de mi destino».

 

(…) mandar, liderar y dirigir no son sinónimos. Mandar y dirigir son actos que se materializan en diferente grado el poder que la organización nos da (…) se puede mandar mal y dirigir mal (…)

El arte de mandar bien y liderar sí son sinónimos (…)

 

«No tengo miedo a un ejército de leones guiado por ovejas,

pero temo a un ejército de ovejas guiado por un león»[ii]

 

¿Queremos mandar?, ¿Podemos mandar?, ¿Sabemos mandar? Antes de responder ¿No sería bueno reflexionar sobre si sabemos obedecer?

 

Mandar bien es un arte. El mejor atributo del jefe, líder, mando, etc., es el ejemplo, el hacerlo antes de mandarlo.

 

Otro de los atributos del líder es el desarrollo de personas. Aquellos que saben mandar, dedican tiempo a conocerse a sí mismos, después conocer a su equipo y trabajar sobre sus fortalezas, hacerlos mejores, no tienen miedo a que le muevan la silla, buscan el largo plazo de la compañía y que ésta tenga mejores lideres —jefes que los anteriores.

 

El General Francisco Gan nos ofrece una oportunidad de reflexionar sobre el liderazgo autentico, la mejora en el arte de mandar, el desarrollo integral de la persona, su equipo y la mejora continua. No dejemos de querer, poder y saber ser mejores personas…

 

«Prever para poder proveer»[iii]

«Saber para prever,

prever para ejercer el poder»[iv]

 

(…) uno es lo que hace, cómo lo hace y con quien lo hace (…) uno vale lo que su palabra (…)

(…) mandar es más que ordenar (…) pesa y exige (…)

 

(…) liderar, el arte de mandar bien, es:

La capacidad personal del que dirige un grupo humano para influir en sus componentes de forma que creen equipo y trabajen cohesionados y con entusiasmo en la consecución de objetivos supeditados a fin común superior y moralmente bueno.

 

• Mandar bien es una capacidad personal.

• Mandar bien requiere además el desempeño de tareas de dirección sobre un grupo humano.

• Mandar bien transmite y contagia un entusiasmo racional basado en los logros que se van alcanzando, fruto de un planteamiento adecuado y una ejecución oportuna.

• Mandar bien busca conseguir objetivos supeditados a un fin común y moralmente bueno.

 

¿Qué referencias utiliza el líder para ejercer el mando de forma moralmente buena? Los valores (…)

 

¿Qué son los valores?

Los valores son principios que orientan nuestro compromiso. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro (…)

 

(…) el ejemplo (…) temple, autodisciplina y oportunidad (…) ser, pensar y hacer de forma consecuente (…)

 

(…) Alejandro Magno jamás pedía a sus macedonios que hicieran frente a riesgo o sacrificio alguno que no estuviera dispuesto a asumir él en primer lugar (…)

 

Para saber mandar bien hay que haber aprendido primero a obedecer inteligentemente a través de la disciplina intelectual (…)

 

El arte de mandar bien comienza por saber cohesionar ese conjunto humano hasta que sus componentes se sientan participes de algo que les trasciende, que se consideren personalmente vinculados y responsables unos de otros, que experimenten la presión y el estrés y sean capaces de sobreponerse a ello con una visión generosa y altruista que aumente su calidad humana y perfeccione sus habilidades técnicas.

 

A estar solo se aprende, a mandar en soledad se acostumbra uno (…)

 

La soledad del mando (…) temple necesario para soportar la incertidumbre y no agobiar a los que nos rodean con una sucesión infinita de preguntas (…) ¿Dónde están?, ¿Qué hacen?, ¿Por qué no informan? Cuando nuestro equipo tiene oficio, y he de suponer que lo tienen (…) todas esas preguntas se responden solas en su momento.

Trasladar inquietud, nerviosismo, incertidumbre o temor a nuestro entorno es nada ayuda al éxito de lo que perseguimos (…)

 

(…) la gestión de la adversidad? Es convivir, aceptar sobreponerse y vencer a la desdicha, la desgracia y el infortunio para lograr nuestro objetivo (…)

 

El que persevera, resiste, el que resiste vence (…)

 

(…) si no lo haces no tienes ninguna posibilidad, y si lo haces no tienes ninguna garantía.

 

(…) hay que ser detallista en el planteamiento, formular hipótesis de riesgos, ordenarlas en función de su impacto y probabilidad y trazar planes de contingencia para poder hacerles frente en el caso que se den.

 

Solo formando equipo podremos sobrevivir y alcanzar nuestro objetivo (…)

 

(…) hay que huir del protagonismo de las estrellas (…) es preciso reconocer a todos y cada uno de los participantes su aportación a la consecución del objetivo, de menor a mayor, para así no olvidar a ninguno (nadie sabe el nombre de los cocineros de César, pero sin su inestimable concurso, Julio no hubiera podido conquistar la Galia (…)

 

Hay que hacer de la generosidad una herramienta de futuro (…)

 

(…) el líder, el buen mando, es consciente del potencial de crecientito de cada uno, de lo que necesita para crecer y de lo que debe reconducir y controlar (…) lo que hace a un líder destacar sobre los demás es la capacidad para convertir en líderes a los que tienen potencial para ello; jamás teme a alguien mejor que él pueda surgir de su equipo (…) es muy consciente de que todo aquello que nos mejora nos potencia y nos lleva hacia el camino de la excelencia.

 

Los lideres que son capaces de aflorar la mejor versión de aquellos a los que dirigen no tienen más limite que el que naturalmente surge por imposibilidad de transgredirlo …

 

(…) saber para poder ayudar, orientar y promover es una cualidad del líder que no es posible sustituir por ninguna habilidad directiva (…) calidad humana (…) conocimiento (…) experiencia (…) compromiso con aquellos a los que manda.

Yo quiero que me mande el que quiera que yo sea mejor en todos los aspectos, que me entienda, que me corrija si yerro y que me señale la dirección; dibujar el camino es cosa mía.

 

(…) mandar bien va más allá de contentarse con decidir, diseñar y conducir la acción en el momento presente. Requiere visión, intuición y anticipación (…)

 

Desgraciado el que nunca ha caído, porque cuando le ocurra es posible que sea la primera y última vez (…)

 

Competencia, compromiso y confianza son las señas de identidad del líder capaz de conducir organizaciones hacia ese horizonte desconocido que supone el cambio profundo (…)

 

«Las decisiones difíciles

son privilegio del rango»[v]

 

Conclusiones

(…) hay que creer en la necesidad del liderazgo en todas las esferas de la vida y de los social, desde el autoliderazgo hasta los puestos de mayor responsabilidad en los que la trascendencia de las decisiones que se adoptan afecta a naciones enteras e incluso pueden llegar a ser de alcance global (…)

• Liderar es servir, no servirse,

• Se trata de ser el mejor para el equipo,

• Provoca ideas y transformarlas en decisiones,

El líder debe retar a todos los miembros del equipo pidiéndoles que piensen con sentido crítico, que busquen soluciones propias y originales, que razonen fuera de la caja (…)

• Sin aportar valor no hay liderazgo,

• Delegar eficazmente es una necesidad,

• El error[vi] no es un problema, la inacción sí,

• Vista larga[vii], paso firme y mente accesible. ¡Comunica!,

• Mejorar no es una opción, es una obligación. De ti a nosotros,

• Vales lo que la calidad y oportunidad de tus decisiones,

• No eres imprescindible, recuérdalo y prepara tu relevo.

 

«Si me queda aliento,

 hay esperanza»[viii]

 

El arte de mandar bien

Querer, poder, saber

Francisco Gan

Plataforma editorial

 

Link de interés

• Ser ejemplo: Pequeños grandes líderes

La inteligencia como herramienta anticipativa Prospectiva: Del campo de batalla a la empresa

Inteligencia competitiva: ¿Espías?, ¿Oráculos?, ¿Estrategas?

El arte de la guerra

Estrategia: Una historia

Aprender a pensar como un gurú: Las 10 fuerzas del pensamiento crítico

El cisne negro: El impacto de lo altamente improbable

Lecciones de liderazgo: Las 10 estrategias de Shackleton en su gran expedición antártica

Repensando el liderazgo estratégico

El hombre en busca de sentido

El retorno de la Antigüedad: La política de los guerreros

El manual del estratega: Los cinco estilos de hacer estrategia

Pensar estratégicamente: Modelos, conceptos y reflexiones

 

«Nuestras horas son minutos cuando queremos saber

y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender»[ix]

 

ABRAZOTES


[i] Francisco Gan

[ii] Alejandro Magno

[iii] Lema del Cuerpo de Intendencia del Ejercito Español

[iv] Augusto Comte

[v] Francisco Gan

[vi] Santiago Ramón y Cajal: «Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia».

[vii] … paso corto

[viii] Dum spiro, spero

[ix] Antonio Machado

1 comentario:

Javier Pérez Caro dijo...

Teniente general Gan y 'El arte de mandar bien': "El ejemplo de liderazgo es el Rey" https://www.elconfidencial.com/espana/2024-11-24/teniente-general-gan-y_4006664/